28 agosto 2015

Hoy también fue viernes un 28 de agosto, hace 186 años

Entonces el río tampoco fue dócil, y los mosquitos que no eran "avispados" como los de ahora, chuparon  con gusto de la sangre libertadora. Enfermo, débil, irreconocible, así describen algunos a ese Bolívar que con 46 años parecía un anciano de 70. Eso dicen.

Con más certeza hoy se habla de que tuvo tuberculosis. Se sigue sin embargo sosteniendo lo que oficialmente se dijo entonces, que era un ataque de bilis. Pero fulminante fue, casi incapaz de sostenerse en pie. La noche del lunes 3 de agosto pensaron que no vería la luz del martes. Eso pensaban.

Una voz propuso llevarlo a Santay, la brisa y al parecer el agua del río era favorable para todo mal. Todos asintieron, total no había mucha opción. Así llegó el viernes 28 de agosto a la casa de un acomodado  allegado que puso a disposición su casa de campo en la isla. Eso cuentan.

Descansar, reposarse? Se la pasó meditando y renegando. Dictando carta tras carta a sus edecanes. Respondiendo al correo que de todas partes le llegaba a Guayaquil. Pero Santay era fango y poco caballo podía realizar, eso lo irritaba, así se lo cuenta a todos en sus cartas y les dice también que va yendo  mejor, recuperándose en "su isla". Eso lo leí.

Se quedó en Santay hasta el 23 de septiembre. Partió apenas un día después de que los representantes diplomáticos de Perú y la Gran Colombia firmen en Guayaquil el tratado que pondría fin a una guerra por la cual Guayaquil estaba ocupado por agua y por tierra por el Perú. Eso pasó.

Es el 17 de diciembre de 1830 y casualmente también es viernes. Un gran hombre empieza a ser leyenda. En Santay las luces de los candiles se apagan con un golpe del viento que llega del norte. Lo último no fue cierto, lo primero lastimosamente sí. (J Delgado)

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