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12 octubre 2022

El Observatorio de Santay


¿Qué es eso? de dónde salió esa idea? me preguntan. Puedo decir que originalmente se trataba de construir una oficina flotante, algo que no esté en Guayaquil, pero tampoco en Santay, por eso de no entrometerse tanto en la vida de la comunidad. Como Ingeniero Naval con algunos diseños a mi haber, pero poca experiencia en construcción era también una buena oportunidad de desempolvar ciertos conocimientos.


Buscando ideas, encontré un lindo trabajo realizado en Babahoyo, Ecuador por jóvenes arquitectos, tomando de base una de las casas flotantes sobre el río y ofreciendo una propuesta efidecente, entiéndase eficaz y decente.


Contacté a sus promotores Juan Carlos Bamba y José Gómez en octubre del 2020 y rápidamente surgió una buena química. La idea de la oficina se la amplió a un espacio un poco mayor para actividades culturales.


Se crearon los primeros esbozos y tras quedar de acuerdo en abril de 2021 sobre el diseño final, se empezó a golpear puertas de Amigos de Santay y también a solventar temas de ingeniería naval como la flotación, para eso solicito al colega José Guartatanga su apoyo profesional. 


Vale decir que desde su inauguración el Observatorio de Santay viene recibiendo muchas visitas y ha generado interés en la prensa local e internacional, por lo novedoso, y por el aspecto cultural y comunitario del mismo.


Una reseña de lo que es y ha sido el proceso del Observatorio de Santay lo pueden encontrar aquí


15 agosto 2022

Elian Valentin Domínguez Torres, niño Simón Bolívar 2022

Elian Valentin Domínguez Torres de 8 años de edad y  alumno de 4to de básica de la escuela Jaime  Roldós de la isla Santay es el nuevo Simón Bolívar 2022.

Sus padres son Valentin Dominguez Villanueva y Margarita Torres Dominguez.

Le gusta mucho el deporte y sueña con ser futbolista.

Por novena ocasión consecutiva la comunidad de San Jacinto de Santay y su escuela recordarán la llegada del Libertador a la isla hace 193 años. El evento se realizará el sábado 27 de agosto a las 10:45 en el Observatorio de Santay ubicado en el muelle comunitario. Todos Bienvenidos.

02 febrero 2018

Isla Santay. Humedal urbano


Hoy día 2 de Febrero se recuerda el Día Mundial de los Humedales y el tema escogido este año por  la Convención de Ramsar para celebrarlo es “Humedales para un futuro urbano sostenible”.  Esta convención que se encarga de la protección de las zonas húmedas del planeta fue creada en 1971 y lleva el nombre de la ciudad iraní donde se firmó su acta fundacional. 

El mensaje a pasar en esta oportunidad es que cerca de 4 mil millones de seres humanos viven actualmente en sectores urbanos es decir la mitad del planeta y la tendencia de que más y más personas decidan dejar el sector rural y desplazarse hacia las ciudades está en aumento. Para responder a esta constante movilidad rural-urbana las ciudades deben ofrecer  servicios básicos como vivienda, transporte agua, electricidad y alcantarillado, pero también espacios verdes que permitan una buena relación de vida con la naturaleza y entre sus habitantes. Que contradicción, salir del campo para buscarlo en la ciudad.

Hasta no hace mucho tiempo al preguntar a un caminante en el Malecón de Guayaquil si conocía el nombre de esa larga mancha de manglar que se presentaba ante sus ojos al otro lado del río Guayas se recibía como respuesta un levantar de hombros en señal de desconocimiento. Hoy es cierto y seguro que la mayoría de guayaquileños saben que se trata de Santay. 

En efecto, esta isla de 2079 ha. dejó de ser un espacio verde lejano, olvidado y de difícil acceso  a partir de octubre del 2000 en que  a pedido de la sociedad civil el gobierno nacional decide solicitar a la Convención de Ramsar declararla  como humedal de importancia Internacional. A la época Santay fue el quinto ecosistema de ese tipo en el país que pasó a ser parte de esa lista de protección a los humedales del planeta, hoy se cuentan 18 sitios apuntados allí por nuestro país. En 2010  Santay y su contigua Isla El Gallo fueron además declaradas como Área Protegida del Ecuador.

Para Guayaquil y Duran el humedal Santay está ahora al “alcance de sus pies” debido a la  construcción en 2014  de dos puentes ciclo-peatonales que atraviesan el rio Guayas. La comunidad de San Jacinto de Santay  que ha sobrevivido de la pesca y de la llegada más o menos regular de turistas, con esos puentes ha mejorado su calidad de vida ostensiblemente ya que las visitas son más numerosas sea caminando o en bicicleta y eso les significa venta de artesanías, guianza nativa y venta de comida en su restaurante.  

Paralelamente el servicio de embarcaciones cumple sus recorridos regulares para quienes prefieren un viaje rápido y sentir de cerca la brisa del río. La navegación sobre el Guayas  revive gracias a esto. Santay hoy integrada a sus más cercanos centros urbanos se convierte así en un anexo ambiental extraordinario de Guayaquil y Duran especialmente.  

Hace 5 meses un desafortunado accidente fluvial afectó una parte del puente entre Guayaquil y Santay dejándolo inutilizable. El gobierno nacional a través de la Gobernación del Guayas y el Ministerio del Ambiente han dado prioridad a su reconstrucción la misma que se está realizando y que añade mayores seguridades al diseño inicial.

La utilidad  de ese puente para la población de Santay es evidente y a pesar del llamado que ciertos sectores han realizado públicamente para que el puente ya no exista, así de plano, tal propuesta desconoce por un lado la ventaja que el puente tiene ahora para los habitantes de Guayaquil y Duran pues caminar,  correr o hacer bicicleta por el puente hacia Santay es un ejercicio corporal y mental que se ha convertido en habitual en miles de personas una o varias veces por semana.  Únicamente el argumento de caminar a Santay por salud justifica ampliamente su existencia.  

Se argumenta que el puente es un obstáculo para la navegación en el Guayas, que la apertura de su sector basculante no es suficiente o que los pilares generan más sedimentos al río provocando con ello la disminución de profundidad y por ende su navegabilidad.  El puente basculante fue diseñado para que pasen barcos de manga (ancho) similar a los que pasan el Canal de Panamá, es decir casi todos los barcos del mundo. Está  demostrado además que no es únicamente por causa de los pilares del Puente Rafael Mendoza que se formó el “Islote” cerca de la Puntilla. Entonces porqué tendrían que ser los pilares del puente a Santay  los que impidan la navegación en el río.

Del lado de la población de Santay el puente no solo que significa el ingreso de visitantes ávidos de conocer el humedal, de admirar su biodiversidad, de disfrutar de una buena caminata, de un tiempo de deporte, de una deliciosa comida típica en la comunidad. También podría ser la ruta de  ingreso de la tubería de la tan ansiada agua potable para la comunidad, agua hasta ahora llevada por barcos tanqueros y de manera insuficiente. 

Hoy en el Día de los Humedales 2018 estamos más y más conscientes de que Santay esa otrora isla desconocida, hoy gracias a autoridades, sociedad civil y sobre todo a la  población que lo habita y lo cuida, se ha convertido en un humedal integrado que aporta a la sostenibilidad actual y futura de Guayaquil y Duran, un Humedal Urbano.

10 noviembre 2017

Santay - 50 años -1967-2017

El 10 de noviembre de 1967 Santay fue captada en esta imagen. Si no me equivoco es la primera imagen satelital de la isla. Hoy exactamente 50 años después la comparo con una imagen de hace un mes. Saltan a la vista algunos cambios de sus border oriental y occidental, debido a la erosión causada por el río Guayas.

12 octubre 2017

Barco ocasiona caída de tramo de puente entre Guayaquil y la Isla Santay



Hace dos horas (15h40) se produjo un lamentable accidente fluvial. La embarcación pesquera " Patricia" golpeó y  destruyó un tramo del  puente peatonal que une Guayaquil con la Isla Santay.

En efecto varios visitantes realizaban el recorrido a través de este puente de manera normal cuando las alarmas dieron el anuncio de que la parte basculante del puente iba a elevarse para dar paso a un barco pesquero que debía pasar en dirección Guayaquil - Puna.


El espectáculo tan atendido pronto se convertiría en un drama para estos espectadores ya que al parecer la embarcación que estaba esperando que el puente termine de abrirse  comenzó a ser derivado por la fuerte corriente del río ( vaciante de la marea) . La fuerza de arrastre de la marea, sumada a la enorme inercia de este pesquero hizo que a pesar de que el motor fue exigido al máximo no se pueda evitar que su mástil y demás equipos y aparejos golpeen y prácticamente arrastren todo el tramo del puente que va desde el muelle en Guayaquil hasta la caseta de apertura del tramo levadizo.


Según las autoridades no hay heridos ni perdidas humanas que lamentar. Los turistas que corrieron hacia la caseta de apertura y otros que quedaron atrapados en el otro tramo del puente fueron inmediatamente socorridos y rescatados por miembros del Cuerpo de Bomberos de Guayaquil.


De mis contactos con la población felizmente nadie fue afectado directamente pero si se nota nerviosismo por esta situación, ya que mientras dure la reparación del puente habrá menos afluencia a la isla y con esto se dará una fuerte reducción de sus actividades turísticas.


Nosotros esperamos que las dos embarcaciones con las que cuenta la población estén en condiciones para trasladar a los turistas que ya no accederán por el puente.


El puente de 860 metros de longitud y 4.50 metros de ancho fue inaugurado por el gobierno nacional en junio de 2014. 

POBLACION PREOCUPADA

Los pobladores de la isla Santay están afectados por este incidente, el turismo es el que "para la olla" * En efecto la atención en la guianza y en las actividades del restaurante a los visitantes son los principales recursos con los que actualmente cuentan.

La comunidad esta organizada a través de la Asociación de Pobladores y la Asociación de Servicios Turísticos ASOSERTUSANTAY  y  cuenta con dos embarcaciones que hacen el servicio de transporte fluvial de turistas desde Guayaquil a Santay. Igual se puede decir del turismo deportivo que se realiza con los recorridos en bicicleta por caminaderas desde los puentes a Duran y Guayaquil hasta la comunidad de San Jacinto de Santay.

Justamente hace pocos días este servicio fue paralizado debido al deterioro de las caminaderas por su uso y porque se puso en evidencia la mala calidad del material e incluso ciertos problemas de diseño en su construcción. 

Si ahora sumamos este lastimoso evento, se puede decir que el turismo podría decaer de manera importante.

QUE HACER PARA AYUDAR A SANTAY

Hasta que el puente se repare y se tomen los correctivos de seguridad y control para que eventos similares no se vuelvan a producir. Seria importante solicitar a los visitantes interesados en llegar a Santay que esperen las noticias oficiales provenientes del Ministerio del Ambiente y de la Gobernación del Guayas. 

El acceso podrá realizarse a través de las embarcaciones que parten desde el Yacth Club de Guayaquil en el Malecon a la altura de la Gobernación.

También es posible ingresar desde el acceso de Duran a través de su puente peatonal, la llegada a la comunidad seria a pie por la falta de bicicletas.

Tengamos fe en que esta reparación se hará en el mas corto periodo.


* modismo ecuatoriano para expresar que con ese ingreso se mantiene a la familia.

15 junio 2017

La Palmada, un cuento en Santay de Felipe de la Cuadra Moreira

Felipe de la Cuadra Moreira escribió el libro "Historias tenebrosas de Guayaquil antiguo" también Subtitulado como "Espectros, entierros y asesinatos". Fue publicado en 2004 por el fondo Proyecto de Rescate Editorial de la Biblioteca Municipal de Santiago de Guayaquil. Dentro del mismo figura el siguiente cuento ambientado entre 1927 y 1931 en la Hacienda "La Pradera Chica" de la Isla Santay, como lo cita el mismo autor.
Este sitio web es no-comercial y de difusión para el mejor conocimiento del Humedal Isla Santay, de su historia y su cultura.




LA PALMADA 
Hacienda "La Pradera Chica"
Isla Santay 1927-1931


Era la época en que los dueños de las hacienda de la Isla Santay vivían al mismo tiempo en las mismas y cruzaban desde Guayaquil en canoas, pero canoas de guachapelí y con 8 a 9 metros de eslora y 1.20 de manga, bien planas para poder navegar sin temor a quedarse atascadas en los bajos de arena o lodo del río.

Muchos mantenían sus canoas cuidadas por el guardián de los diferentes muelles y algunos en las balsas del mercado Sur o en el Guayaquil Yacht Club.

Mi abuelo era entonces el dueño de "La Pradera Chica", quedaba frente al Guayaquil Yacht Club y el muelle del ferrocarril a Duran.

Nunca podré olvidarme de esa casa de hacienda, era inmensa. Llegabas al estero que entraba a la casa de hacienda que daba el frente a Guayaquil y amarrabas la canoa o lancha en un pequeño muelle, de Allí por un camino de piedra unos 3,50 de ancho por 40 metros arribaba hasta el portal de la escalera. Subías la misma y te encontrabas en un corredor de 3 metros de ancho que te llevaba a los dormitorios al frente del río, eran 7 dormitorios, que más parecían salas de baile, y en la parte de  atrás al este, un gran comedor frente a la escalera, una cocina a la izquierda y la despensa y el guardafrío a la derecha, dos servicios y cinco cuartos para los empleados. Ese tipo de casa de hacienda ya no se encuentra, ha desaparecido debido al alto costo de construcción en madera, con un tumbado de unos seis metros en los aleros y ocho a la viga del centro. Se ponían de ocho a diez hamacas en la planta baja y era el centro de reunión en las tardes o en las noches a jugar barajas (el rummy y el cuarenta). Del lado del norte abajo estaban las habitaciones del administrador y el cuarto de las monturas, junto a otro donde se guardaba todo el equipo de ordeno.

El viento fuerte del río traía un fresco increíble, sano y saludable, y hasta allí en ciertas noches se olía el aguardiente que destilaban en Duran. Mi abuelo pasaba siempre allí los fines de semana y se quedaba tres o cuatro días, muchas veces acompañado de sus hijas y su hermano Clodoveo, y con el viajaban sus compadres Rafaél y Jorge. Era una casa feliz, llena de mi madre y sus hermanas y hermanos, que eran por todo siete, más sus amigos.

Lo que les describo no es producto de mi imaginación, sino lo que mi madre y mi abuelo me contaron, corroborado por mis tíos. De un momento a otro se comenzó a oír entre las 5 o 7 a.m. un golpe seco como cuando se golpea con la mano abierta sobre el escritorio o una mesa. seco y fuerte, que se podía oír en toda la casa, no tenía un lugar fijo, podía ser en la cocina o en la despensa como en un dormitorio o en la escalera.

Lo continuo e  inexplicable del ruido creó un nerviosismo natural entre todos, y Ia familia dejo de ir tan a menudo, no así mi abuelo y su hermano que nunca fallaban.

Un domingo a las 6 a.m. mí abuelo y su hermano estaban tomando desayuno, lo típico, café con leche, verde asado con queso. En eso mi tío abuelo Clodoveo sin pensarlo dice: Oiga hermano, no se ha oído la "palmada", que sucede, se quedó dormido el muerto.

En ese instante encima de la mesa entre los dos sonó la palmada, en la forma más horrible, seca y ruidosa, que la cocinera y la muchacha salieron a ver que sucedía pues los platos y cubiertos saltaron en el aire. Es obvio que nunca más mencionaron la palmada. Especialmente entre las 5 a 7 a.m., so pena de pasar un tremendo susto.

No recuerdo cuanto tiempo duro aquello, pero mi madre se casó y ella adoraba su hacienda. Comenzó a llevarnos a mi hermana y a mí a pasar día o semanas en ella. Lo raro es que nunca sonó la palmada desde que mi madre nos llevó por primera vez y en la misma forma que se presentó desapareció. Esa casa venía siendo de la familia por muchos años desde la época de mi tatarabuelo. Decía mi madre que quizás los niños hicieron desaparecer la palmada.

Autor: Ing. Felipe de la Cuadra Moreira 

Imagen: Casa de la hacienda La Florencia, Propiedad de los Sucesores de Don Tomas Rolando, extraída del Libro "Ecuador en Chicago" Diario de Avisos publicado en 1984 como resumen de lo que Ecuador presentó en la Exposición Universal de Chicago en 1893

23 agosto 2015

22 agosto 2015

Valentín Domínguez disfruta llevar a turistas por el golfo de Guayaquil

Valentín Domínguez es el administrador de la Asociación 
de Servicio Turístico de la isla Santay. Hacen 
paseos por el río Guayas. Jorge Peñafie
A bordo de una pequeña lancha a remo, en la década de los 90, Valentín Domínguez llegaba a su escuela en el centro de Guayaquil desde la isla Santay. Todo a un ritmo “dificultoso”.

La única comunicación entre la comuna y Guayaquil eran las canoas. “Fueron épocas bien difíciles porque no había la facilidad de transporte”, recuerda Domínguez, de 32 años, que abandonó sus estudios secundarios en 1999. 

Desde allí, fiel a la tradición de sus familiares, se dedicó a la pesca, actividad que disfrutaba en su infancia. Pero una capacitación que hubo en la isla, en 2010, cambió el curso de su actividad y lo motivó a interesarse por el turismo.

A partir de allí se involucró como líder comunitario hasta que fue seleccionado por su comuna como administrador de la Asociación de Servicio Turístico de San Jacinto de Santay, que se encarga de las embarcaciones, boleterías y el restaurante de la isla.

 Entre charlas y talleres, se empezó a alejar de las redes y el vaivén de la marea para cultivar su deseo de guiar a los turistas en el interior de la naturaleza de su ecoaldea.

Ahora, con más de 100 horas de capacitaciones y bajo su liderazgo, gusta de enseñar a los turistas nacionales y extranjeros los destinos que hay entre Guayaquil y la isla Santay. 

Cree que un buen trato, conocer cómo llevarlos y el buen cuidado son claves en esta actividad, que ya involucra al 50% de los moradores de la Santay, según Domínguez. 

Y es que el porcentaje de gente involucrada en el turismo se ha incrementado con la construcción del puente que une la urbe con la isla, por la calle El Oro y Durán. “Estoy muy agradecido con todos las implementaciones y ayudas”, manifiesta.

Hoy está dedicado enteramente al proyecto Turismo en el Golfo, creado por el Ministerio de Turismo. Su labor se enfoca a que todo esté listo para los paseos que se dan de 09:00 a 13:00, entre sábado y domingo, por el río Guayas visitando la isla Santay, la estación férrea de Durán y el Parque Histórico. 

Entre sus planes, el isleño anhela que se implemente el alquiler de kayaks y remo y buscar un par de naves más para los paseos. 

Fuente: El Universo

17 agosto 2015

Santay festejó a San Jacinto con misa, regata y bailes

Antes de las 11:00 de ayer, a lo lejos, en el río Guayas, bajo un cielo sin sol y con viento frío, apareció la primera de las seis yolas que llegó al muelle de la isla Santay que conduce a la casa comunal. Se trataba del equipo de la Asociación Deportiva Naval (ADN), que ganó la primera regata que organizaron los comuneros con la Asociación de Remo, en honor a San Jacinto, el patrono de la isla.

En segundo lugar, arribaron los chicos de Cocodrilo Remo Club, y los de la Escuela de la Asociación de Remo (representando al Club de Remo Cleveland) fueron los terceros.

 Eddy Salavarría, presidente de la comuna, iba de un lado a otro en su bicicleta, ultimando los detalles de la entrega de trofeos y medallas a los deportistas ganadores (ver subnota). También recorrió la ecoaldea buscando un balón y un pito, para iniciar los juegos de volei e índor.

 En tanto que en la casa comunal, niños y adolescentes isleños ensayaban los bailes costeños, que luego presentaron al público, en honor a San Jacinto, cuya imagen estuvo en la entrada de este sitio, junto a su recipiente para las ofrendas. Y fue venerada durante la misa que ayer, a las 07:00, se ofició en el mismo lugar.

En la casa comunal, los menores también presentaron una sencilla pero simpática exposición de artesanías hechas con materiales reciclados, foami y origami. Las hicieron bajo la supervisión de los alumnos de Diseño Gráfico de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad de Guayaquil. Ellos prepararon todo esto para recibir a los turistas que se unieron a la celebración de la fiesta de su patrono.

Martha Ruiz invitó a su amiga y comadre Sandra Díaz con su hijo, Brandon Cartagena, a visitar Santay para disfrutar del programa especial donde el baile de los niños fue lo más aplaudido por los visitantes que llegaron desde Guayaquil. Fuente. Diario Expreso