29 agosto 2007

ISLA SANTAY PERTENECE AL CANTON DURAN

Mendieta niega el traspaso de Santay

La alcaldesa de Durán, Mariana Mendieta, negó ayer que el cantón haya cedido la administración, y peor, la patria potestad de la isla Santay, al Municipio de Guayaquil.“Ni siquiera con el pensamiento el Cabildo se ha atrevido a ceder la isla a nadie”, manifestó Mendieta, al aclarar versiones periodísticas en el sentido de que se habría entregado el manejo del humedal de 2.179 hectáreas de extensión, a la vecina Guayaquil.

Sin embargo, Pedro Gómez Centurión, gerente de la Fundación Malecón 2000, insiste en que el convenio sí se firmó.Pero la Alcaldesa reiteró que el Municipio de Durán atiende a los isleños con brigadas médicas y maestros, y se apresta a dotarla de oficinas para iniciar proyectos turísticos y planes de otra índole.

Mendieta no descartó la posibilidad, a futuro, de firmar convenios tripartitos con el Municipio guayaquileño y la Fundación Malecón 2000, con el fin de desarrollar planes turísticos que no afecten el ecosistema de la Santay, ubicada frente a la urbe porteña.“Pero siempre será el Concejo Cantonal de Durán el ente que vigile y regule cualquier actividad en la isla”, anotó la Alcaldesa. (JAA/MVM)

FUENTE: DIARIO EXPRESO http://www.expreso.ec/html/guayaquil3.asp

27 agosto 2007

Fraternidad en la isla Santay


Artistas y habitantes de Santay vivieron y trabajaron juntos.

Mildred Wiesner Yagual - Diario El Universo

El proyecto ‘Residencia solo con natura’ se desarrolló desde el 16 de agosto hasta el pasado viernes. Las obras se encuentran expuestas en la isla.

Faltaban 37 minutos para que el artista Hernán Zúñiga dejara a las 12:20 del pasado viernes la isla Santay, en la que permaneció ocho días y medio para participar en el proyecto ‘Residencia solo con natura’, junto con otros seis exponentes de la plástica del país y Estados Unidos.

Se trasladó hasta una de las mesas del restaurante del lugar donde se encontraban varios de los colonos, que fueron los guías que los acompañaron durante su estadía en el humedal, como también se la denomina a la Santay.

Luego Zúñiga tomó un cuaderno que uno de ellos le ofreció y escribió un pensamiento: “A todos mis hermanos de Santay / con respeto y aprecio les deseo / la salud y bienestar / que tienen los pájaros / las plantas y el cielo / que cubre a Santay / con una lluvia de colores. / Todos son artistas de la vida / en la plenitud del río / y el horizonte circular / de la Isla”.

El texto de Zúñiga resume la integración que lograron los artistas plásticos con los habitantes de la Santay. La naturaleza fue el nexo entre los grupos, porque debían elaborarse siete obras en cualquier espacio de la isla usando sus materiales naturales de vegetación, como la hoja de palma y lechuguín, la flor de palo prieto, el bejuco de agua, las semillas del guasmo y del compoño, la palma de coco, y la paja.

A más de la relación de trabajo que mantuvieron los artista Juan Carlos León, Adrián Washco, Christian Proaño, Katia Cazar, Hernán Zúñiga, Kim Waale y Mary Ghiel con los isleños, se formó una relación de amistad que motivó a que estos últimos “cuenten sobre sus vidas, sobre cómo diferenciar los distintos árboles y barro que poseen, las clases de especies de fauna que tienen”, sostuvo Juan Carlos León.

Aunque Mary Ghiel y Kim Waale, artistas estadounidenses participantes del proyecto, no hablaban mucho español, ese detalle no fue un limitante para que fraternizaran con los habitantes de la Santay. Al mediodía del pasado viernes, a varios de ellos les repartieron materiales para que continúen la labor artística aun luego de culminar la residencia.

La tarde del pasado jueves, Valentino Domínguez dibujaba con mucho cuidado sobre un pedazo de madera cubierto de barniz negro la forma de varias aves del humedal, del cocodrilo y de una serpiente.

Dijo que regresó a la pintura gracias a la confianza de Waale y a este proyecto, organizado por la Municipalidad de Guayaquil, la fundación Malecón 2000 y Aprofe, y que promovía la utilización de elementos naturales de la vegetación de la Santay y que artistas y colonos vivieran y trabajaran juntos. “A mí me encanta hacer obras y ahora he vuelto a esto. La artista de Estados Unidos me dijo que pintara los animales de la isla Santay y con mi amigo José pusimos lo mejor para que se vea bonito el trabajo”, añadió.

A Santiago Domínguez, de cuatro años y nativo de la isla, le resultó fácil desde los primeros días de la residencia reconocer el sendero que conducía hacia la obra de Juan Carlos León. Acompañado de Puchín, uno de los perros del lugar, todos los días le gustaba ver cómo trabajaban los artistas participantes del proyecto.

Juan Carlos Domínguez, de ocho años y uno de los 39 alumnos de la escuela unidocente rural Jaime Roldós Aguilera, creada en la isla hace siete años, desconocía la razón por la cual los artistas visitaban la Santay, sin embargo, refirió que le gustó mucho el taller de títeres que le dictó la escultora Ángela Echanique, quien no estaba dentro del equipo del proyecto pero se resolvió que hiciera una obra y brindara cursos artísticos a los niños.

Ella, quien se trasladaba a diario en lancha a motor hasta el humedal, mencionó que los colonos “son gente intrépida, generosa, colaboradora y sencilla”. Su obra se basa en la unión familiar, en la libertad que tiene cada miembro para recorrer los caminos del lugar y la conservación de las especies. Se titula Metamorfosis y representa una pareja de esposos y un niño en forma de pájaro. En la parte inferior de la escultura se aprecian las figuras de varios animales que hay en la Santay.

José Domínguez, de 67 años y el morador más antiguo de la isla, en la que residen 45 familias y cuya población es de 204 habitantes, indicó que el lugar se ve más colorido por la realización de las obras “y la gente está entusiasmada con que los artistas estén aquí durante el proyecto; ojalá que cuando ellos se vayan haya muchas personas que visiten San Jacinto de Santay para que se la vea animada, alegre”. Zúñiga aspira a volver más seguido al humedal y también anhela que los habitantes lo sigan conservando.

DICEN DEL PROYECTO

ENA GOMERO, MAESTRA “Algunos niños saben del proyecto porque ellos se interesan por andar con los artistas, pero todos han recibido los talleres de biodanza y títeres”.
KIM WAALE, ARTISTA“Muchos compartieron con nosotros sus conocimientos y con Valentino, mi colaborador, pasé buenos momentos”.
ADRIÁN PÉREZ, VISITANTE“Este proyecto ayuda a que se fomente aún más el turismo en la isla y a que sus habitantes sean más cultos”.

14 mayo 2007

LOS OLVIDADOS DURANEÑOS DE LA ISLA SANTAY

Por: Dr. WLADIMIR RAMIREZ C.
Son hombres mujeres y niños humildes, que día a día luchan por sobrevivir en un medio alejado de las comodidades a las que usted y yo estamos acostumbrados, ellos no cuentan con servicio de agua potable, electricidad, alcantarillado, los servicios de salud no existen, pues por ser una comunidad pequeña (180 habitantes aproximadamente) no califican, según les han dicho para que se les destine por lo menos un medico rural, que preste atención a este aislado grupo de ciudadanos del Cantón Duran, que al igual que todos nosotros están expuestos a las inclemencias propias del trópico, mas aun si no se cuenta con servicios básicos.

Si el país se escandalizo al ver a una duraneña dando a luz en una maternidad inundada, que dirían al ver a otra duraneña de la Santay, pariendo en una canoa en medio del rió, cosa que ya ha ocurrido mas de una vez, pues son varias las ocasiones en que la fuerza del brazo, no ha sido suficiente para llevar en forma urgente a una parturienta en una frágil canoa a la orilla vecina, para que tenga un parto seguro, pues el rió que no entiende de urgencias impone su fuerza natural y no permite a la frágil embarcación llegar a su meta, son sus aguas las que al igual que expertas parteras han escuchados los gritos desesperados de estas madres parturientas, seguidos del consolador llanto de sus hijos anuncio inequívoco del inicio de una nueva vida.

Son muchos los niños de la Santay que han nacido de esa forma, y que hoy crecen, corren y juegan ajenos a los beneficios, seguridades y ventajas que la vida moderna les da a nuestros hijos, muchos de ellos no saben que es una computadora, no las conocen, sus padres intentan con mucho esfuerzo darles algo de estudio apoyando en lo que pueden la labor de la única escuela uní docente que allí existe, en la que una maestra intenta con los escasos materiales con que cuenta, enseñar a leer y escribir a los 80 niños que allí estudian.

Los días lunes en su escuelita a la fecha medio desarmada, los niños de la Santay corean con orgullo el himno de su cantón, el himno a Duran, ellos no olvidan que son duraneños que son parte de este cantón que parece haberlos olvidado, se sienten parte de una estirpe ferroviaria que los reclamo como suyos al hacerse cantón, lo que obliga a nuestro municipio a cuidar de ellos y llevar hasta este rinconcito de nuestro Duran algo del progreso que la alcaldía tiene la obligación de llevar a todos sus habitantes.


La bandera de nuestro cantón y el nombre de este en su estandarte
demuestran el orgullo que sienten de ser DURANEÑOS


En lo que a salud se refiere esperamos que la nueva directora de salud del área 17, sea sensible a las necesidades de estos conciudadanos y destine un médico rural para que se encargue del cuidado permanente de la salud de esos hombres mujeres y niños que tanto necesitan.

El gobierno nacional a destinado fondos para la atención en el área de salud de quienes más lo necesitan, una noble labor para nuestra alcaldesa seria el interceder con sus buenos oficios para lograr adecuar un local debidamente equipado para que se establezca un Subcentro del Ministerio de Salud, que dé atención permanente a los pobladores de la Santay, para que ningún duraneño de esta isla vuelva a nacer en medio del rió Guayas.

Los pobladores de la Santay son gente callada que necesitan ser defendidos y ayudados para evitar los abusos como los que ocurren cuando utilizan arbitrariamente las instalaciones de la escuela, que fue construida en 1992 con fondos y esfuerzos del Comité Ecológico de la ESPOL, sus 2 letrinas y su espacio físico por los turistas que llegan de visita y cuando esto ocurre los niños son sacados y reciben sus clases en donde pueden, hoy la estructura de la escuela esta muy dañada, y es gracias a los esfuerzos de ecuatorianos incluidos varios duraneños radicados en Suiza, que están informados de las injustas condiciones de vida a las que están sometidos los niños de la Santay, que se han obtenido algunos fondos para comprar materiales que con el trabajo entusiasta de los mismos pobladores permitan a la ESCUELA JAIME ROLDOS volver a recibir a ese grupo de niños que luchan por salir de la ignorancia en la que da la impresión quieren mantenerlos sumergidos quienes saben que una población sin educación es callada, temerosa y fácil de esclavizar, aquellos quienes entienden que si los hijos de la Santay se preparan y se educan aprenderán a reclamar lo que por derecho les pertenece y a quienes hoy se les están negando El derecho a una vida Digna

Pobladores de la Santay observan e intentan reparar
los daños en el techo y estructura de la escuela JAIME ROLDOS.


En esta imagen puede observarse, los serios daños que a
la fecha tiene en su estructura la única escuela que funciona
en la Santay, que deben ser reparados para que los niños
puedan seguir con sus estudios

09 mayo 2007

Ayuda para la reparación de la escuela

APIL, la Asociación de Ayuda a la Infancia Latinoamericana, es una Asociación no-lucrativa establecida en Bienne-Suiza y que entre sus objetivos tiene el de ayudar a la mejora de las condiciones en que desarrollan su vida los niños en América del Sur. Son un grupo de activos amigos de diferentes países y que a través de reuniones y eventos culturales dan vida a esta ONG.

El primer proyecto de APIL fue justamente establecido en función del pedido de la Asociación de Pobladores "San Jacinto de Santay" que consistía en la reparación del techo de la escuela. Tras una visita de campo realizada por Katherine Ramírez, presidenta de APIL, se constató que los daños por la falta de mantenimiento de la escuela superaban el alcance la demanda inicial. A pesar de las dificultades para encontrar el financiamiento APIL esta aportando lo necesario en herramienta y materiales para que la valiosa mano de obra local en Santay logre poner nuevamente en forma este edificio polifuncional que fue construída por ellos mismos hace 7 años y que es una muestra de lo que son capaces de hacer como organización y además su mayor orgullo es que sus hijos se preparan en ella para un futuro mejor.

Un acuerdo entre APIL y la APSJS esta permitiendo que hoy la escuela este en franco proceso de reconstrucción.

RESULTADOS

Aqui la escuela antes de la intervención de APIL


La escuela despues del gran trabajo de la Asociación de Pobladores y el apoyo de APIL.

08 mayo 2007

Primer mensaje

Este primer mensaje va a dirigido a los pobladores de la Isla Santay, ese grupo de mujeres, hombres y niños que me enseñaron a conocerlos y respetarlos, que me permitieron compartir de cerca y de lejos su amor por ese pedazo de tierra atravesado en medio de la Ría.

Ellos que me permitieron tratarlos como lo que son: POBLADORES "nacidos y criados"en su isla.

A ellos mi más profundo respeto por su lucha tranquila, por su silencio rebelde, por su paciencia irreverente.

Dedico esta página a los NIÑOS y JOVENES DE SANTAY, por tanto intentaré que transmita esperanza y reflexión.

A los amigos e instituciones que me ayudaron durante tanto tiempo a llevar un proceso de acompañamiento, de trabajo comunitario y de acercamiento de los Santayenses a ellos mismos y su entorno, o al menos a intentarlo.

Una reverencia a la memoria de nuestros amigos Walter Achiote y Feliciano Dominguez.

Don José

31 mayo 2004

Moradores de la Santay culminaron sus casas

Redactor | Xavier Ramos


Las viviendas se inaugurarán a fines de junio. Los habitantes se preparan para el acto de apertura.

El sábado pasado, Benito Parrales daba los últimos acabados a su nueva casa. Dos meses demoró en levantarla en la isla Santay, frente a Guayaquil.
Son 46 viviendas nuevas que se levantan entre otras 15 casas viejas de caña. Desde la margen opuesta del río, en los sectores que bordean el río Guayas, se observa una hilera  de viviendas que hacen pensar que el cinturón de miseria abarcó la orilla de al frente, en la isla Santay.

Pero la realidad es otra. Se trata del conjunto de casas que los habitantes con el asesoramiento y financiamiento de la Fundación Malecón 2000 edifican en esta porción de tierra, declarada humedal de importancia internacional por la convención ecológica Ramsar, con sede en Irán.

La fundación municipal que administra la isla planea ejecutar un proyecto de desarrollo ecoturístico en la zona.

Mientras se encuentra el financiamiento para la obra mayor, que incluye la creación de muelles, estructuras para dar la bienvenida a los visitantes y un centro de interpretación para rescatar las especies de flora y fauna del humedal, la población se alista para el primer acto en el que se inaugurarán las casas nuevas, a fines de junio próximo.

Antes de la ceremonia, los habitantes tendrán que desbaratar las estructuras viejas que aún los cobijan.

La comisión de deportes, formada por 33 moradores de la Santay, hicieron el sábado pasado una minga de limpieza en la explanada que funciona como cancha de fútbol. “Lo hacemos cada vez que el invierno culmina y el agua ya no invade la isla”, expresa Aníbal Domínguez.

Benito Parrales Domínguez, otro habitante, daba los últimos toques a su futura casa de madera, tipo tecla y chanul.

Con 58 años, vivió el tiempo en que las costumbres de la isla cambiaron.

Aún recuerda las ensaladas de churos, el manglar que rodeaba las casas y los frutales de mango, ciruelas y grosellas que por allá, hace quince años, eran el paisaje común de esta zona. Ahora, según Parrales, las cosas no estan muy buenas. “Ya no hay pesca y algo que era riquísimo, los churos”.

Un crustáceo, parecido al caracol, de color negro y que abundaba en la campiña de la isla. “No sé qué pasó, pero las épocas bellas se fueron”, dice Parrales un poco resignado, pero tiene la esperanza de que el proyecto que se ejecute aumente las plazas de trabajo.

“Acá ya no hay alternativas”, afirma. Después sube a su vivienda para medir los espacios en los que colocará sus pertenencias. Un sombrero de paño, con bordados en los filos, cubre su cabellera negra. Se lo obsequió uno de sus tres hijos, Jorge Parrales, quien asistió al curso de tejidos.

Ahora, de lunes a viernes, los moradores asisten al taller de microempresas. Raquel Domínguez es una de ellas. “Estoy aprendiendo a hacer cuentas”, asevera, algo que no es nuevo porque todos los sábados y domingos cruza al otro lado del río, al mercado Caraguay, para hacer las compras de la semana.

Durante el acto de inauguración, los moradores presentarán las artesanías que  hicieron en los talleres.

COMUNIDAD
CINCO COMISIONES
La Fundación Malecón 2000 dividió a la población de la Santay en cinco comisiones:  Deportes, Vivienda, Aseo y Ornato, Guardianía y Seguridad, Primeros Auxilios y  la de Luz y Agua Potable. Los moradores también comunican a los funcionarios de la institución cuando hay algún intento de invasión.

LA FECHA
La fundación municipal administra la isla desde el 20 de septiembre del 2001. El Banco Ecuatoriano de la Vivienda la cedió por 80 años para que allí se realice un proyecto de desarrollo ecoturístico.

NO HAY LUZ
En la isla Santay habitan 198 personas. Ellos se dedican principalmente a la pesca. En la zona no hay  luz eléctrica. Sus habitantes utilizan baterías para generar energía.
Fuente: El Universo