28 diciembre 2016

La Estación Metereológica de Santay finalmente Operativa!!


La Asociación Amigos de Santay en su afán de conocer más sobre el clima presente en los ecosistemas del Humedal Isla Santay y sobre todo mejorar la calidad de la educación de los niños de Santay decidió hace un buen tiempo poner una Estación Meteorológica en el espacio escolar.

En efecto, en tiempos en los cuales los fenómenos climáticos son causales de muchas afectaciones naturales es importante que los niños comprendan cuales son y como se miden las variables con las que se determina el clima: Temperatura, Humedad, velocidad del viento, volumen de lluvia entre otras. la estación cuenta con sensores y elementos que permiten la recolección de esos datos los mismos que se presentan inmediatamente a través de una pantalla que se la ubicó en una de las aulas de la escuela.
EL PROYECTO

Lo que Amigos de Santay pretende es que la escuela inculque el interés y la curiosidad de los estudiantes en esos temas. Por otro lado uno de los graves problemas en la investigación científica es la falta de datos locales, con esta estación es posible registrar datos semanalmente, archivarlos y presentarlos en linea a través de un website. Mientras mejor conozcamos lo que pasa en el clima de Santay mucho mejor!

La escuela también se apresta a participar en un proyecto  con otras escuelas a nivel planetario a fin de informar del clima en su localidad a la NASA de esa manera se intenta validar en tiempo real los datos enviados por los sensores en los satélites climáticos, Así la estacion y el servicio de Internet recientemente instalado por Amigos de Santay en la escuela

RECONOCIMIENTOS

La donación fue hecha por Evaristo Navarro, la recepción de la compra, su transporte a Ecuador y entrega en Guayaquil por Martha y John Galarza, el pedido de recibirla, estudiarla e instalarla lo propusimos a nuestro amigo el  Ing. Pier Luiggi Maquilón.

Tomando tiempo suyo y de su familia Pier acompañado de su padre Andrés Maquilón Gómez y del amigo Edgar Muñoz Arteaga realizaron la instalación tan esperada, dándonos  esa grata noticia tenerla operativa y en marcha.

Se prevé que el día martes 3 de enero 2017 Pier Maquilón y la Oceanógrafa Leila Zambrano realicen una presentación completa de la estación a las maestras y alumnos, de allí en adelante Leila quien se ha propuesto voluntaria, quedará a cargo de darle continuidad al proyecto escolar y a quien agradecemos mucho de antemano su compromiso personal y profesional

A todos quienes de una u otra manera apoyaron este proyecto, Amigos de Santay y la escuela Jaime Roldós les agradecen de todo corazón.

Fotos: Pier Maquilón.

02 diciembre 2016

La escuela de Santay tiene servicio de Internet



Gracias a todos. Internet llegó a la escuela y llegó para quedarse. Un esfuerzo que valió la pena, es una herramienta que dará pasó a muy interesantes proyectos escolares.

16 noviembre 2016

Segundo avance de la instalación de Internet en la escuela de Santay



Este sábado 12 de noviembre se realizó la instalación de los equipos de energia fotovoltaica que servirán para alimentar la antena para el enlace internet par la escuela de Santay.

Ante todo muchas gracias a los Amigos de Santay que han dicho presente para hacer posible el avnace de este proyecto. Gracias al Ing. John Orellana en Guayaquil por todo su apoyo para concretar la adquisición de los equipos y su instalación. Igualmente a la empresa MCI Electricidad y a Netfaster. Como siempre tuvimos el apoyo logístico del MAE y la comunidad.

Ese mismo día se realizó una minga de limpieza y adecuación en la escuela que quiere estar lista para este importante paso como es el acceso al servicio de internet.

02 noviembre 2016

Enseñanza del idioma Inglés en la escuela de Santay

Gracias al apoyo de la Asociación  Amigos de Santay y la participación del profesor Jorge Peñaherrera desde el inicio del presente año lectivo se imparten 6 horas semanales de aprendizaje del idioma Inglés a tres clases de la escuela Jaime Roldós de la Isla Santay.

Según lo manifestado por el maestro Jorge, los niños están muy motivados y participan con entusiasmo en las clases. Por su parte la Directora de la escuela, Lcda. Ena Gomero considera importante poder contar con el dictado de esta lengua en su escuela. Es en esta etapa del aprendizaje que los niños desarrollan mejor sus habilidades para aprender una lengua extranjera, manifestó.

Amigos de Santay espera poder continuar ofreciendo este apoyo el próximo año lectivo. Como siempre todo depende de la buena voluntad de sus miembros y amigos simpatizantes, que como en este caso han respondido positivamente.

Día del Escudo Nacional se celebró en Santay

Al gobierno del General Eloy Alfaro Delgado se le debe la designación y oficialización del Escudo Nacional del Ecuador el 31 de Octubre de 1900. El diseño final pertenece al profesor Pedro Pablo Traversari.

Ecuador celebra cada 31 de Octubre esta fecha y la escuela Jaime Roldós de la Isla Santay la conmemoró haciendo un programa especial dedicado a resaltar este importante símbolo de la Patria.

Poesía a la Bandera cargo de  Anita María Reina y Flor Domínguez del 5to. Básico


 


Exaltación de nuestro escudo
Fuente: Wikipedia, fotos Ena Gomero

10 octubre 2016

Instalación de antena para señal internet para la escuela de Santay

Con la colocación de la antena sobre la torre del agua en la comunidad empezaron los trabajos para instalar la señal Internet para la escuela en Santay. Agradecemos al equipo del MAE en la isla por su apoyo logístico.

Estaremos poniendo al tanto de los próximos pasos para que este proyecto de apoyo de Amigos de Santay a la educación en esa comunidad tan querida por todos se concrete.

01 septiembre 2016

Benito Parrales, el lagartero de la Isla Santay

Por Jéssica Zambrano

Benito Parrales sostiene sobre su hombro a un cocodrilo de 1,75 metros, unos centímetros más de lo que él mide. Simula haber logrado una hazaña, mantener a 12 cocodrilos quietos, seguro lo es. Entonces los venda y les amarra el hocico. Demuestra que no les tiene miedo porque crecieron con él. A pesar de eso, ya no juega de la misma manera porque “los animales han crecido”.

Su historia con estos reptiles empezó hace 10 años, cuando los 11 cocodrilos que habitan en la Isla Santay nacieron en el Parque Histórico. El personal de la Fundación Malecón 2000, que en ese entonces manejaba la Isla, construyó un hábitat para que sean parte de la escena turística del lugar.

Cuando llegaron a la Santay, Benito presentó su hoja de vida para cuidarlos. Uno de los requisitos, además de pasar por una estricta capacitación, era no enfrentar ninguna enfermedad: ¡aprobado! “Yo los crié y los sigo manteniendo”, dice Benito. Los guardabosques que ahora cohabitan la Santay, como parte del manejo que ahora tiene en la Isla el Ministerio de Ambiente, también los alimentan, pero no tienen el estilo de Benito.

Son las 7:00 del tercer día de la semana. En la calle El Oro, al sur de Guayaquil, hay una cola de vehículos peleándose por el espacio. Hacia el oeste, a 30 minutos en bicicleta sobre el puente que conduce a la Isla, se encuentra la comunidad. También está el muelle, desde donde sale para ir a pescar. Casi todos los días a la misma hora sube a la lancha que le construyó su hijo, con ella consigue el alimento fresco para su familia y los cocodrilos.

Todos en la Isla Santay saben bien quién es Benito Parrales, pues además de cuidar a los cocodrilos es guía turístico, aunque no habla inglés; también es presidente de una Asociación de Pescadores Artesanales que se conformó hace 4 años. A pesar de que lo llaman ‘el lagartero’, se ha ganado la admiración de todos. Nadie quiere tomar la posta de su trabajo con los cocodrilos y lo quieren de presidente gremial hasta que “no pueda caminar”.

Hoy viste un pantalón azul de casimir, una camisa con cuadros intercalados entre el rojo, el negro y el gris, una gorra y zapatos blancos relucientes. Antes de irse por 2 horas a pescar cuenta su travesía con los cocodrilos.


Los comuneros lo escuchan, una vez más, mientras se sacuden los bichos que se amontonan en la mañana. Benito dice que los cocodrilos necesitan mantenimiento y cuidado. Confiesa que es el único capaz de bajarse a la loza que es parte de su cautiverio para alimentarlos, no lo hace desde fuera como los guardabosques. “Me bajo, los ‘chifleo’, cuando estoy cerca hablando con otros me miran, a ver qué es lo que estoy hablando. Yo no sé si ellos me entiendan, pero ahí está”, dice Benito mientras sonríe y se acomodan las líneas de expresión de su cara, que guardan el color de la tierra mojada

 “¿Si tienen nombre? ¡Uy!... es que en eso todos nos equivocamos —ríe Benito—. Al principio, eran 2 hembras y 8 machos. Así lo había constatado el veterinario una vez que hizo la prueba cuando estaban recién nacidos”. Entonces, para Benito, respondían con el nombre de los compadres del programa Mi Recinto: Compadre Garañón, Dulio, Calavera, Calo, Modesto, Carechancho... Hasta que en el cambio de administración, de la Fundación Malecón 2000 al Ministerio del Ambiente, “nos dimos cuenta que nos habíamos equivocado en todo. Los 11 cocodrilos eran hembras y dejaron de tener nombre”.

Desde mayo, además de enfrentar ‘un cambio de sexo’, los cocodrilos se trasladaron a un nuevo hábitat, que es 3 veces más grande que el primero. Esta, es una gran laguna dividida en 2 con un cerramiento perimetral con pivotes de madera plástica y malla triple galvanizada. A este espacio, llegó también un nuevo miembro, Tone, el único macho y el único que tiene nombre. El reptil de 3 meses viene de Esmeraldas, mide 1,70 m y Benito acusa a su lugar de origen de los problemas que tiene con él, pues a veces obedece y a veces no. Lo más frecuente es ver cómo Tone rechaza la comida porque de seguro “como viene de Esmeraldas ha de querer comer encocao o tapao”, dice Benito.

Por un lado están las hembras y a un costado, el único macho; su convivencia es todo un trajín. “Antes, cuando ocupaban el espacio pequeño, no se peleaban. Acá, se dan duro”, asegura el cuidador. Los biólogos atribuyen los conflictos a una etapa de estrés como consecuencia del traslado.

Benito Parraless es parte de las 56 familias que habitan la comuna de la Isla Santay desde su nacimiento, un 12 de marzo hace 68 años. En la isla están sus hijos y nietos. Vive con su esposa que es cocinera, un hijo y una iguana de 2 años a la que han apodado Panchita.

Sus abuelos, como muchas de las familias que viven en el lugar, llegaron a la Isla desde Santa Elena. Cuando nació, el lugar estaba habitado por 7 haciendas ganaderas de terratenientes, que posteriormente fueron expropiadas. Ellos fueron reconocidos como los primeros comuneros. Creció en una época de abundancia en la isla, que muchos aún recuerdan. La abundancia era tanta, que los lugareños ni siquiera se comían los cangrejos que en cada paseo se metían debajo de las casas. Benito estudió la escuela en la tierra de sus abuelos, pero solo llegó hasta tercer grado. Cuando su padre murió él aún estaba pequeño, tendría unos 13 años, entonces su abuelo lo hizo trabajar.

Como muchos de los habitantes de la isla, aprendió a hacer de todo, desde peón hasta machetero. Su vida en la pesca empezó a los 8 años y los 15 se dedicó al trabajo del banano, fue calificador de guineo y luego estibador en la Autoridad Portuaria en Puerto Nuevo. Después, vivió en Los Ríos. Sembró cacao. Fue futbolista y boxeador.

 En Los Ríos conoció a los exploradores que cazaban cocodrilos; los mataban por la piel. “Todo era plata, hasta el aceite”, dice Benito. Y aunque le pagaban para dar explicaciones sobre el paradero de los cocodrilos, jamás mató uno. Luego de esa experiencia fuera de la Santay, no ha vuelto a irse. En la actualidad, los cocodrilos de la especie Crocodylus acutus, que permanecen en Santay son uno de los principales atractivos turísticos de la isla, considerada un humedal donde habitan, además, diferentes especies de aves y mamíferos como los mapaches y tigrillos.

Según los especialistas, la presencia de los cocodrilos en Santay podría atraer más pájaros y será más fácil observarlos porque estos buscan hacer nidos en árboles cercanos a los reptiles para proteger a sus crías de depredadores. Benito asegura que los cocodrilos de la Isla Santay miden entre 1,70 metros y 2,50 m.

DEBE SABER Muchas personas suelen creer que estos son animales lentos, pero no es así. Aunque por lo general se mueven a un ritmo lento, suelen utilizarlo como ventaja en torno a su presa.

La mayor parte de su alimentación se compone de vertebrados, incluyendo peces.

Tienen un metabolismo lento. Eso significa que pueden pasar sin comer durante una semana.

Estos reptiles no pueden masticar. Por esta razón, cortan la presa, la sacuden y la despedazan. En ocasiones, la arrastran bajo el agua.

Los reptiles de la Isla Santay pertenecen a la especie Crocodylus acutus.

Los cocodrilos suelen consumir rocas. Esto les ayuda a equilibrar su sistema digestivo.

Fuente