Fue en diciembre de 2000. Hacía días que pasaba por el Malecon de Guayaquil, alli vi un pequeño perro tirado en la acera, amorfo, lleno de sarna. En muy mal estado. Visiblemente casi por fallecer ... Pensé que no podía mirarlo morir sin hacer nada. Por lo tanto, decidí regresar a casa. Honestamente, mi idea era llevarlo al veterinario para poner fin a su sufrimiento. Pero las cosas no sucedieron así, cuando lo llevé a casa basto que ponga sus patas en el suelo para empezar a correr en todas direcciones, muy feliz de estar allí. Nada de morir en lo absoluto! Muy llena de vida ! Obviamente, no era cuestión de hacerla eutanasiar .
Lolita en Santay en 2000 |
En febrero de 2001, al
final de mi estancia, tuvimos que preparar el regreso a Bélgica.
¡Qué historia encontrar una jaula para el transporte aéreo! Y como
la aerolínea con la que viajaba no aceptaba animales, teníamos que
encontrar para Lolita un billete de avión en otra línea aérea. En
fin volvimos a Europa en diferentes aviones y aterrizamos en
diferentes aeropuertos también ... e incluso en diferentes países:
Bélgica para mi y Holanda para ella!
Lolita en Bélgica en 2013 |
28 de mayo 2013