20 septiembre 2009

SUEÑOS DE LA SANTAY

Por Patricia Bermúdez

Dicen que algunos sueños se vuelven realidad, que son premoniciones de lo que nos sucederá, por eso, cuando llegué a la Santay aquel domingo, con el grupo de amigos de la isla que José Delgado tan creativamente ha constituido desde su distancia, desde sus propios sueños, al encontrar un columpio entre los árboles, quise soñar en algo bueno, algo positivo para esa hermosura de paisajes y de gentes que hay en el lugar, tan al frente de la urbe, tan cerquita de una ciudad sumamente congestionada y caótica como Guayaquil, tan cerca y a la vez tan lejos del mundo cotidiano que conocemos. Quise, pero no pude.

Primero tuve que conocer algunas pesadillas que habían vivido su gente. Doña Elsa nos contó que el lunes Vicente había salido con su hijo Omar, como siempre lo hacen, a pescar en su estrecha y alargada canoa de madera. Habían llevado la cocina y el tanque de gas pues iban a pasar al menos dos días en las aguas del golfo. Y, ni bien hubieron salido al encender el motor, la chispa prendió una fuga del tanque del gas y este, sin aviso explotó, destruyendo de los humildes pescadores todas sus pertenencias, su instrumento para ganarse la vida, y dejándolos con fuertes quemaduras. A los pescadores, que viven frente a ese otro mundo que es Guayaquil, esa gran urbe llena de ruidos e innumerables peligros, les asusta ir allá y no existe ningún sistema de emergencias que comunique a la población con los servicios públicos ni de Guayaquil ni de Durán, de eso no se han preocupado sus “administradores para el desarrollo”. Vicente y Omar, no fueron a un hospital. Padre e hijo quedaron al cuidado de los suyos en la isla, esperando quizá que el tiempo cure sus cicatrices, sin embargo, las bacterias en el contaminado río no perdonaron. Una infección agravó sus heridas y finalmente tuvo que ir una brigada médica al auxilio para hacer las curaciones adecuadas, sin embargo, a las 72 horas de haber sucedido el grave percance.

Algunas otras historias me hicieron concebir una parte de estas vidas como sumergidas en una pesadilla de la que estos humildes habitantes no se percataban, debido tal vez a lo maravilloso del lugar, pero que los había convertido en personajes mas bien tímidos y desconfiados de todos los advenedizos. La relación de amedrentamiento que la fundación privada que administra la isla tiene con ellos, amenazándolos, cansándolos, explotándolos. Una relación que más se parece a la del patrón de la hacienda de los concertajes que a la de una fundación que presume buscar el desarrollo. Claro, que habría que ver cual es el concepto de desarrollo de una fundación con tan fuerte visión neoliberal. A mi entender, las fundaciones neoliberales trabajan bajo algunas premisas incuestionables: 1. las fundaciones no están para perder, sino por tanto para ganar, aunque se diga sin fines de lucro; 2. La gente que habita el lugar no importa sino los réditos económicos y en este caso los réditos económicos los traerá el “turismo ecológico; 3. Al ser prioritario la “ecología” y no la gente, entonces, importan supuestamente más los pájaros y los cocodrilos, que los turistas puedan ver, aunque estén encerrados, enjaulados, o simplemnte en fotografías; y, finalmente, 4. Lo que hace la gente pobladora de la isla es “contaminante” por lo tanto hay que tratar de que se vayan de allí, a donde pertenezcan, a un suburbio marginal de una ciudad o a un barrio miseria. La estrategia entonces es hostigarlos, quitarles los animales domésticos que dan sustento económico a sus humildes vidas, con la justificación de que los animales domésticos contaminan la isla, hacerles firmar documentos donde ellos se declaren no habitantes históricos del lugar como son, y darles a cambio un “permiso” para permanecer hasta que la institución lo determine.

Como verán luego del recorrido por la Isla, no me permití soñar con el temor de que continuaran las pesadillas, pero luego, al atardecer, tuve tiempo y volvi.

Recostada en una hamaca, igualmente bajo la sombra complaciente de los árboles, mirando el ancho río Guayas, y expectando el sol en el occidente hundir a la gran ciudad en la oscuridad, por fin pude soñar.

Soñé que en el futuro, yo podía regresar con mis hijos y mis nietos a la Santay un fin de semana cualquiera, en una lancha manejada por Vicente y su hijo ya adulto, donde habíamos un grupo de turistas, sí, dispuestos a pasar el fin de semana en el lugar. Soñé que Vicente, su mujer Raquel y Omar, se habían educado, y que prácticamente habían realizado a distancia tantos cursos sobre manejo turístico que eran unos verdaderos expertos. Soñé que las primas de Vicente eran unas de las guías que habían estudiado biología, idiomas y guiaban a los pasajeros de la lancha al llegar. Los sumergían en senderos bien señalados, les daban instructivos, les contaban sobre las plantas y sus usos tradicionales, sobre el árbol del Guasmo, de las propiedades curativas de su semilla, de cómo las palmeras habían llegado a la isla y sobre los algarrobos, y demás especies vegetales. Soñé que eran estos jóvenes quienes llevaban a los turistas al atardecer en silencio a mirar las aves y les explicaban en susurros sobre lo que hacían cada una de ellas. En mis sueños yo, mis hijos y mis nietos, comíamos unas deliciosas tilapias ese día, o bien ceviche de camarones y por la noche pernoctábamos en la isla para al día siguiente seguir la aventura de conocer el mundo natural, de manos de los pobladores de la isla. No eramos miles los que llegábamos los fines de semana a la isla, pero éramos suficientes para que Vicente, Raquel, Omar, Pedro, y toda la comunidad hubiera mejorado sus viviendas y sus vidas, administraran ellos mismos un fondo con el que cuidaban del humedal, de los senderos y de los instrumentos de las actividades de aventura.

Era ya de noche cuando desperté y me dije: Para construir este sueño hay que trabajar con la gente, por la gente y para la gente. Porque todo lo demás no son sueños, ni proyectos, sino solo un grande y muy mal contado cuento.

17 septiembre 2009

Gracias Señor Presidente!

Tomado de: La Noticia Duraneña
Por: Dr. Wladimir Ramirez Camacho

Un accidente en medio del río produjo el incendio de una pequeña canoa usada para la pesca, produciendo quemaduras a un morador de la isla Santay y a su hijo menor de edad que salvaron sus vidas lanzándose al río, de donde fueron rescatados por sus vecinos. En la isla no hay servicios médicos pero ese Santayence y su hijo no quieren salir de su isla pues nos dicen que si los hospitalizan de que van a vivir NO CONOCEN LA CIUDAD y no tienen dinero para pagar ni su mantenimiento en caso de tenerse que quedar hospitalizados menos para medicinas o tratamientos.

El padre mas lastimado le da a su hijo el ejemplo para soportar su dolor, como él lo hace como lo hicieron sus padres, como lo hicieron sus abuelos, es el resultado del conveniente aislamiento al que se ha sometido a la población de la Santay. Que tristeza que el municipio de Duran, se haya hecho de oídos sordos a nuestros constantes llamados para que se preocupen por ese grupo de Duraneños, pues a pesar de cualquier convenio de concesión hecho de forma ilegal e inconsulta irrespetando la soberanía del cantón, esa isla y su población siguen siendo responsabilidad del municipio de Duran.

Me van a decir que justo este martes 15 de septiembre realizo una visita histórica a la isla una funcionaria del municipio de Duran según dijo para observar y planificar el desarrollo de actividades turísticas en la isla donde según su concepto los turistas deberán llegar, bañarse comprar artesanías e irse, por cierto vistiendo a los pobladores con trajes tradicionales (para que hagan el papel de monos amaestrados para alegrarle la vida al turista), que errado concepto de turismo muy alejado de lo que se considera hoy el turismo que incluye protección y desarrollo de las áreas a visitarse además de respeto y oportunidades para la comunidad local, es decir un turismo programado que evite contaminación y promueva el desarrollo sustentable del medio y de la comunidad local , ojala el municipio de Duran de inicio a un concurso de planes de desarrollo para la isla que tenga como prioridad el respeto a su integridad y a su gente.

Pero no todo es malo hay gente que no realiza obras en función de réditos políticos o contando los votos que pueden rendir tal o cual sector en época de elecciones, gente que todavía siente que se debe servir a quienes más lo necesitan cuando lo necesitan.

Han pasado casi seis meses desde que en un esfuerzo por buscar ayuda para un grupo de niños parte de esta comunidad olvidada en medio del Río Guayas, acudí a las oficinas de presidencia en el Ministerio del Litoral con la esperanza de que el problema que representaba el deterioro de la Escuela Jaime Roldos de la isla Santay fuera solucionado, muchas puertas habían sido tocadas por todos los que nos sentimos solidarios con el permanente abandono al que se ha sometido a la población de la isla que en su humildad ven como día a día su isla es motivo de un ¨Desarrollo Turístico¨ que ha proporcionado beneficios económicos de los cuales cual limosna se les ha dado muy poco, pero eso si a cambio de una serie de trabajos que realizar en beneficio del turismo, justo la escuela es un ejemplo de la poca ayuda que la comunidad recibía. Logré que el presidente se informara de lo que se sufría en la isla y ese mismo día se me dijo que se buscaría una solución, a las 24 horas fui contactado por personal del DINSE que por orden del presidente tenían la consigna de construir una escuela en la Isla Santay, visitaron la isla y lo primero con que se encontraron fue con personal de quienes administran la isla que lejos de ofrecer colaboración le dijeron que no se podía construir una estructura de cemento por que ATENTABA CONTRA LA ECOLOGIA DE LA ISLA.

Es qué los quintales de cemento con que hicieron el pozo para los cocodrilos que no son de Santay sino de Florida eran menos contaminantes que la estructura destinada a beneficiar a los niños que si son de Santay?

Lejos de amilanarse los funcionarios del DINSE, cumplieron con la orden presidencial y lo hicieron venciendo los obstáculos que se les ponían, aceptaron la proposición de una empresa machalena de construcción especializada en el uso de materiales ecológicos y así se inicio la construcción de la nueva escuela de la ISLA SANTAY, que ha sido entregada el día de hoy 16 de Septiembre a la comunidad para alegría de los niños que hoy saben que hay alguien que se interesa en ellos y les ha dado un sitio adecuado seguro y digno donde educarse, ese alguien es nuestro presidente Economista, Rafael Correa Delgado, a quien le hacemos llegar los sentimientos sinceros de la población de la SANTAY resumida en una solo frase:

¨ GRACIAS SEÑOR PRESIDENTE¨

Mis queridos lectores con profunda alegría les presento la nueva escuela “JAIME ROLDOS” de la ISLA SANTAY del Cantón ELOY ALFARO DURAN.


Santay: La isla con encanto.

Por: Lcda. Daphne Gallardo García.

Hace algunos meses mientras terminaba mi licenciatura en Buenos Aires, conocí a los Amigos de Santay, me contacté con ellos y a mi llegada a Ecuador, luego de varios mails al fin, arribe a la Isla, con ansias de conocer aquel pedacito de paraíso, sin embargo la sorpresa me impacto desde el primer momento, si bien cabe recalcar que debido a mis estudios, tengo una visión distinta de todo lo que respecta al turismo y su conservación, el asombro fue enorme, como primer punto la inseguridad que tienen los pobladores de Santay en su cruce diario a La Caraguay ( Mercado al sur de Guayaquil), teniendo en cuenta que solos existen dos canoas a motor, en aquel momento deje a un lado aquel miedo al río y pensé que quizás lo que me esperaba en la Isla iba a compensar aquel sufrimiento, mas a mi llegada me di cuenta lo desamparada que esta la comunidad, debo remarcar que la belleza natural del lugar es magnífica, que su paz reconforta y que sin duda puede llegar a ser un lugar maravilloso para promocionar mas no “explotar” turísticamente.

Retomando el tema de los pobladores, si bien luego de mi experiencia en cuanto a la cosmovisión de las comunidades, vislumbré claramente que son personas introvertidas pero llenas de ganas de luchar, de salir adelante, personas que quieren un futuro mejor, quizás no llenas de comodidades como las que conocemos nosotros, sino simplemente tener eso básico que los de continente poseemos y para ellos es casi inalcanzable como la luz, el agua potable, las cloacas, en fin lo esencial para subsistir.

Analizando mas a fondo descubrí el por qué de aquella timidez de la gente, me comentaron todo lo que habían sufrido, lo que siguen sufriendo, ya que muchos los tratan como simples instrumentos, según mi criterio personal concebí que ellos de cierto momento se sienten títeres, manejados, manipulados, no son consultados de esos supuestos “emprendimientos turísticos” hablando fríamente esos seres humanos -que por serlo,
merecen entre tantas cosas respeto- son un “atractivo” mas, como quien habla de un mono, de un pájaro, de una mariposa o un lagarto.


Entonces es ahí cuando a mi cabeza vino la pregunta, ¿Las personas que están realizando o tratando de promocionar Santay, entenderán o dicho un poco más crudo,¿ Sabrán algo acerca de lo que significa conservar un lugar natural tan importante como es el caso de La Isla Santay?, o simplemente van detrás de los beneficios económicos, sin un proyecto de conservación a largo plazo, teniendo muy en claro que dentro de la preservación de un lugar o reserva ambiental, lo primordial es la comunidad que vive dentro de la misma, acá no se trata de echarlos, de mandarlos a vivir a algún suburbio de la urbe como muchos quisieran, el plan turístico debería empezar por ser un plan verdadero como lo hacen las grandes ciudades turísticas, en el cual se instruya a la comunidad, se la haga participe, logrando así que se sientan orgullosos de quien son y por ende gracias a todo lo anterior, crear una cooperación, para lograr que en el momento de la llegada del turismo no solo se “bañen en el río, coman algún plato típico o paseen por la isla” sino a su vez se logre interactuar con los seres humanos que viven en ella, que puedan trasmitirles las anécdotas de sus padres, abuelos y sin duda se va a lograr interactuar con los nativos haciendo la experiencia más interesante, atractiva y humana que realizar ese - si así se puede llamar- “turismo sin contacto con el nativo”.
Considero que si se quiere promocionar a La Isla Santay en eventos internacionales, primero debería haber un plan serio y bien organizado, donde los pilares principales sean la comunidad, la flora, la fauna, la conservación, y no solo el beneficio económico, en este mundo globalizado el turista es cada vez más exigente en lo que quiere comprar dentro de sus paquetes turísticos, si se promociona algo engañoso es más que seguro que ese turista nunca vuelva y por ende trasmitirá el desagrado que sufrió, esto se vuelve una cadena que perjudica al lugar, está comprobado que un turista insatisfecho logra convencer al menos diez personas de nunca visitar aquel lugar, donde él la paso tan mal.

Para finalizar creo que se debería exigir personas capacitadas, profesionales para manejar este tipo de temas, que sin duda es generador de divisas, pero que si lo tomamos solo como eso dentro de unos años, Santay será talada en su totalidad, convertida en un Disneylandia, Una gran cancha de Golf, o en un Samborondón. Hay que crear conciencia de lo importante que es la preservación, conservación y de la sustentabilidad de los lugares como este, que sin duda son el pulmón de una ciudad que cada vez está más contaminada.

11 septiembre 2009

Pugna por turismo en la Santay

Guías de la isla piden a fundación una mejor paga por los cobros que se hacen por visitas al lugar.

Desde 2006, cuatro de los 214 habitantes de la isla San Jacinto de Santay ofrecen servicios de guías turísticos comunitarios a las personas nacionales y extranjeras que visitan el lugar.

Por esta labor, la Fundación Malecón 2000 -que administra la isla Santay desde hace 9 años- les paga US$ 0,15 por cada turista y recorren junto con ellos los senderos.


“El tema de los US$ 0,15 es terrible, no comprendo por qué Malecón 2000 solo nos reconoce ese valor por cada guianza”
BENITO PARRALES
Guía comunitario de la isla Santay


Para llegar hasta allí, los pasajeros deben utilizar el crucero Discovery, transporte fluvial que tiene un convenio con la fundación.

La empresa Discovery cobra US$ 8 los adultos, US$ 6 los niños y US$ 4 por estudiantes de colegio. De cada pasaje la compañía se queda con US$ 7, Malecón 2000 con US$ 1, y de este último dólar el 15% se destina a cada uno de los guías comunitarios.

Sin embargo, los guías, quienes con esos recursos ayudan a mantener a todos los habitantes de la isla, están insatisfechos con la paga que reciben.

Benito Parrales, guía comunitario de la zona, asevera que la Fundación Malecón 2000 solo le reconoce US$ 0,15 por cada turista que atiende, siempre que el visitante le entregue al final del recorrido un tique proporcionado por Discovery. “Esa cifra no recompensa los 45 minutos que dura el recorrido por los senderos con los turistas. Deberíamos recibir más de parte de la fundación. Nosotros cuidamos el lugar, los animales silvestres y todo lo que involucra al ecosistema de la isla”, afirma Parrales.

Él acota que la cancelación del rubro se realiza al final de cada mes, solo cuando hayan recibido turistas. Caso contrario, no obtienen nada.

“El tema de los US$ 0,15 es terrible, no comprendo por qué la fundación solo nos reconoce ese valor por cada guianza. Esa cantidad no es un beneficio para nosotros, bueno fuera que nos pagaran al momento, pero nos pagan mensualmente o cada dos o tres meses”, asegura.

La Santay es un humedal protegido con leyes, según lo indica la ficha Ramsar Nº 1041, que forma parte de la Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional, especialmente como hábitat de aves acuáticas.

Ese sitio, localizado frente a Guayaquil y detrás del cantón Durán, tiene una extensión de 4.705 hectáreas, de las cuales 2.200 corresponden a la isla y 2.505 a las aguas circundantes.

En la actualidad Santay es propiedad del Banco Ecuatoriano de la Vivienda (BEV), el cual, en 2001, firmó un fideicomiso mercantil. Esto es un contrato que transfiere, de manera temporal e irrevocable, bienes muebles o inmuebles a un patrimonio autónomo dotado de personalidad jurídica.

El BEV otorgó a la Fundación Malecón 2000 la administración de la isla por 80 años

Bajo esa figura, el BEV otorgó a Malecón 2000 la administración de la isla por 80 años. A pesar de que este lugar, considerado turístico, es parte de Durán. Así lo confirma Xavier Miranda, asistente de coordinación del proyecto Isla Santay, que lo ejecuta la fundación.

Él explica que el Banco Ecuatoriano de la Vivienda firmó el acuerdo con la finalidad de desarrollar un proyecto turístico, educativo y ecológico, que se ha efectuado durante estos 9 años.

Miranda argumenta que, como parte de esa propuesta, tienen su propia embarcación, la cual permite el traslado de estudiantes. De lo que se cobra por ese viaje, un porcentaje se destina a la conservación del humedal. Pero el funcionario desconoce la cifra que reciben los guías del lugar.

“En lo que respecta a la guianza de la isla, se da un porcentaje a los pobladores y el resto se lo utiliza para el mantenimiento de los senderos, porque es un sitio Ramsar”, aclara.

El asistente señala que, dentro de la isla, el turista no debe pagar por los servicios que presta el guía, porque cancelaron con anticipación lo que les corresponde a esos trabajadores.

No obstante, Tomás Domínguez, presidente de la asociación de pobladores de Santay, asegura no haber firmado un documento que especifique la cancelación de los US$ 0,15 por parte de la institución, pero señala que “fueron los directivos de la fundación quienes impusieron la cifra”.

Ante ese conflicto, los comuneros decidieron implementar una iniciativa propia que les permita recaudar más recursos para ellos.

El colectivo promociona el turismo de la isla en el mercado Caraguay (en el barrio Cuba, al sur de la ciudad), donde cobran US$ 15 por traslado (ida y vuelta) a grupos de 20 pasajeros. Aunque Domínguez aclara que ese valor es negociable.

214 habitantes de la Santay son ayudados con los recursos que ganan los guías comunitarios

Él admite que la fundación prohíbe esa práctica para conservar la seguridad de los pasajeros, pero afirma que se han visto en la necesidad de hacerlo. “En reiteradas ocasiones pedimos a Malecón 2000 incrementar la tasa turística a US$ 1 para adultos y US$ 0,50 para niños, pero en vista de que la situación no cambia, promocionamos la isla en el mercado”, explica.

Los guías de la comunidad precisan que, mensualmente, con la fundación, ganan entre US$ 20 a US$ 40, pero “no alcanza para comprar los víveres y medicinas, por eso recomiendo que vengan desde la Caraguay”.

María de los Ángeles Gustoja, profesora de Antropología Cultural de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), los US$ 0,15 que aceptan los pobladores como forma de pago “vale más que no recibir nada”, pero recalca que es el “Gobierno el que debe concienciar sobre esta situación”.

Para Gustoja, el rubro que actualmente ellos reciben es injusto: “Hay que tomar conciencia de que el guía nos ha dedicado dos horas de su tiempo al mostrarnos una joya que es parte del pulmón verde de Guayaquil, no es justo que reciba centavos para sobrevivir”.

ANALISIS
Manuel Burgos
Director de la carrera de Turismo de la Universidad Espíritu Santo

La isla es un lugar subutilizado


El nivel que tienen los guías turísticos de la Santay es básico, no están capacitados para ofrecer un servicio mejor. No manejan otro idioma ni interpretación ambiental.

Los honorarios que normalmente recibe un guía, en varias áreas, dependen de la propina. No es tanto el valor que les pueda dar la fundación. Es importante el incentivo base, pero se debería manejar el acercamiento y conectividad con el grupo de turistas para que se genere una propina interesante.

Debería estructurarse una mejor propuesta de la isla Santay para captar los turistas extranjeros de Guayaquil.

La isla todavía no es un producto turístico competitivo comparado con los otros sitios que se ofertan. Como aún no hay una propuesta atractiva, seguirá siendo un destino ocasional.

Para mí, la Santay está subutilizada. Es un espacio natural interesante que no está desarrollado.

El turismo no solo requiere de sitios naturales, sino también infraestructura que haga confortable la experiencia de visitarlos.

El traslado hasta allá no recomendaría que se lo haga por la Caraguay porque se requieren vías más atractivas y seguras para el turista, especialmente si es extranjero. Lo idóneo sería salir del malecón.

Estefanie Maquilón
emaquilon@telegrafo.com.ec
Reportera
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05 septiembre 2009

Isla Santay: Esta su poblacion protegida?

From: RIVERA Maria
Sent: 07 July 2008 23:53
To: 'Sergio Lasso'; 'Sergio Lasso'
Cc: Subject: Declaración de la Isla Santay como Area Protegida
Estimado Sergio, Hemos recibido comunicación en la cual nos solicitan el apoyo para que la Isla Santay sea elevada a la categoría de área protegida. En este sentido los criterios de importancia internacional los cuales sustentan la designación de esta área como de importancia internacional también podrían ser utilizados para analizar la vibilidad de designar por parte del Ministerio de este sitio como área protegida.
Por lo anterior, ofrecemos nuestra colaboración en los términos que el Ministerio lo considere pertinente.
Cordialmente,
Maria Rivera
Maria RIVERA
Consejera Principal Américas
Secretaria de la Convención Ramsar
28 rue Mauverney, CH-1196
Gland
tel. ++41 22 999 0175; fax ++41 22 999 0169;
www.ramsar.org

En esos claros términos el Ministerio del Ambiente del Ecuador recibió la recomendación de parte de la Convención RAMSAR para convertir el Humedal ISLA SANTAY en Área Protegida e incluso ofreció su colaboración para ello a esa cartera de Estado. Esto fue hace 14 meses.


La necesidad de que Santay sea parte del Sistema Nacional de Áreas Protegidas es evidente y RAMSAR lo ve como algo "eco y lógico". Lógico, porque si 10 de los 13 humedales RAMSAR del Ecuador están dentro de sistema de Areas Protegidas del país, porqué entonces Santay, bajo los mismos planteamientos y características con los que fue declarado sitio RAMSAR, no podría ser Área Protegida.

ROL DE LA POBLACION EN LA PROTECCION ECOLOGICA DE LA ISLA

El Humedal Isla Santay ha sido presentado en los informes del país a RAMSAR como una experiencia exitosa de gestión de Humedales en Ecuador de ello es indudable que la población, conocedora pero sobre todo respetuosa de su isla, ha jugado el rol mas importante y todo eso a pesar de que su estatus sigue siendo injusto dentro de la isla. Tan injusto que el Fideicomiso que da la administración de la Isla Santay a M2000 por 80 anos, no nombra a la población para nada. Es decir ni en el texto de descripción de la isla ni en sus objetivos, hay una sola palabra que los mencione. No así para la Flora y la Fauna a las cuales si hay que proteger. Entonces, si la población ha jugado un rol importante en la protección del Humedal porque no lo jugaría en un Plan de Manejo del Área protegida Isla Santay?
Podríamos pensar que justamente es un éxito porque la población no es "reconocida". y que cambiando su estatus su rol ya no seria el mismo.

Eso seria como aceptar que la situación de servidumbre de la población es el eje conductor del éxito del proceso. A lo mejor. Pero, aquí un gran interrogante, si se piensa mucho en la protección de la Isla , sea como humedal, sea como Área Protegida, quien piensa en este país en la protección de la POBLACIÓN de Santay?.. El Estado? Al darle el derecho a la educación con la asignación de una docente y la construcción de su nueva escuela de alguna manera la esta reconociendo, pero a nivel de su estatus legal, a nivel lógicamente del territorio en el que viven desde hace 60 anios, el Estado no ha movido un dedo a pesar de continuas demandas para eso.

QUE SE ESTARIA GESTANDO

Sin embargo llama la atención que ya se haya casi "definido" la potencial entrega de la Isla Santay dentro una figura de manejo municipal (Área Protegida Municipal?) a los municipios de Duran ( Municipio que entrego la administración de la isla a Guayaquil y M2000) y el de Guayaquil ( este ultimo que no tienen ingerencia Administrativa sobre la isla) , esta anunciada intención se desprende facilmente de la descripción del Proyecto que esta ejecutando CEDA bajo pedido del Ministerio del Ambiente y con financiamiento de la IUCN. Proyecto que se esta ejecutando desde enero (9 meses) y que terminara en junio 2010. Cito:"...Este estudio incluirá también la capacidad de los gobiernos seccionales para asumir las competencias ambientales de acuerdo a las regulaciones establecidas en el Acuerdo Ministerial No. 106 sobre la transferencia de competencias del Ministerio del Ambiente a los gobiernos seccionales..."

Hasta ahora la población de Santay no tiene conocimiento directo ni indirecto de este proyecto. Típica manera en que se han venido haciendo las cosas cuando se trata de Santay. Es que acaso como con el Plan de Manejo del Humedal, serán solamente invitados a la socializacion y aprobacion de algo ya consumado? Y este Proyecto acaso no esta basado en el documento también de CEDA que analiza la situación legal de los humedales y que entre sus recomendaciones apunta a las Áreas Protegidas Municipales. Y porqué no haber estudiado una opción que les de la misma posibilidad a ls comunidad, a lo mejor habrian conluido en un proyecto de fortalecimiento comunitario.

Señores hay al menos 200 personas en SANTAY, 200 ecuatorianos solicitando y esperando que el Estado de la cara, que resuelva ese problema de justicia y eso pasa obligatoriamente por anular ese Fideicomiso miserable, esperemos que en eso al menos el gobierno este de acuerdo con nosotros, ya ha dado indicios de que si.

Luego que se analice la posibilidad real y legitima de que sea la comunidad quien maneje su isla, es decir su tierra, aunque les cueste una vida aprenderlo a hacer bajo otras reglas que ellos también quieren tener el derecho de conocerlas, y de aceptarlas. No hay prisa si se les da un buen acompañamiento.