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03 abril 2018

Niños de Santay participan en Concurso de Arte Juvenil 2018

Trabajos de 4 niños alumnos de la escuela Jaime Roldós ubicada en el Humedal Isla Santay participan este año en el Concurso de Arte Juvenil 2018 convocado por la Sociedad de Cientificos de Humedales. Ellos son Allan, Cristopher, Noemí y Paul.

El tema fue “Vida Silvestre de Humedales" y los niños participantes de Santay pusieron énfasis en el riesgo que pueden sufrir las especies a causa de la contaminación que llega desde la gran ciudad.

La votación electrónica para el concurso estará abierta al público el 1 de mayo de 2018 para lanzar así el Mes de los Humedales de los Estados Unidos.

El período de votación estará abierto desde el 1 de mayo hasta el 31 de mayo de 2018.

 Los ganadores serán anunciados en la Reunión Anual SWS 2018 en Denver, Colorado, EE. UU. En caso de empate, el Comité de Desarrollo de Humedales determinará el ganador. Los ganadores serán notificados por correo electrónico y anunciados a la comunidad de SWS y a las redes sociales.

El concurso en Santay

La Asociación Amigos de Santay que organizó las cuatro sesiones de arte en Santay en las cuales se produjeron estos trabajos agradece al Sr. Jorge Peñaherrera Campoverde por su destacada colaboración como instructor y a los padres de familia que permitieron la participación de sus hijos a pesar del tiempo de vacaciones escolares en que se realizó.

Todos los chicos participantes son alumnos de la escuela Jaime Roldós de la Isla Santay y aprovechamos esta oportunidad para agradecer a su Directora la maestra Lcda. Ena Gomero Tandazo por su apreciable colaboración.

Amigos de Santay hizo una clasificación de las cuatro obras a presentar al Concurso Internacional, obras que a nivel de la isla ya son ganadoras y recibirán de nuestra asociación un merecido premio.






 Jornadas de trabajo



Fotos: Jorge Peñaherrera

30 enero 2017

Celebrando a los Humedales en Santay

El 2 de febrero de cada año es el Día Mundial de los Humedales y en él se conmemora la fecha en que se adoptó la Convención sobre los Humedales, el 2 de febrero de 1971 en la ciudad iraní de Ramsar a orillas del Mar Caspio.

Desde 1997, todos los años organismos oficiales, organizaciones no gubernamentales y grupos de ciudadanos de todos los niveles de la comunidad han aprovechado la oportunidad para realizar actos y actividades encaminados a aumentar la sensibilización del público en general acerca de los valores de los humedales y los beneficios que reportan en general y la Convención de Ramsar en concreto.


Este año el tema que ha sido escogido para relevar esta celebración es el del papel de los Humedales como agentes para la Reducción de Riesgos de Desastre. 

Se ha seleccionado este tema para aumentar la sensibilización acerca de esta cuestión y poner de relieve las funciones esenciales de los humedales saludables en la reducción del impacto de acontecimientos extremos como las inundaciones, las sequías y los ciclones sobre las comunidades y también el incremento de la resiliencia de estas.

Más información:www.ramsar.org


LA ESCUELA DEL HUMEDAL ISLA SANTAY EN ECUADOR SE UNE A ESTA CELEBRACIÓN

Al igual que fechas como El Día de la Tierra (22 de abril) y el del Ambiente (5 de junio) La celebración del Dia Mundial de los Humedales es parte permanente del calendario escolar en la escuela Jaime Roldós de la Isla Santay.

El programa para este día estará compuesto de actividades de campo, como será la siembra de semillas de mangle en la zona cercana a la escuela, Charlas y concurso de dibujo y pintura.

Este es el programa y todos son bienvenidos!

8h00      Siembra de semillas de mangle (zona cercana a la escuela)

9h00      Concurso de Dibujo y Pintura

11h00     Charla sobre la importancia de los Ecosistemas del Humedal Santay
    como  reductores del  Riesgo de Desastres  Por:  Sr. Jorge Peñaherrera
    y Msc Leila Zambrano.

11h30    Presentación oficial  de la Estación Meteorológica  de la Escuela de Santay  y
charla informativa de su utilización. Por:  Ing. Pier Maquilón  y Msc. Leila Zambrano.

12h30    Refrigerio General.



Nota: Poster con historia ficticia sólo para uso educativo.

28 diciembre 2016

La Estación Metereológica de Santay finalmente Operativa!!


La Asociación Amigos de Santay en su afán de conocer más sobre el clima presente en los ecosistemas del Humedal Isla Santay y sobre todo mejorar la calidad de la educación de los niños de Santay decidió hace un buen tiempo poner una Estación Meteorológica en el espacio escolar.

En efecto, en tiempos en los cuales los fenómenos climáticos son causales de muchas afectaciones naturales es importante que los niños comprendan cuales son y como se miden las variables con las que se determina el clima: Temperatura, Humedad, velocidad del viento, volumen de lluvia entre otras. la estación cuenta con sensores y elementos que permiten la recolección de esos datos los mismos que se presentan inmediatamente a través de una pantalla que se la ubicó en una de las aulas de la escuela.
EL PROYECTO

Lo que Amigos de Santay pretende es que la escuela inculque el interés y la curiosidad de los estudiantes en esos temas. Por otro lado uno de los graves problemas en la investigación científica es la falta de datos locales, con esta estación es posible registrar datos semanalmente, archivarlos y presentarlos en linea a través de un website. Mientras mejor conozcamos lo que pasa en el clima de Santay mucho mejor!

La escuela también se apresta a participar en un proyecto  con otras escuelas a nivel planetario a fin de informar del clima en su localidad a la NASA de esa manera se intenta validar en tiempo real los datos enviados por los sensores en los satélites climáticos, Así la estacion y el servicio de Internet recientemente instalado por Amigos de Santay en la escuela

RECONOCIMIENTOS

La donación fue hecha por Evaristo Navarro, la recepción de la compra, su transporte a Ecuador y entrega en Guayaquil por Martha y John Galarza, el pedido de recibirla, estudiarla e instalarla lo propusimos a nuestro amigo el  Ing. Pier Luiggi Maquilón.

Tomando tiempo suyo y de su familia Pier acompañado de su padre Andrés Maquilón Gómez y del amigo Edgar Muñoz Arteaga realizaron la instalación tan esperada, dándonos  esa grata noticia tenerla operativa y en marcha.

Se prevé que el día martes 3 de enero 2017 Pier Maquilón y la Oceanógrafa Leila Zambrano realicen una presentación completa de la estación a las maestras y alumnos, de allí en adelante Leila quien se ha propuesto voluntaria, quedará a cargo de darle continuidad al proyecto escolar y a quien agradecemos mucho de antemano su compromiso personal y profesional

A todos quienes de una u otra manera apoyaron este proyecto, Amigos de Santay y la escuela Jaime Roldós les agradecen de todo corazón.

Fotos: Pier Maquilón.

02 diciembre 2016

La escuela de Santay tiene servicio de Internet



Gracias a todos. Internet llegó a la escuela y llegó para quedarse. Un esfuerzo que valió la pena, es una herramienta que dará pasó a muy interesantes proyectos escolares.

01 septiembre 2016

Benito Parrales, el lagartero de la Isla Santay

Por Jéssica Zambrano

Benito Parrales sostiene sobre su hombro a un cocodrilo de 1,75 metros, unos centímetros más de lo que él mide. Simula haber logrado una hazaña, mantener a 12 cocodrilos quietos, seguro lo es. Entonces los venda y les amarra el hocico. Demuestra que no les tiene miedo porque crecieron con él. A pesar de eso, ya no juega de la misma manera porque “los animales han crecido”.

Su historia con estos reptiles empezó hace 10 años, cuando los 11 cocodrilos que habitan en la Isla Santay nacieron en el Parque Histórico. El personal de la Fundación Malecón 2000, que en ese entonces manejaba la Isla, construyó un hábitat para que sean parte de la escena turística del lugar.

Cuando llegaron a la Santay, Benito presentó su hoja de vida para cuidarlos. Uno de los requisitos, además de pasar por una estricta capacitación, era no enfrentar ninguna enfermedad: ¡aprobado! “Yo los crié y los sigo manteniendo”, dice Benito. Los guardabosques que ahora cohabitan la Santay, como parte del manejo que ahora tiene en la Isla el Ministerio de Ambiente, también los alimentan, pero no tienen el estilo de Benito.

Son las 7:00 del tercer día de la semana. En la calle El Oro, al sur de Guayaquil, hay una cola de vehículos peleándose por el espacio. Hacia el oeste, a 30 minutos en bicicleta sobre el puente que conduce a la Isla, se encuentra la comunidad. También está el muelle, desde donde sale para ir a pescar. Casi todos los días a la misma hora sube a la lancha que le construyó su hijo, con ella consigue el alimento fresco para su familia y los cocodrilos.

Todos en la Isla Santay saben bien quién es Benito Parrales, pues además de cuidar a los cocodrilos es guía turístico, aunque no habla inglés; también es presidente de una Asociación de Pescadores Artesanales que se conformó hace 4 años. A pesar de que lo llaman ‘el lagartero’, se ha ganado la admiración de todos. Nadie quiere tomar la posta de su trabajo con los cocodrilos y lo quieren de presidente gremial hasta que “no pueda caminar”.

Hoy viste un pantalón azul de casimir, una camisa con cuadros intercalados entre el rojo, el negro y el gris, una gorra y zapatos blancos relucientes. Antes de irse por 2 horas a pescar cuenta su travesía con los cocodrilos.


Los comuneros lo escuchan, una vez más, mientras se sacuden los bichos que se amontonan en la mañana. Benito dice que los cocodrilos necesitan mantenimiento y cuidado. Confiesa que es el único capaz de bajarse a la loza que es parte de su cautiverio para alimentarlos, no lo hace desde fuera como los guardabosques. “Me bajo, los ‘chifleo’, cuando estoy cerca hablando con otros me miran, a ver qué es lo que estoy hablando. Yo no sé si ellos me entiendan, pero ahí está”, dice Benito mientras sonríe y se acomodan las líneas de expresión de su cara, que guardan el color de la tierra mojada

 “¿Si tienen nombre? ¡Uy!... es que en eso todos nos equivocamos —ríe Benito—. Al principio, eran 2 hembras y 8 machos. Así lo había constatado el veterinario una vez que hizo la prueba cuando estaban recién nacidos”. Entonces, para Benito, respondían con el nombre de los compadres del programa Mi Recinto: Compadre Garañón, Dulio, Calavera, Calo, Modesto, Carechancho... Hasta que en el cambio de administración, de la Fundación Malecón 2000 al Ministerio del Ambiente, “nos dimos cuenta que nos habíamos equivocado en todo. Los 11 cocodrilos eran hembras y dejaron de tener nombre”.

Desde mayo, además de enfrentar ‘un cambio de sexo’, los cocodrilos se trasladaron a un nuevo hábitat, que es 3 veces más grande que el primero. Esta, es una gran laguna dividida en 2 con un cerramiento perimetral con pivotes de madera plástica y malla triple galvanizada. A este espacio, llegó también un nuevo miembro, Tone, el único macho y el único que tiene nombre. El reptil de 3 meses viene de Esmeraldas, mide 1,70 m y Benito acusa a su lugar de origen de los problemas que tiene con él, pues a veces obedece y a veces no. Lo más frecuente es ver cómo Tone rechaza la comida porque de seguro “como viene de Esmeraldas ha de querer comer encocao o tapao”, dice Benito.

Por un lado están las hembras y a un costado, el único macho; su convivencia es todo un trajín. “Antes, cuando ocupaban el espacio pequeño, no se peleaban. Acá, se dan duro”, asegura el cuidador. Los biólogos atribuyen los conflictos a una etapa de estrés como consecuencia del traslado.

Benito Parraless es parte de las 56 familias que habitan la comuna de la Isla Santay desde su nacimiento, un 12 de marzo hace 68 años. En la isla están sus hijos y nietos. Vive con su esposa que es cocinera, un hijo y una iguana de 2 años a la que han apodado Panchita.

Sus abuelos, como muchas de las familias que viven en el lugar, llegaron a la Isla desde Santa Elena. Cuando nació, el lugar estaba habitado por 7 haciendas ganaderas de terratenientes, que posteriormente fueron expropiadas. Ellos fueron reconocidos como los primeros comuneros. Creció en una época de abundancia en la isla, que muchos aún recuerdan. La abundancia era tanta, que los lugareños ni siquiera se comían los cangrejos que en cada paseo se metían debajo de las casas. Benito estudió la escuela en la tierra de sus abuelos, pero solo llegó hasta tercer grado. Cuando su padre murió él aún estaba pequeño, tendría unos 13 años, entonces su abuelo lo hizo trabajar.

Como muchos de los habitantes de la isla, aprendió a hacer de todo, desde peón hasta machetero. Su vida en la pesca empezó a los 8 años y los 15 se dedicó al trabajo del banano, fue calificador de guineo y luego estibador en la Autoridad Portuaria en Puerto Nuevo. Después, vivió en Los Ríos. Sembró cacao. Fue futbolista y boxeador.

 En Los Ríos conoció a los exploradores que cazaban cocodrilos; los mataban por la piel. “Todo era plata, hasta el aceite”, dice Benito. Y aunque le pagaban para dar explicaciones sobre el paradero de los cocodrilos, jamás mató uno. Luego de esa experiencia fuera de la Santay, no ha vuelto a irse. En la actualidad, los cocodrilos de la especie Crocodylus acutus, que permanecen en Santay son uno de los principales atractivos turísticos de la isla, considerada un humedal donde habitan, además, diferentes especies de aves y mamíferos como los mapaches y tigrillos.

Según los especialistas, la presencia de los cocodrilos en Santay podría atraer más pájaros y será más fácil observarlos porque estos buscan hacer nidos en árboles cercanos a los reptiles para proteger a sus crías de depredadores. Benito asegura que los cocodrilos de la Isla Santay miden entre 1,70 metros y 2,50 m.

DEBE SABER Muchas personas suelen creer que estos son animales lentos, pero no es así. Aunque por lo general se mueven a un ritmo lento, suelen utilizarlo como ventaja en torno a su presa.

La mayor parte de su alimentación se compone de vertebrados, incluyendo peces.

Tienen un metabolismo lento. Eso significa que pueden pasar sin comer durante una semana.

Estos reptiles no pueden masticar. Por esta razón, cortan la presa, la sacuden y la despedazan. En ocasiones, la arrastran bajo el agua.

Los reptiles de la Isla Santay pertenecen a la especie Crocodylus acutus.

Los cocodrilos suelen consumir rocas. Esto les ayuda a equilibrar su sistema digestivo.

Fuente

La isla que se salvó de ser Disneylandia

Por: María Fernanda Mejía

Santay está a menos de un kilómetro de Guayaquil. Hay senderos, aire puro, y la casa de doce cocodrilos.

Foto: andes.info.ec
En esta isla no hay una montaña rusa, ni un carrusel, tampoco están Peter Pan ni los piratas de Nunca Jamás. Cruzando el río Guayas, a menos de un kilómetro de Guayaquil, viven otros personajes fantásticos: mariposas azules, cangrejos violinistas, más de cien especies de aves, plantas y hasta cocodrilos. Aquí está la isla Santay, las dos mil hectáreas de área verde que se salvaron de convertirse en un parque de diversiones tipo Disneylandia, gracias a que en el 2000 fue declarada humedal de importancia internacional, por su aporte al equilibrio biológico de los ecosistemas.

A este paraíso natural rodeado de cinco especies de manglar, se llega de tres maneras desde Guayaquil:

en lancha desde el mercado Caraguay, la forma más común hasta hace seis meses. El recorrido dura cuarenta minutos

a pie, por el puente bascular, que empieza en la calle El Oro. Toma más o menos cuarenta minutos y en el camino hay banquitas para descansar.

y en bici, se pedalean doce minutos aproximadamente sobre el puente. Ahí existe la opción de tomar el camino hacia la ecoaldea de Santay o al cantón Durán.

Por esa misma isla, que hoy la conocemos como Santay, pasaron piratas, hacia el siglo diecisiete, según una descripción de 1684 del inglés William Dampier, quien además de bucanero fue un explorador, escritor, botánico y observador científico. Durante las epidemias que azotaron a Guayaquil en esa época, Santay fue sitio de cuarentena para embarcaciones que arribaban al puerto. Más tarde –detalla la guía de Parques Nacionales– fue utilizada como fondeadero para la limpieza y el mantenimiento de las embarcaciones. Recién a inicios del siglo se pobló de hacendados que criaban ganado y producían arroz, lo que perjudicó el crecimiento natural del humedal, pues para alimentar a los rebaños se empezó a talar árboles y a plantar pasto.

Este pedazo de tierra, que ahora es pantanosa, no estaba en los planes del Estado como el pulmón de la ciudad. Todas las ideas apuntaban a que fuera, más bien, una isla de cemento. En 1979 fue expropiada a los hacendados y fue declarada propiedad pública. Bajo la administración del Banco Ecuatoriano de la Vivienda y luego de la Fundación Malecón 2000, se quería crear un parque tipo Disney para que los guayaquileños tuvieran una sitio de recreación. Otra opción era talar todo lo verde y convertirla en un aeropuerto internacional, levantar un plan de vivienda privilegiada o una maraña de túneles y puentes que comunicaran Guayaquil y Durán.

Sin embargo, el Comité Ecológico de la Escuela Politécnica del Litoral y los comuneros de la isla Santay se organizaron y lograron en el 2000 que se la declarara bajo el humedal Ramsar, un tratado internacional que protege a estos sitios de la depredación humana y la mancha urbana. Ahora viven ahí cincuenta y seis familias comuneras, que saben la importancia de preservar cada mariposa, cada planta, cada cangrejo miniatura. Sus niños salen en bicicleta para ir a Guayaquil.

Esta isla que se levanta en medio del río también es un Área Natural Protegida del Ministerio del Ambiente. Hay ciertas restricciones para quienes la visitan: las mascotas deben quedarse en casa, para evitar que afecten a los animales que la habitan. Tampoco se puede ingresar con armas, ni hacer grafitis, ni consumir bebidas alcohólicas. Por el bien de este humedal no se puede hacer campamentos ni fogatas, menos ensuciarla con basura, arrancar sus plantitas o cazar alguna de sus especies.

Si se elige ir en bicicleta desde Guayaquil, se puede alquilar una al inicio del puente, cuesta cuatro dólares e incluye casco. Mientras se avanza por el puente se siente la frescura del río. Al llegar al sendero que conduce a la aldea también se absorbe el oxígeno que emana de los manglares. Si se tiene suerte, quizá se observen osos hormigueros, mapaches cangrejeros, y venados de cola blanca que –según la guía de Parques Nacionales del Ministerio del Ambiente– también habitan la isla. Los sorprendentes personajes de la flora y la fauna de Santay no son, como se quiso alguna vez, hombres sofocados en grandes trajes de esponja, ni animales robotizados, ni ficticios bosques encantados. Aquí, en esta isla a ochocientos metros de la gran ciudad de palmeras foráneas y adoquines repetitivos, todo es real.

 Al caminar por la ecoaldea se llega a la La Cocodrilera, un sendero de setecientos metros que conduce al hogar de los doce reptiles que fueron traídos desde el Parque Histórico de Guayaquil y la provincia de Esmeraldas, donde se criaron en cautiverio. Son once hembras y un macho de la especie cocodrylus actus y son cuidados por Benito Parrales, el “lagartero” de la Santay.

 La aldea también tiene un restaurante. Aunque el menú es pequeño, siempre habrá al menos un seco de pollo y un sango de camarones, con precios accesibles (menos de cuatro dólares). Ahí también hay enchufes si es que se ha descargado el teléfono. A lo largo de los senderos también se encuentran algunos descansos, que pueden ser aprovechados para leer o disfrutar del entorno.

Lo mejor de todo es que –al no ser un parque de diversiones tipo Disney– existe el privilegio del silencio. A las 17:00, todos los visitantes deben salir de la isla y regresar a Guayaquil.

Para tener en cuenta:
La atención en el puente bascular de la calle El Oro, en Guayaquil, es de 06:00 a 21:00

 La isla está disponible para los visitantes de 06:00 a 17:00.

Ubicación:
















Fuente

02 noviembre 2015

15 años de la isla Santay como humedal Ramsar de importancia internacional


El 31 de octubre de 2000, en el pleno de una crisis económica jamás antes sufrida por el país, o al menos por esta generación de ecuatorianos, una pequeña pero reconocida  agrupación ambiental guayaquileña vivió junto a la población santayense momentos de algarabía al conocer que la Convención de los Humedales, conocida como Ramsar, había declarado a la isla Santay y sus aguas circundantes como Humedal de Importancia Internacional.

 Es importante conocer que ese tipo de pedidos, en este caso el realizado entonces por el Comité Ecológico del Litoral, fue sometido primeramente a las autoridades ambientales nacionales, quienes enviaron la ficha técnica del humedal candidato a la convención para, a criterio de ellos, anexarla a los sitios reconocidos por el país solicitante y por ende a los ya existentes alrededor del mundo.

 Para tener una idea de la importancia que ha generado la conservación de este tipo de ecosistemas y zonas de vida en el planeta, para octubre de 2000 Ecuador contaba con cuatro humedales de  importancia internacional, siendo la isla Santay el quinto, y a su vez el 1.041 en el mundo. Hoy hay 18 en Ecuador y son ya  más de 2.000 sitios declarados en los 160 países que hacen parte de esta Convención.

 Santay fue declarado Humedal de Importancia Internacional por su innegable situación natural, su riqueza en biodiversidad, pero también por el importante rol que la comunidad que la habita ha jugado y lo sigue haciendo para el mantenimiento de la misma.

 No olvidemos que la historia de Santay es la de una isla dedicada por décadas a la siembra de pasto y la cría de ganado lechero. En 1980 una vez expropiada, con los terratenientes  que partieron, con sus  trabajadores residentes desde ya tres o cuatro generaciones que son prácticamente abandonados a su suerte, Santay, que se inunda y se seca al vaivén de las mareas y aguajes, empieza una etapa de reposo.

 30 años pasa Santay en manos directas de sus pobladores, 3 décadas en las que las aves vuelven a residir, las especies migratorias reencuentran ese lugar de escala en sus largos peregrinajes, en que el manglar de 4 especies  se toma orillas y campos, pero sobre todo el poblador vuelve a su río en el que encuentra paz y sustento. Es esa Santay con una comunidad de entonces 182 habitantes la que reconoce y encuentra la Convención  Ramsar un 21 de octubre hace 15 años.

 Hoy muchas cosas positivas han pasado, y resalta de entre ellas una, el que en 2010 el Gobierno Nacional declara Santay como Área Protegida de Ecuador. Dicho así, el futuro de Santay como territorio natural protegido es un hecho. Cabe anotar que  ambas designaciones, la de Humedal Ramsar en 2000 y la de Área Protegida en 2010, provienen y son empujadas por la sociedad civil nacional e incluso migrante.

El Gobierno ecuatoriano está apuntalando Santay como un destino ecoturístico. Ciudadanos de Guayaquil, Durán, de todo el país y turistas extranjeros están llegando atraídos por la infraestructura creada para facilitar encuentro hombre-naturaleza. Sin embargo, en Santay sus valores culturales no han sido aún debidamente considerados. La Convención Ramsar, a través de su Secretaría General y de sus instancias que se ocupan de educación y cultura, resaltan y sobre todo recomiendan a los países miembros de la Convención sobre la importancia de precautelar los valores culturales de los humedales.

 El Humedal Isla Santay tiene su patrimonio histórico. La población de Santay, con su legado o herencia para las futuras generaciones, hace parte de él como patrimonio viviente. Por eso la iniciativa de establecer el Museo Comunitario allí debe concretarse. Un millón trescientos mil turistas ya perdieron la oportunidad de conocerlo. No esperemos que ese número se incremente y así se desconozca el valor que ha tenido, tiene y tendrá la población para la conservación y avance de este hoy quinceañero humedal al que deseamos larga vida.
 Fuente: El Telégrafo, Primer diarío público del Ecuador

31 octubre 2015

31 de Octubre 2000. Ramsar designa a la Isla Santay como Humedal de Importancia internacional



Hoy 31 de octubre, recordamos los primeros 15 años de la declaratoria de este Humedal como sitio RAMSAR de importancia internacional en 2000.

Proteger la isla y sobre todo su población fue una petición permanente durante muchos años anteriores a la declaración que estamos celebrando. En aquel entonces no hubo voluntad política para reconocer a Santay como Área Protegida, se argumentó con tintes regionalistas el temor a una administración centralizada o celos institucionales y políticos evidenciaron rivalidades internas que impidieron que se la proteja de manera definitiva. Por esa razón y porque se cumplía con los requisitos para hacerlo, se solicito el reconocimiento como Humedal a la Convención Ramsar.

Cuando salí de Ecuador mi mayor preocupación siguió siendo el reconocimiento como Área Protegida. Escribiendo y argumentando al Presidente Correa logré que mi petición sea recibida y tramitada en 2009 y que se le dé esta categoría en febrero del 2010.

Sin embargo de todos esos decretos, aún el tema de la población sigue siendo nuestra preocupación mayor.  Por eso no escatimamos en esfuerzos a nivel asociativo para apoyar a la educación primaria y secundaria de los niños y jóvenes santayences.

Su comunidad merece no solo infraestructura para los turistas sino que merece un espacio propio en el cual, si bien es cierto debe ser visitado por turistas, sea ante todo un lugar en el que expresen cual ha sido su historia, y sus cualidades culturales. hablamos de su Museo Comunitario.

No olvidamos tampoco que como cualquier comunidad necesitan su cementerio, pues es evidente que es un elemento importante de su arraigo en Santay conservar en su tierra a los suyos y sus recuerdos. Ya hay una propuesta presentada a los pobladores.

22 febrero 2015

Premiación del concurso de fotografía 2015 "El Humedal en el que vivo"

El viernes 20 de febrero se realizo la premiación del Primer Concurso de Fotografía "El Humedal en el que vivo" en la Isla Santay.

El Concurso que hacía parte de las celebraciones a nivel de Santay del Día Mundial de los Humedales 2015 consistió en que los niños y jóvenes de la isla entre 7 y  14 años realicen fotos del Humedal. El certamen fue organizado conjuntamente entre el Club Ecologista de la escuela Jaime Roldós , la Asociación de Pobladores San Jacinto de Santay y la Asociación "Amigos de Santay".

Se recibieron muchas fotos participantes y se apreció el interés en captar lo mejor de su entorno.

Tres imágenes fueron galardonadas con un Diploma y una donación económica de parte  de la Asociación "Amigos de Santay". Todos los participantes recibieron su certificado de participación.

Aquí las tres fotos ganadoras:

Primer lugar ( Diploma y 50 dólares)

El jurado destacó que el tema elegido por el participante Jefferson Darío Domínguez Domínguez haya sido la Biodiversidad del Humedal a través de uno de sus representantes el oso hormiguero.


Primer Lugar
Autor: Jefferson Dominguez Domínguez

Segundo lugar (Diploma y 30 dólares)

Para el participante Ricardo Xavier Jaime Domínguez por una escena captada en uno de los esteros del Humedal Santay en el cual se admiran componentes de flora y fauna muy particulares de la isla.


Segundo lugar
Autor: Ricardo Jaime Dominguez

Tercer lugar (Diploma y 20 dolares)

Juan Carlos Domínguez Domínguez nos presento esta imagen que muestra elementos nuevos en una Santay de cambios en infraestructura instalada pero cuya esencia natural y humana quiere seguir brillando como el sol.


Tercer lugar
Autor: Juan Carlos Dominguez 





CEREMONIA DE PREMIACION

La ceremonia de premiación estuvo amenizada por los pequeños artistas del Taller de Música de la escuela de Santay y tuvo como invitados sorpresa a los amigos de Ecuador Aventura.






02 febrero 2015

El futuro depende de los humedales

HOY SE CONMEMORA EL DÍA MUNDIAL DE ESTOS SITIOS NATURALES


La isla Santay es uno de los 18 humedales que
posee Ecuador. Actualmente este sitio también
forma parte del Área Nacional de Recreación y
es uno de los principales atractivos turísticos y
ecológicos. Foto: Archivo / El Telégrafo
En Ecuador existen 18 ecosistemas que actúan como una planta natural de depuración ambiental. La concienciación en los niños y jóvenes es uno de lo objetivos de este año.

José Delgado Mendoza, especial para EL TELÉGRAFO

El Día Mundial de los Humedales ya es un evento planetario.  Hablar de humedales significa pensar en los múltiples servicios ambientales que este ecosistema ofrece y que van desde  la generación de agua y oxígeno hasta millones de toneladas de alimentos producidos por año. Constituyen una permanente planta natural de depuración ambiental,  zonas de control de contaminación, inmensos filtros, barreras contra tsunamis.  El humedal es así mismo el lugar de vida para una enorme biodiversidad y es territorio de comunidades y pueblos que a lo largo de su existencia han podido servirse y protegerse mutuamente.

La protección de los humedales cobra mucha importancia en un mundo cada vez más poblado e industrializado.  Buscar el equilibrio ante estas amenazas  no es una tarea fácil sin compromisos gubernamentales, empresariales  e individuales de por medio y su debido cumplimiento. Por eso existe  la Convención de Ramsar, creada en 1971 y que acoge a 168 países signatarios. Se trata del marco legal y técnico para regular y usar racionalmente estos espacios naturales costeros y de montaña.       

Ramsar ya ha reconocido en el mundo 2.186 humedales que en conjunto harían un territorio de 208,5 millones de hectáreas. Un poco más de 10 veces el Ecuador.

En la Isla Santay y específicamente en su escuela este 2 de febrero será  muy especial;  las maestras y alumnos tendrán un día de actividades diferente ya que están programados  una charla sobre la importancia de los humedales, y el suyo en particular, y también un concurso de fotografía para niños de entre 7 y 15 años titulado ‘El humedal en donde vivo’. 

Celebrar este día desde hace 14 años es parte del calendario ambiental escolar de la única escuelita de la isla creada en 2000 por gestión de su población. Ese mismo año, por la insistencia y asistencia de un grupo ambientalista  guayaquileño,  las autoridades de Ecuador tomaron la gran decisión de solicitar a la Convención de Ramsar considerar como Humedal de Importancia Internacional  las 4.705 hectáreas que  contemplan  las islas Santay  y  el Gallo, más sus aguas circundantes del río Guayas. Así nace el Humedal Santay  hasta entonces  el quinto de los ahora 18 sitios declarados por Ecuador a la convención de Ramsar.  El lugar está  fichado con el número 1.041.

Recientemente el gobierno ecuatoriano, en un afán por integrar esta vasta zona verde e impulsar el turismo de contacto y observación de la naturaleza en la isla, ha conectado Santay  a sus más cercanas ciudades, Guayaquil y Durán, a través de dos largos puentes peatonales.  Esta vinculación a Santay representa una enorme responsabilidad ambiental y social para estas ciudades, sabiendo que  la primera es la más grande del país y la segunda una de las más densamente pobladas en Ecuador.

Justamente,  más de medio millón de personas han llegado a Santay en el semestre junio-diciembre 2014, y en este sentido la población de la comunidad de Santay tiene opiniones mitigadas sobre la influencia en su bienestar del  turismo intenso que viven actualmente, especialmente sábados y domingos, aunque el acceso está abierto todos los días de la semana.  Su opinión es legítima pues  sienten la presión física y psicológica de dicha presencia, hablamos de una comunidad de no más de 240 personas que ha debido adaptarse a ese frenético ritmo y situación. 

Valdría la pena que las autoridades evalúen ampliamente el impacto en la comunidad  al cumplirse el primer año del acceso a la isla por los puentes. Un estudio que podría aprovecharse también para integrar aspectos que los pobladores se cuestionan frecuentemente como son los servicios básicos ofrecidos a la comunidad y que no han sido completamente implementados, el pedido de creación del Museo Comunitario,  para que el turista sepa  que la zona que visita tiene una historia que contar y que habla de su presencia en la isla y cuál ha sido su influencia para que lo que es hoy el humedal y área protegida “más visitada” del Ecuador se haya conservado de la mejor manera desde que desaparecieron las grandes haciendas a fines de los 70.

 Los santayenses también  quieren que se retire la prohibición que pesa sobre ellos de tener animales domésticos y de criar el poco ganado y gallinas que algunas familias tienen para comercio y subsistencia. En fin, cosas normales en cualquier población rural viviendo en un humedal, situaciones  que se regulan pero que no se prohíben pues hacen parte de su vida.

El humedal Santay también es desde febrero 2010 Área Nacional de Recreación y como tal parte del Sistema Nacional de Áreas Protegidas del  Ecuador. Santay ostenta así 2 categorías de protección que deben complementarse en el manejo ordenado y conjunto de la biodiversidad y sus aspectos socio-culturales. Pobladores, autoridades y turistas, todos somos responsables de Santay y  los 17 otros Humedales Ramsar del Ecuador.

Humedales para el futuro

Según el investigador natural, Humberto Rojas Rodríguez, la problemática de los humedales se agudiza cada año, de manera simultánea con los problemas ecológicos y humanos, al punto de vivirse una contradicción entre el medio natural y la civilización y, en la misma especie, entre sí.

Rojas señala que estas dificultades en el entorno no solo son locales, por lo que la solución que  se requiere debe ser global y así lo refiere el lema de Ramsar para este 2015: ‘Humedales para nuestro futuro’.


El investigador y autor de la obra ‘Luz... a la crisis del planeta’ y la Fundación Nahumpro, desarrollará en instituciones educativas de Cundinamarca, Colombia, el proyecto ‘De la práctica escolar, al equilibrio natural’ para difundir las acciones en los humedales.


09 junio 2014

RAMSAR reporta actividad realizada en Santay por el Día de los Humedales

La Convención RAMSAR ha incluido en su reporte por el Día Mundial de Los Humedales 2014 la actividad realizada por la Escuela de la Isla Santay y el Club Ecologista de los niños y jóvenes de la isla (CES). (Ver mapa y reporte)

Esta y otras conmemoraciones del calendario ambiental son realizadas como parte importante del proyecto escolar educativo de la escuela con la participación del CES.

08 febrero 2014

El Día de los Humedales en Santay !

Los niños y jóvenes de la isla Santay conmemoraron el Día Mundial de los Humedales.

El domingo 2 de febrero aprovechando la visita de turistas a la isla prepararon una mesa de información en la zona de recepcion que llega desde el muelle, allí las maestras Ena, Ana y Mercedes preparaban lo que seria una mañana y tarde de juegos, de concurso de dibujo y pientura, de entretenimiento y diversion con juegos tradicionales como saltar la cuerda, el hula-hula, la cuchara con huevo y la carrera de ensacados.

Previamente continuando con lo que ya se había realizado en la semana durante las clases de la escuela, las maestras hablaron de la importancia de proteger el Humedal Santay,  " su humedal", lugar especial por su situación, por su biodiversidad y porque es el lugar donde todos habitan, y para vivir en armonia debe haber cuidado y prevención.

Los turistas que llegaron observaron, preguntaron y continuaron su itinerario establecido por la Cooperativa de Turismo Las palmeras de Santay, los niños por su lado llenos de alegría realizaron sus dibujos y actividades programadas.

El Club Ecologista Santay agradece a las personas de RAMSAR en Suiza por el envío de material para difundir el Dia de los Humedales y aprovecha para solicitarles más información y material escolar sobre el tema.




02 febrero 2014

Dos zonas de la Costa conservan los humedales

Hoy se celebra el Día internacional de estos ecosistemas

La única escuela de la Isla Santay (Guayas) contempla en su pénsum trabajos ligados a la preservación de su entorno. En Abras de Mantequilla (Los Ríos) los pobladores apostaron al ecoturismo versus la agricultura para no afectar el hábitat. 

Es martes y en la escuela Jaime Roldós, en la Isla Santay (Guayas), la clase tiene otra connotación.

La maestra Ena Gomero tiene la voz de mando. Ingrid, de 11 años, es la elegida para responder a la pregunta de ‘en dónde viven los pequeños estudiantes’. En coro los 49 asistentes se adelantan y contestan ‘en un humedal’. Los menores reconocen que su hogar, la Isla Santay,  forma parte de los 18 sitios Ramsar del país considerados de importancia internacional. El Convenio Ramsar es un tratado intergubernamental que compromete a los países miembros (Ecuador es parte desde 1991) a mantener las características ecológicas de sus humedales.

La profesora despliega un afiche titulado “Los Humedades y la agricultura, juntos en pro del crecimiento”. Con el aviso inicia una charla que está enmarcada en la temática de este año por el Día Internacional de los Humedales, que se celebra hoy.

Los niños recuerdan que en la Isla, de 2.179 hectáreas de extensión, sus abuelos realizaban cultivos de arroz, mango, limón y grosellas. La maestra Ena explica que esas actividades pueden deteriorar el ambiente y para ello se apoya con 2 figuras de comics en los que unos animales expresaban se ‘reservan el derecho de admisión’ y luego da paso a una actividad recreativa.

Se deben encontrar estrategias para un buen equilibrio entre la conservación y el desarrollo.

El director del Centro del Agua y Desarrollo Sustentable de la Espol, Luis Domínguez, sostiene que los  humedales suelen ser productivos en términos agrícolas y por lo tanto hay una gran tentación de convertir estos ambientes en cultivos.

Destaca que en sitios como Santay y Abras de Mantequilla (Los Ríos) se ha logrado un equilibrio “porque la gente está consciente del potencial que tiene su humedal, de los valores que pueden obtener, no solo en términos económicos sino en términos ambientales”.

Señala que en Abras de Mantequilla se ejecutó el proyecto Wet Win, con ayuda de la Unión Europea,  en donde se realizaron  investigaciones que encontraron  factores de importancia en cuanto a  biodiversidad del hábitat. Allí se conformó la mancomunidad de Municipalidades (Mocache, Quinsaloma, Ventanas, Puebloviejo, Urdaneta, Baba, Vinces y Palenque) para el Manejo Sustentable del Humedal.

“Se deben encontrar estrategias adecuadas para encontrar un buen equilibrio entre la conservación y el desarrollo justo de esas poblaciones. La gente está dispuesta a conservar el humedal, pero necesita un ingreso y  puede ser el ecoturismo que debe ser llevado de manera adecuada”, expresa Domínguez.

En el país hay 18 sitios Ramsar, que suman un total de 286.659 hectáreas de humedales. Ena, con 13 años en la docencia, cuenta que la escuela tiene el apoyo de Wetland Link International, organización dedicada a la preservación de los humedales y que en la zona lograron la conformación de un comité ecológico estudiantil.

“En todo momento hablamos del ambiente. Si es una lectura, buscamos que se  relacione con la isla  y si es necesario, buscamos fotografías; no usamos láminas, porque si hablamos de la tierra vamos a la orilla y hacemos caminatas con los nativos, que son los padres de familia”, expresa.

La profesora resalta que los menores son los más empeñados en cuidar su ecosistema y son activos en las campañas para la conservación del ecosistema. “Generalmente vamos con los niños y los exestudiantes a recoger la basura que arrastra la corriente del río Guayas”, manifiesta.

Samuel Torres Domínguez tiene 9 años y está en tercer año de educación básica, expresa que en las jornadas de limpieza es común encontrar botellas, plásticos, vidrios, pescados muertos y pilas. “Cuando regresamos a la escuela usamos la mayoría de las cosas para hacer manualidades y realizamos concursos para eligir los mejores trabajos”, dice.

Ena enfatiza que uno de los objetivos de ella, y de las 2 docentes del plantel es incentivar en los pequeños el cuidado del ecosistema. “Los niños están abiertos al conocimiento, porque ya nacieron aquí, saben muy bien acerca de sus plantas, de sus aves, quizas no  con las palabras técnicas, pero sí como sus padres les han enseñado”.

Durante el año escolar participan en el mantenimiento de un huerto que posee plantas de ciclo corto, como tomate y pimiento. Esas experiencias son compartidas con los turistas y los padres, quienes también están enfocados en mantener la cultura de reciclaje.

HUMEDALES, CLAVES PARA LA BIODIVERSIDAD

Las zonas húmedas o humedales son ecosistemas ligados de manera permanente o temporal a la presencia de agua.

Riberas, lagunas, charcos o deltas de los ríos son ejemplos de humedales.

Son de gran singularidad en sus características y muy ricos en cuando a producción y diversidad biológica.

Por años fueron considerados terrenos baldíos e improductivos, incluso insalubres porque en ellos se desarrollan larvas de mosquitos. Debido a esto han sido drenados y eliminados.

Pero los humedales son vitales para el medio ambiente:

- En este tipo de hábitats se encuentra la recarga de acuíferos.

- Las funciones ecológicas de un humedal favorecen a la mitigación de inundaciones y la erosión costera.

- A través de la retención, transformación y remoción de sedimentos intervienen en la calidad del agua que luego se potabiliza.

- Los humedales son también fuente de abastecimiento de agua dulce con fines domésticos, agrícolas e industriales.

- Esto espacios se convierten en refugio de aves marinas y migratorias. Además otras especies como las tortugas marinas, manatíes e insectos acuáticos que regulan el equilibro de un ecosistema.

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