Es martes y en la escuela Jaime Roldós, en la Isla Santay (Guayas),
la clase tiene otra connotación.
La maestra Ena Gomero tiene la voz de
mando. Ingrid, de 11 años, es la elegida para responder a la pregunta de
‘en dónde viven los pequeños estudiantes’. En coro los 49 asistentes se
adelantan y contestan ‘en un humedal’. Los menores reconocen que su
hogar, la Isla Santay, forma parte de los 18 sitios Ramsar del país
considerados de importancia internacional. El Convenio Ramsar es un
tratado intergubernamental que compromete a los países miembros (Ecuador
es parte desde 1991) a mantener las características ecológicas de sus
humedales.
La profesora despliega un afiche titulado “Los Humedades y la
agricultura, juntos en pro del crecimiento”. Con el aviso inicia una
charla que está enmarcada en la temática de este año por el Día
Internacional de los Humedales, que se celebra hoy.
Los niños recuerdan que en la Isla, de 2.179 hectáreas de extensión,
sus abuelos realizaban cultivos de arroz, mango, limón y grosellas. La
maestra Ena explica que esas actividades pueden deteriorar el ambiente y
para ello se apoya con 2 figuras de comics en los que unos animales
expresaban se ‘reservan el derecho de admisión’ y luego da paso a una
actividad recreativa.
Se deben encontrar estrategias para un buen equilibrio entre la conservación y el desarrollo.
El
director del Centro del Agua y Desarrollo Sustentable de la Espol, Luis
Domínguez, sostiene que los humedales suelen ser productivos en
términos agrícolas y por lo tanto hay una gran tentación de convertir
estos ambientes en cultivos.
Destaca que en sitios como Santay y Abras de Mantequilla (Los Ríos)
se ha logrado un equilibrio “porque la gente está consciente del
potencial que tiene su humedal, de los valores que pueden obtener, no
solo en términos económicos sino en términos ambientales”.
Señala que en Abras de Mantequilla se ejecutó el proyecto Wet Win,
con ayuda de la Unión Europea, en donde se realizaron investigaciones
que encontraron factores de importancia en cuanto a biodiversidad del
hábitat. Allí se conformó la mancomunidad de Municipalidades (Mocache,
Quinsaloma, Ventanas, Puebloviejo, Urdaneta, Baba, Vinces y Palenque)
para el Manejo Sustentable del Humedal.
“Se deben encontrar estrategias adecuadas para encontrar un buen
equilibrio entre la conservación y el desarrollo justo de esas
poblaciones. La gente está dispuesta a conservar el humedal, pero
necesita un ingreso y puede ser el ecoturismo que debe ser llevado de
manera adecuada”, expresa Domínguez.
En el país hay 18 sitios Ramsar, que suman un total de 286.659 hectáreas de humedales. Ena,
con 13 años en la docencia, cuenta que la escuela tiene el apoyo de
Wetland Link International, organización dedicada a la preservación de
los humedales y que en la zona lograron la conformación de un comité
ecológico estudiantil.
“En todo momento hablamos del ambiente. Si es una lectura, buscamos
que se relacione con la isla y si es necesario, buscamos fotografías;
no usamos láminas, porque si hablamos de la tierra vamos a la orilla y
hacemos caminatas con los nativos, que son los padres de familia”,
expresa.
La profesora resalta que los menores son los más empeñados en cuidar
su ecosistema y son activos en las campañas para la conservación del
ecosistema. “Generalmente vamos con los niños y los exestudiantes a
recoger la basura que arrastra la corriente del río Guayas”, manifiesta.
Samuel Torres Domínguez tiene 9 años y está en tercer año de
educación básica, expresa que en las jornadas de limpieza es común
encontrar botellas, plásticos, vidrios, pescados muertos y pilas.
“Cuando regresamos a la escuela usamos la mayoría de las cosas para
hacer manualidades y realizamos concursos para eligir los mejores
trabajos”, dice.
Ena enfatiza que uno de los objetivos de ella, y de las 2 docentes
del plantel es incentivar en los pequeños el cuidado del ecosistema.
“Los niños están abiertos al conocimiento, porque ya nacieron aquí,
saben muy bien acerca de sus plantas, de sus aves, quizas no con las
palabras técnicas, pero sí como sus padres les han enseñado”.
Durante el año escolar participan en el mantenimiento de un huerto
que posee plantas de ciclo corto, como tomate y pimiento. Esas
experiencias son compartidas con los turistas y los padres, quienes
también están enfocados en mantener la cultura de reciclaje.
HUMEDALES, CLAVES PARA LA BIODIVERSIDAD
Las zonas húmedas o humedales son ecosistemas ligados de manera permanente o temporal a la presencia de agua.
Riberas, lagunas, charcos o deltas de los ríos son ejemplos de humedales.
Son de gran singularidad en sus características y muy ricos en cuando a producción y diversidad biológica.
Por años fueron considerados terrenos baldíos e improductivos,
incluso insalubres porque en ellos se desarrollan larvas de mosquitos.
Debido a esto han sido drenados y eliminados.
Pero los humedales son vitales para el medio ambiente:
- En este tipo de hábitats se encuentra la recarga de acuíferos.
- Las funciones ecológicas de un humedal favorecen a la mitigación de inundaciones y la erosión costera.
- A través de la retención, transformación y remoción de sedimentos intervienen en la calidad del agua que luego se potabiliza.
- Los humedales son también fuente de abastecimiento de agua dulce con fines domésticos, agrícolas e industriales.
- Esto espacios se convierten en refugio de aves marinas y
migratorias. Además otras especies como las tortugas marinas, manatíes e
insectos acuáticos que regulan el equilibro de un ecosistema.