La visita que la flamante Prefecta
del Guayas Marcela Aguiñaga dispensó este lunes 5 de junio a la isla Santay, área
protegida y Humedal de Importancia Internacional reconocida por la convención
de Ramsar, no causó sorpresa a los pobladores de la isla. Desde su campaña
electoral la prefecta Aguiñaga había manifestado públicamente su interés de que
la prefectura se haga cargo del manejo del área protegida.
Los más sorprendidos al parecer
fueron los guardaparques que a pesar de que su Ministerio había anunciado
oficialmente que la isla estaría cerrada el lunes 5 y martes 6 de junio por
trabajos de mantenimiento vieron llegar a la gran comitiva de la prefectura
encabezada por su principal y una buena cantidad de periodistas que no
quisieron perderse el momento cuando una vez en el sitio la Prefecta manifestó
su decepción por el estado en que se encontraba un proyecto que cuando fue
parte del gobierno fue inaugurado y habían puesto muchas esperanzas para la
población que debió ser la más beneficiada.
Estrategicamente la prefecta pidió que su solicitud al gobierno sea firmada y apoyada publicamente por los pobladores de la isla. Ellos no lo pensaron dos veces para hacerlo. Estan cansados de su suerte.
La prefecta fundamenta su decepción
en ver que no hay agua potable en la isla, que no hay energía eléctrica y que
la gestión de desechos es mala, que las aguas servidas se bombean sin
tratamiento al ambiente de esta "área protegida".
Sin embargo, hay que aclarar que fue en
ese mismo gobierno que dio inicio al proyecto turístico en Santay que las
camineras comenzaron a romperse, la planta de agua potable dejó de funcionar y
comenzaron a fallar las baterías chinas de los kits fotovoltaicos de las
viviendas. Entonces el tema no es nuevo, y que la decepción se originó en
el diseño y construcción del "proyecto emblemático". También esa decepción para la ex Ministra de Ambiente y ex asambleísta hubiera sido menor si hubiese
vuelto de visita a la isla en estos últimos años, a lo mejor hubiera podido
escuchar el pedido de los pobladores y algo hubiese cambiado.
Como reacción a este pedido de competencias
de la prefectura, el Ministerio encargado de las Áreas Protegidas y
que tiene el nombre más largo y el presupuesto más corto, anunció que pronto
los visitantes podrán circular con seguridad en la isla Santay.
Nos preguntamos: ¿Estamos a puertas de una recuperación de la infraestructura turística y con
esto la mejora de las condiciones de vida de toda la población de la isla? , ¿El
Ministerio del Ambiente, del Agua y la Transición Ecológica podrá cumplir esta
promesa pública? pero ¿Cómo?
Si no lo hizo antes cuando aún la ciclovía
Duran Santay existía y ahora que a vista y paciencia de autoridades y pobladores los amigos de lo ajeno se la llevaron en peso, hay alguna garantía de que esas mejoras lleguen? El tiempo lo
dirá.
Lo que si no quisiéramos es que la
población de Santay se encuentre en medio de un conflicto entre una institución
que dice tener los recursos y querer hacerlo y otra institución que no ha
querido poner recursos en mejorar Santay y que ahora dice que si, que va a
asegurar a los visitantes transitar con seguridad en Santay, pero nada dice del
Agua, de la electricidad, de los excrementos que si no se bombean al río
directamente ( sin tratamiento) se desbordan en los espacios de viviendas de la
Ecoaldea, ante vista y paciencia de la población, de los guardaparques y los
turistas.
continuará....