19 diciembre 2017

La promesa incumplida en Santay

Tras la caída del puente a la isla llegan pocos turistas. Solo hay un muelle para transportarlos. En la ecoaldea los negocios decaen.

     
Situación. Por la falta de transporte, a diferencia de otros años, Ángel Domínguez celebrará fin de año en casa y no en el malecón.
Santay sigue sufriendo. Han pasado casi dos meses desde que la embarcación pesquera Patricia derribó el puente peatonal que conecta con Guayaquil y los cerca de 260 habitantes que viven en las 56 aldeas que integran la reserva, no logran económicamente levantarse. Esto pese a que les prometieron el cielo.

Les aseguraron, por ejemplo, que los botes desembarcarían por la Caraguay, el Yacht club, la Molinera y el Parque Histórico, pero aquello solo se cumple a medias. Pues estos dos últimos muelles no están activos ni para el turismo ni para los colonos.

Aunque el gobernador José Francisco Cevallos ha puesto a disposición de quienes viven allí dos lanchas a motor, los visitantes no llegan con frecuencia. En el muelle del Yacht Club del malecón Simón Bolívar, en el centro de la ciudad, se han dispuesto seis horarios para la movilización de turistas que está a cargo de los comuneros de Santay: 09:00, 10:30, 12:00, 13:30, 15:00 y 16:30. El costo es de $ 5 por la ida y el retorno.

“Pero ni siquiera dándoles las facilidades y un precio relativamente módico ellos vienen”, lamenta Ángel Domínguez, quien prácticamente nació en la isla. La desesperación de la gente es tal, asegura una de las guías turísticas de la aldea, que incluso ellas -por turnos- deben ir al malecón a promocionar los paseos.

“Nos turnamos entre los trabajadores del restaurante de Santay y los guías. Decimos todo lo bueno que tenemos aquí, lo bonito que es el lugar, pero a veces no logramos traer más que a cinco personas por viaje entre semana”.

El apoyo para promocionar las visitas con paquetes turísticos y difusión es la promesa esfumada que más duele. La anunciada campaña comunicacional para difundir el uso del puente que une Durán con la isla es un intento de reactivación de turismo en la zona que apenas se cumple con posts en redes sociales. Es decir, nada de publicidad en televisión o radio.

“Es una pseudocampaña. Sin impacto y sin adecuada difusión”, opina uno de los administradores de negocios de la isla, quien prefiere omitir su nombre por temor a represalias.

Personal de Ambiente que labora en Santay explicó a este Diario que de 400 visitantes que entraban antes del colapso de la estructura, hoy, en un día de fin de semana, solo arriba menos de la mitad hasta la ecoaldea.

Pero no solo allí hay afectación. “En el acceso por Durán, en cambio, sigue inhabilitada la ciclovía, porque los trabajos de reparación de las camineras nunca empezaron de ese lado”, contó un empleado. EXPRESO constató esto último en un recorrido donde halló, intactos, más de dos centenares de huecos en medio del recorrido. No es lo único. Las maderas que encercan el camino también lucen notablemente deterioradas de ese lado, en donde la crecida maleza se confunde con la vegetación natural de la isla.

Se trata de otra promesa incumplida. Al caerse el puente, las autoridades se comprometieron a trabajar con el Cabildo de Durán para captar visitas por ese lado. Pero tampoco se hizo.

A la entrada de ese lado hay bicicletas arrumadas en una esquina, un negocio que en semanas buenas podía dejar hasta $ 500. Por allí ingresan unas 130 personas los sábados y domingos, asegura uno de los trabajadores. Pero de ellos, ni 20 avanzan a la ecoaldea. “Es que se hace demasiado largo”. Son seis kilómetros de recorrido frente a los casi dos que tenía Guayaquil.

“Hubiera ido a la reserva para comprar algo si entraba en bicicleta, a pie es muy cansado”, confesó a la salida desde el lado de Durán, Carlos Briones, un turista que lamenta que no se impulse el turismo de una forma adecuada en esa área protegida ni se ayude de una forma óptima a quienes allí habitan.
En la isla, declarada como Sitio Ramsar I, por ser un humedal que debe preservarse, hay detalles que se deben mejorar. Para Gabriela Cando, guayaquileña, por ejemplo, los guardaparques y los mismos guías deberían permitirles recorrer las aldeas. “Nos dicen que solo debemos llegar hasta cierto punto, no se nos permite cruzar hasta las casas, conversar con la gente. ¿Cómo entonces podemos ayudarlos? Si es allí, al interior de su hogar donde muchos venden chucherías, comidas o tienen bazares”.

Para Johanna Achiote, residente de la vivienda número 3 de la reserva, esta nueva disposición gira en torno a no dar a conocer su realidad. “A veces pienso que las autoridades quieren simular que todo está bien, cuando nuestro estado real es bastante desesperante”. Estamos de picada, dice la mujer, al revelar que hoy a duras penas logra subsistir con la venta de aguas y bolos. Su esposo es pescador, pero la actividad de igual forma está “bastante dura”.

“No encontramos alivio por ningún lado”. Achiote se lamenta, al igual que otra decena de residentes, de no poder visitar constantemente a la familia, como previo al desplome lo hacían, que vive en el centro, el barrio Cuba, el Guasmo. En fin, en la ciudad.

La caída del puente, matiza Tomás Domínguez, habitante y pescador, los ha obligado a guardarse en casa. “Trasladarnos (en las lanchas de los colonos) a veces llega a costarnos $ 2 de ida y $ 2 de regreso. Es difícil. Aquí vivimos gente humilde, no puedo darme esos lujos”.

Para tranquilizar a los colonos, Cevallos ha prometido que a inicios de 2018 se empezará a construir un nuevo paso peatonal, luego de que se hayan recogido todos los escombros del que colapsó. Los habitantes no se hacen ilusiones. Prefieren empezar “a sentirse tranquilos, alegres” cuando la primera piedra de la obra sea puesta.

El contrato Proyecto Isla Santay, Puentes peatonales camineras y ciclovías, llevada a cabo por el Miduvi, componente importante del Proyecto Guayaquil Ecológico, de 2013, tuvo un costo de 36 millones de dólares.                    
   
“Las camineras están encaminadas...”

El gobernador José Francisco Cevallos, abanderado de todas estas promesas y quien coordinó con las autoridades competentes el auxilio a Santay, está consciente de la situación de las camineras de la isla.

“Las camineras están encaminadas a entregarse”. Se supone que un día después de que se cayera el puente, al menos un tramo del lado de Guayaquil debía entregarse. Pero no pasó. “Nos retrasamos un poco porque nos enfocamos en la construcción del puente”.

Aún está pendiente -explicó- que el Servicio de Contratación de Obras (Secob) entregue la competencia al Miduvi. EXPRESO explicó en agosto pasado que “antes de que se la abriera al público, el mantenimiento estaba a cargo de la empresa contratada para ejecutar el levantamiento (Bueno y Castro). Desde mediados de mayo, se firmó la recepción de la obra entre la constructora y Secob.

Aunque el Ministerio de Ambiente (MAE) administra la isla, como área protegida, las obras ejecutadas siguen a cargo del Secob, que no puede traspasarla de manera oficial al Miduvi. Este organismo no acepta una infraestructura que presenta daños.

La obra de Santay-Durán no empieza, justificó Cevallos, porque hay un inconveniente con un contrato complementario, “detalles que ya se están solucionando”.

Fuente: Diario Expreso

10 noviembre 2017

Santay - 50 años -1967-2017

El 10 de noviembre de 1967 Santay fue captada en esta imagen. Si no me equivoco es la primera imagen satelital de la isla. Hoy exactamente 50 años después la comparo con una imagen de hace un mes. Saltan a la vista algunos cambios de sus border oriental y occidental, debido a la erosión causada por el río Guayas.

31 octubre 2017

Ramsar, la convención que salvó a Santay hace 17 años.




Desde 1994 el Comité Ecológico de la Espol, posteriormente  Comité Ecológico del Litoral  había probado
todas las posibilidades existentes para lograr que la Isla Santay sea declarada Area Protegida, las promesas
de los funcionarios de turno no sirvieron.

Santay estaba entonces únicamente habitada por ex trabajadores de las antiguas haciendas expropiadas en 1982 por el gobierno en beneficio del Ministerio de Obras Públicas que luego las traspasó al BEV para un proyecto de vivienda popular que nunca existió y que fue origen de un enorme escándalo político.

Dichos trabajadores cuyos abuelos llegaron alguna vez desde la península de Santa Elena con el carácter de temporales, decidieron un día quedarse, así los hacendados les asignaron terreno y construyeron sus casas hasta que llegó la expropiación. Los patrones forzados a vender partieron y los empleados que ya entonces se identificaban: “nacidos y criados en Santay” recibieron como indemnización el uso de lo que quedaba de las casas de hacienda para reubicarse y levantar sus viviendas. El BEV les dio permiso de usufructo a cambio del cuidado de la isla.

Se instalaron en el sector donde se encuentran ahora, el destino así los devolvió a la pesca, su primera actividad histórica de supervivencia. Se organizan como Asociación de Pobladores en 1999, en enero 2000 inauguran su primera y única escuela construida con el apoyo de ONG’s locales y extranjeras.

No lejos de allí en Guayaquil, a menos de un kilómetro de distancia, son otros los intereses para Santay, se habla de todo, desde un gran parque de atracciones, hasta un circuito de Fórmula Uno, de un Singapur latino hasta casinos y centro de espectáculos.

El 31 de octubre del 2000, tras una larga espera, el gobierno ecuatoriano recibe la aceptación de la Convención RAMSAR del pedido de declararla Humedal de Importancia Internacional.

Los argumentos ambientales y sociales presentados a la Convención por el Comité Ecológico son convincentes. Santay tiene una biodiversidad que hay que proteger y salvar, y una población que ha sabido y sabe cuidarla.

Todos los rumores se apagan. No más proyectos suntuosos, no más fantasmas desarrollistas.

10 años más tarde y por petición de la Asociación Amigos de Santay el Gobierno nacional en febrero del 2010 designa a las islas Santay y el Gallo como Área Protegida del Ecuador. 

El Humedal Santay se convirtió concretamente en el pulmón de Guayaquil, hoy a través de un puente peatonal y del transporte fluvial su comunidad y el proyecto ecoturístico son visitados por cientos de turistas.

Hasta hace 20 años casi nadie sabía de su existencia. Hoy es destino natural obligado.


La población santayence aspira ahora a construir su Museo Comunitario pues están orgullosos de una historia que quieren con ansias contar a sus visitantes.


Publicado por Diario El Telégrafo

19 octubre 2017

13 avo. Jueves de Memoria Comunitaria en Santay

El abuelo Juan Domínguez, hermano del abueloFeliciano Domínguez (Don Mata) ambos hijos
del abuelo Froilán.La historia yo la conocí. Quieren
saber más? pregunten a Francisco, Jacinto,
Esteban, Benito, Matilde todos ellos los abuelos
sagrados de hoy.






Un acto por navidad, reconocen al niño Jesú y a su mamá? Sólo mujeres...!

Por la ropa debe ser una actividad seria. una visita..un velorio..?

Desde el estero, casa de la familia Medina Dominguez


12 octubre 2017

Barco ocasiona caída de tramo de puente entre Guayaquil y la Isla Santay



Hace dos horas (15h40) se produjo un lamentable accidente fluvial. La embarcación pesquera " Patricia" golpeó y  destruyó un tramo del  puente peatonal que une Guayaquil con la Isla Santay.

En efecto varios visitantes realizaban el recorrido a través de este puente de manera normal cuando las alarmas dieron el anuncio de que la parte basculante del puente iba a elevarse para dar paso a un barco pesquero que debía pasar en dirección Guayaquil - Puna.


El espectáculo tan atendido pronto se convertiría en un drama para estos espectadores ya que al parecer la embarcación que estaba esperando que el puente termine de abrirse  comenzó a ser derivado por la fuerte corriente del río ( vaciante de la marea) . La fuerza de arrastre de la marea, sumada a la enorme inercia de este pesquero hizo que a pesar de que el motor fue exigido al máximo no se pueda evitar que su mástil y demás equipos y aparejos golpeen y prácticamente arrastren todo el tramo del puente que va desde el muelle en Guayaquil hasta la caseta de apertura del tramo levadizo.


Según las autoridades no hay heridos ni perdidas humanas que lamentar. Los turistas que corrieron hacia la caseta de apertura y otros que quedaron atrapados en el otro tramo del puente fueron inmediatamente socorridos y rescatados por miembros del Cuerpo de Bomberos de Guayaquil.


De mis contactos con la población felizmente nadie fue afectado directamente pero si se nota nerviosismo por esta situación, ya que mientras dure la reparación del puente habrá menos afluencia a la isla y con esto se dará una fuerte reducción de sus actividades turísticas.


Nosotros esperamos que las dos embarcaciones con las que cuenta la población estén en condiciones para trasladar a los turistas que ya no accederán por el puente.


El puente de 860 metros de longitud y 4.50 metros de ancho fue inaugurado por el gobierno nacional en junio de 2014. 

POBLACION PREOCUPADA

Los pobladores de la isla Santay están afectados por este incidente, el turismo es el que "para la olla" * En efecto la atención en la guianza y en las actividades del restaurante a los visitantes son los principales recursos con los que actualmente cuentan.

La comunidad esta organizada a través de la Asociación de Pobladores y la Asociación de Servicios Turísticos ASOSERTUSANTAY  y  cuenta con dos embarcaciones que hacen el servicio de transporte fluvial de turistas desde Guayaquil a Santay. Igual se puede decir del turismo deportivo que se realiza con los recorridos en bicicleta por caminaderas desde los puentes a Duran y Guayaquil hasta la comunidad de San Jacinto de Santay.

Justamente hace pocos días este servicio fue paralizado debido al deterioro de las caminaderas por su uso y porque se puso en evidencia la mala calidad del material e incluso ciertos problemas de diseño en su construcción. 

Si ahora sumamos este lastimoso evento, se puede decir que el turismo podría decaer de manera importante.

QUE HACER PARA AYUDAR A SANTAY

Hasta que el puente se repare y se tomen los correctivos de seguridad y control para que eventos similares no se vuelvan a producir. Seria importante solicitar a los visitantes interesados en llegar a Santay que esperen las noticias oficiales provenientes del Ministerio del Ambiente y de la Gobernación del Guayas. 

El acceso podrá realizarse a través de las embarcaciones que parten desde el Yacth Club de Guayaquil en el Malecon a la altura de la Gobernación.

También es posible ingresar desde el acceso de Duran a través de su puente peatonal, la llegada a la comunidad seria a pie por la falta de bicicletas.

Tengamos fe en que esta reparación se hará en el mas corto periodo.


* modismo ecuatoriano para expresar que con ese ingreso se mantiene a la familia.