17 abril 2012

Santay presenta mejoras y apunta al turismo local

La lancha se demora 30 minutos en llegar. Dentro de ella saluda Elsa Rodríguez, una mujer robusta, de cabello bien negro, cuya piel cobriza es producto de todas las veces que ayudó a que las personas conozcan la isla Santay, en donde es guía comunitaria desde hace siete años.

Rodríguez tiene tres décadas viviendo en el sitio, donde prefirió quedarse dejando a su querido Manabí y siendo parte del cambio que ahora perciben los santayleños.

Dentro de la isla el ambiente es diferente: no existe tráfico, el silencio recubre de tranquilidad a los habitantes y el aire pierde la contaminación de la ciudad, la cual se intenta reducir al mínimo nivel, pues las luminarias tienen sus propios paneles solares que generan energía para mantenerlas encendidas durante la noche, hasta las 02:00.

Cada vivienda también tiene sus paneles solares y existe un proyecto de "unir todos los paneles para hacer una sola energía (…) y ahí sí abastecer la refrigeradora, porque no abastecen mucho", asegura Benito Parrales, presidente de los pescadores artesanales y guía turístico de la isla.

Ángel Domínguez nació en el lugar hace 48 años. Ahora reside en una casa de madera con bases de cemento. Pero eso ocurre desde agosto del año pasado, cuando el presidente Rafael Correa inauguró 56 viviendas para los aproximadamente 250 habitantes.

"Antes las casas eran de cañita. Teníamos que botarnos al lodo, limpiar el monte. Cada invierno teníamos que 'adosar' para andar porque hay culebras.... Allá (entrada de la isla) hay una bomba de agua y hay que irla a ver hasta la casa. Antes teníamos que irla a ver a Guayaquil cada 2 o 3 días", comenta Domínguez apoyado en el balcón de su vivienda.

Las nuevas casas para los isleños son el comienzo de una serie de proyectos que incluyen un dispensario médico, un centro de reciclaje de desechos, una oficina de turismo para direccionar las ecoaldeas, una casa de huéspedes, circuito de senderos y la adecuación de la zona para deportes extremos.

Los proyectos se realizarán gracias a la gestión de instituciones como el Ministerio de Educación, Miduvi y Turismo. Además de Ambiente y la Empresa Pública de Parques Naturales y Espacios Públicos, ambas administradoras de la isla.

"Hemos cubierto lo que es la vivienda, agua, luz y aguas servidas. Pero vamos a crear la infraestructura necesaria para que puedan potencializar el aspecto turístico que pueden tener", afirma Ana Fong, gerenta técnica de la Empresa Pública de Parques Naturales.

Uno de los atractivos turísticos es la cocodrilera que posee la isla. Para llegar, cada uno de los visitantes tienen que calzarse un par de botas que alquilan a los turistas.

El camino es fangoso y se debe avanzar con cuidado entre las raíces de los árboles, las plantas y el lodo que intenta atrapar a la gente, lo que hace que a niños y personas de poca agilidad se les dificulte el recorrido. Al final se aprecian 11 cocodrilos viviendo en un área que pronto será remodelada para no incomodar a los animales cuando lleguen a su máximo desarrollo de 6 metros.
"Una experiencia diferente, recomendable para las personas que desean hacer turismo en Guayaquil", comenta Milena López, una de las seis personas que visitaron la isla el sábado pasado.

Trasladarse al sitio tiene un costo de 12 dólares y puede coordinarse llamando a los teléfonos 2294904 o 087102272. El valor incluye el transporte en lancha (ida y vuelta), refrigerio y guía.
Fuente Diario Expreso