El Observatorio de Santay inauguró su 16ª exposición, titulada “Visión”, con la participación de niños y jóvenes del Taller de Arte Plaza Casuarina.
10 septiembre 2025
“Visión”: creatividad juvenil en el Observatorio de Santay
El Observatorio de Santay inauguró su 16ª exposición, titulada “Visión”, con la participación de niños y jóvenes del Taller de Arte Plaza Casuarina.
09 mayo 2025
Impulsar el Turismo en Isla Santay: Una Oportunidad para su Desarrollo Sostenible
La Isla Santay, un tesoro natural y cultural ubicado en Ecuador, alberga una comunidad de 315 habitantes cuyo sustento depende en gran parte del turismo y la conservación del ecosistema. Sin embargo, la falta de infraestructura turística limita el flujo de visitantes y las oportunidades económicas. Mejorar la infraestructura podría transformar Santay en un destino atractivo, fomentando el desarrollo sostenible y asegurando el bienestar de sus habitantes.
Conocimiento de las Autoridades y la Falta de Acciones Concretas
Las necesidades de la población de Santay son conocidas por instituciones como el Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica, los Municipios de Durán y Guayaquil, y la Prefectura del Guayas. Estas entidades han visitado la comunidad con el propósito de evaluar la situación y buscar soluciones para recuperar los niveles de turismo previos a la pandemia de COVID-19. Sin embargo, hasta el momento, estas visitas no se han traducido en proyectos concretos para mejorar la infraestructura turística, lo que ha afectado el desarrollo económico de la isla.
El Desafío de la Asociación de Servicios Turísticos de Santay (Asosertu)
La Asociación de Servicios Turísticos de Santay (Asosertu), conformada por pobladores de la isla, enfrenta serias dificultades debido a la falta de visitantes. Su operación depende directamente de los ingresos generados por el turismo, los cuales son fundamentales para el mantenimiento de la infraestructura turística. Sin turistas, los ingresos disminuyen, lo que impide realizar mejoras necesarias para brindar una experiencia de calidad a los visitantes. A pesar de las quejas justificadas de los turistas por el estado de la infraestructura, la comunidad no puede solventar los problemas sin el apoyo de los gobiernos locales y nacional.
Beneficios de Mejorar la Infraestructura Turística
1. Mayor Afluencia de Turistas
Un acceso mejorado, áreas de hospedaje ecológico y servicios turísticos eficientes harían de Santay un destino más accesible y atractivo para visitantes nacionales e internacionales.
2. Incremento en los Ingresos Locales
Con más turistas, los negocios locales—como restaurantes, tiendas de artesanías y guías turísticos—podrían aumentar sus ingresos, brindando mejores oportunidades económicas a la comunidad.
3. Preservación del Entorno Natural
Implementar una infraestructura sostenible permitiría equilibrar el turismo y la conservación del ecosistema, evitando el impacto ambiental negativo y promoviendo un modelo de turismo ecológico.
4. Diversificación de Actividades Turísticas
Además de senderos y experiencias ecológicas, el Observatorio de Santay, una plataforma flotante junto al muelle de la comunidad juega un papel clave en la educación y promoción turística. Desde agosto de 2022, ha organizado 14 exposiciones de arte, historia y biodiversidad del Humedal Santay. Su director, José Delgado Mendoza, busca implementar actividades educativas para niños, haciendo las visitas más atractivas y enriquecedoras.
Retos Infraestructurales en Santay
Si bien la comunidad cuenta con dos embarcaciones con capacidad para 40 turistas cada una, el principal problema es la falta de un muelle propio en Guayaquil, lo que dificulta el acceso de visitantes. Actualmente, las visitas por el río son la mejor opción, ya que los 1.800 metros de caminera y ciclovía que conectan Guayaquil con Santay requieren reparaciones urgentes debido al uso y a su mala calidad de construcción.
Propuestas para Mejorar la Infraestructura
Construcción de un muelle en Guayaquil: Facilitaría el acceso directo a la isla, aumentando el flujo turístico.
Restauración de la caminera y ciclovía: Mejoraría la conectividad terrestre y la experiencia de los visitantes.
Desarrollo del Observatorio de Santay: Incluir actividades interactivas para niños y turistas.
Alojamientos sostenibles: Cabañas ecológicas y áreas de camping con servicios básicos.
Promoción del turismo digital: Creación de una plataforma web con información turística, reservas y experiencias interactivas.
Capacitación local: Cursos de atención al turista y conservación ambiental para los habitantes.
Compromiso con la Educación y el Desarrollo Comunitario
Además de los esfuerzos para mejorar el turismo, la Asociación Amigos de Santay, de la cual José Delgado Mendoza es miembro, trabaja en la repotenciación de la escuela de la isla. Su objetivo es garantizar que docentes y alumnos cuenten con un espacio seguro, equipado con agua potable, electricidad e internet, para mejorar la calidad educativa y fortalecer el desarrollo de la comunidad.
Conclusión
Invertir en la infraestructura turística y educativa de Isla Santay no solo impulsaría la economía local, sino que también fortalecería la identidad cultural y la conservación ecológica. Con planificación y compromiso, Santay tiene el potencial de convertirse en un modelo de turismo sostenible en Ecuador.
16 julio 2024
La urgente necesidad de mejorar las ciclovías en la Isla Santay
La Isla Santay, un oasis de biodiversidad en medio del río Guayas, es un destino popular para los amantes de la naturaleza y los entusiastas del ciclismo. Sin embargo, el estado de las ciclovías en la isla ha sido objeto de creciente preocupación.
Las ciclovías, que una vez fueron un medio seguro y eficiente para explorar la isla, ahora están en un estado de deterioro. Los baches y las grietas son comunes, lo que representa un peligro para los ciclistas, especialmente para aquellos que no están familiarizados con el terreno.
Además, la falta de mantenimiento regular ha llevado a un crecimiento excesivo de la vegetación en algunas áreas, lo que reduce la visibilidad y puede causar accidentes. Los informes de accidentes de bicicleta en la isla han aumentado en los últimos años, y muchos de ellos se pueden atribuir directamente al mal estado de las ciclovías.
Es evidente que se necesita un control más estricto para garantizar la seguridad de todos los que utilizan las ciclovías. Una posible solución podría ser implementar un sistema de alquiler de bicicletas que sólo permita el alquiler si se puede garantizar que no hay daños en la ciclovía.
Este sistema podría funcionar de manera similar a los sistemas de alquiler de bicicletas en otras ciudades, donde los usuarios pueden alquilar bicicletas a través de una aplicación que también proporciona actualizaciones en tiempo real sobre el estado de las ciclovías.
Además, se deben realizar inspecciones regulares de las ciclovías y se debe establecer un programa de mantenimiento para garantizar que se mantengan en buen estado. También sería beneficioso instalar señalización adecuada y proporcionar formación sobre seguridad en bicicleta para los visitantes de la isla.
La Isla Santay es un recurso valioso y debe ser accesible para todos de manera segura. Mejorar el estado de las ciclovías no sólo beneficiará a los ciclistas, sino que también ayudará a preservar el ecosistema único de la isla al reducir el número de accidentes que pueden dañar la flora y la fauna.
En conclusión, es imperativo que se tomen medidas para mejorar las ciclovías en la Isla Santay. Al hacerlo, podemos garantizar que la isla siga siendo un lugar seguro y agradable para todos los que la visitan.
Se hace una recomendación a la Asociación de Servicios Turisticos de Santay y a la Administración del Area Protegida Isla Santay para que tomen en cuenta esa situación que puede resultar peligrosa si se dan accidentes, recordando que no hay peor publicidad para un lugar turistico que la mala impresión que pueden llevarse los visitantes por el mal estado de la infraestructura.
23 enero 2022
Isla Santay recupera el acceso desde Guayaquil a través del puente peatonal
La llegada de visitantes evidentemente devolvió la tranquilidad a la comunidad se la isla luego de más de 70 días de que el puente fue cerrado al paso de turistas.
La recuperación de la economía local se dará al ritmo de ingreso de los visitantes, por esto es importante que la ciudadanía siga llegando, continue considerando a Santay como un destino cercano de distracción y que, por supuesto, el turismo nacional se vaya incrementando.
29 marzo 2021
27 agosto 2020
Comunidad de la Isla Santay quiere mostrar su importancia turística y recuperar la economía local
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Autoridades del MAE encabezadas por el Ministro Juan Sebastian deHowitt y Viceministro Jaime Ortíz, en visita a la comunidad de San Jacinto de Santay |
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Donación de arroz y aceite vegetal de la parte de Robert Lindao |
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Donación de arroz y aceite vegetal de la parte de Robert Lindao |
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Donación de arroz y aceite vegetal de la parte de Robert Lindao |
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Las tres maestras de la escuela de Santay, Ana Briones, Ena Gomero y Maisa Castro |
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Visita de voluntarios de Cruz Roja Duran |
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2 Bombas e insumos para desinfección viviendas e instalaciones |
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Motoguadaña donada para limpieza de area verde de la escuela |
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Trabajo de limpieza de "monte" en la escuela Jaime Roldos de Santay |
Señal internet en Santay
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Marquitos, alumno de la escuela |
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Grupo de alumnos de inicial aprovechando la señal de internet para sus clases dirigidas |
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Ing. Gustavo Suarez de Netfaster, dirigiendo la obre de instalación de antena y equipos de internet en Santay |
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Antena y equipo instalados |
12 junio 2018
Puente a Santay se entregará el 21 de junio
Según lo anunciado oficialmente por el Gobernador de la Provincia del Guayas Sr. Jose Francisco Cevallos. El puente ciclo-peatonal Guayaquil-Santay que sufriera un accidente el 12 de Octubre 2017, será entregado el próximo jueves 21 de junio.
Recordemos que el accidente fluvial ocasionado por una embarcacion pesquera en maniobras de prueba de motores recien reparados en el rio Guayas ocasiono que una parte del puente a Santay se desprendiese dada la fuerza del impacto y el arrastre que ejerció dicha nave a la deriva sobre el puente.
La empresa propietaria del barco pagó los gastos de reparación y la Gobernación del Guayas ha seguido de cerca las tareas de reconstruccion entregadas a empresas locales en Guayaquil.
Debido a este accidente la circulacion de turistas y de pobladores hacia Santay se ha realizado via fluvial sin lastimosamente alcanzar los niveles de visitas que con el puente se habian conseguido desde su puesta en marcha en 2014.
Los pobladores estan pendientes de la reactivación economica que constituira la apertura de esta via de acceso a su isla. La ciudadania de Guayaquil igualmente desea con avidez recuperar este "arteria pulmonar" de Guayaquil, que dada su ubicación y su función ha sido un espacio para caminar y hacer deporte único en su género.
252 días habrá durado esta situación, tiempo en el que la población de Santay ha debido hacer sacrificios pero con la confianza en que el gobierno nacional velaría porque el puente se re-abra con mayor seguridad para usuarios y navegantes y para garantizar de manera clara que siga siendo un elemento de UNION y SOLIDARIDAD y que por tanto TODOS debemos aprender a convivir con él.
Amigos de Santay agradece la gestión gubernamental de cara a las dificultades que la población de la isla vivió a partir de este accidente. Gracias a todos quienes han estado cerca para apoyar a que el puente siga cumpliendo su función de llevar y traer gente contenta ...no olvidemos que es un elemento de union sobre todo y ante todo.
01 septiembre 2016
Benito Parrales, el lagartero de la Isla Santay
Benito Parrales sostiene sobre su hombro a un cocodrilo de 1,75 metros, unos centímetros más de lo que él mide. Simula haber logrado una hazaña, mantener a 12 cocodrilos quietos, seguro lo es. Entonces los venda y les amarra el hocico. Demuestra que no les tiene miedo porque crecieron con él. A pesar de eso, ya no juega de la misma manera porque “los animales han crecido”.
Su historia con estos reptiles empezó hace 10 años, cuando los 11 cocodrilos que habitan en la Isla Santay nacieron en el Parque Histórico. El personal de la Fundación Malecón 2000, que en ese entonces manejaba la Isla, construyó un hábitat para que sean parte de la escena turística del lugar.
Cuando llegaron a la Santay, Benito presentó su hoja de vida para cuidarlos. Uno de los requisitos, además de pasar por una estricta capacitación, era no enfrentar ninguna enfermedad: ¡aprobado! “Yo los crié y los sigo manteniendo”, dice Benito. Los guardabosques que ahora cohabitan la Santay, como parte del manejo que ahora tiene en la Isla el Ministerio de Ambiente, también los alimentan, pero no tienen el estilo de Benito.
Son las 7:00 del tercer día de la semana. En la calle El Oro, al sur de Guayaquil, hay una cola de vehículos peleándose por el espacio. Hacia el oeste, a 30 minutos en bicicleta sobre el puente que conduce a la Isla, se encuentra la comunidad. También está el muelle, desde donde sale para ir a pescar. Casi todos los días a la misma hora sube a la lancha que le construyó su hijo, con ella consigue el alimento fresco para su familia y los cocodrilos.
Todos en la Isla Santay saben bien quién es Benito Parrales, pues además de cuidar a los cocodrilos es guía turístico, aunque no habla inglés; también es presidente de una Asociación de Pescadores Artesanales que se conformó hace 4 años. A pesar de que lo llaman ‘el lagartero’, se ha ganado la admiración de todos. Nadie quiere tomar la posta de su trabajo con los cocodrilos y lo quieren de presidente gremial hasta que “no pueda caminar”.
Hoy viste un pantalón azul de casimir, una camisa con cuadros intercalados entre el rojo, el negro y el gris, una gorra y zapatos blancos relucientes. Antes de irse por 2 horas a pescar cuenta su travesía con los cocodrilos.
Los comuneros lo escuchan, una vez más, mientras se sacuden los bichos que se amontonan en la mañana. Benito dice que los cocodrilos necesitan mantenimiento y cuidado. Confiesa que es el único capaz de bajarse a la loza que es parte de su cautiverio para alimentarlos, no lo hace desde fuera como los guardabosques. “Me bajo, los ‘chifleo’, cuando estoy cerca hablando con otros me miran, a ver qué es lo que estoy hablando. Yo no sé si ellos me entiendan, pero ahí está”, dice Benito mientras sonríe y se acomodan las líneas de expresión de su cara, que guardan el color de la tierra mojada
“¿Si tienen nombre? ¡Uy!... es que en eso todos nos equivocamos —ríe Benito—. Al principio, eran 2 hembras y 8 machos. Así lo había constatado el veterinario una vez que hizo la prueba cuando estaban recién nacidos”. Entonces, para Benito, respondían con el nombre de los compadres del programa Mi Recinto: Compadre Garañón, Dulio, Calavera, Calo, Modesto, Carechancho... Hasta que en el cambio de administración, de la Fundación Malecón 2000 al Ministerio del Ambiente, “nos dimos cuenta que nos habíamos equivocado en todo. Los 11 cocodrilos eran hembras y dejaron de tener nombre”.
Desde mayo, además de enfrentar ‘un cambio de sexo’, los cocodrilos se trasladaron a un nuevo hábitat, que es 3 veces más grande que el primero. Esta, es una gran laguna dividida en 2 con un cerramiento perimetral con pivotes de madera plástica y malla triple galvanizada. A este espacio, llegó también un nuevo miembro, Tone, el único macho y el único que tiene nombre. El reptil de 3 meses viene de Esmeraldas, mide 1,70 m y Benito acusa a su lugar de origen de los problemas que tiene con él, pues a veces obedece y a veces no. Lo más frecuente es ver cómo Tone rechaza la comida porque de seguro “como viene de Esmeraldas ha de querer comer encocao o tapao”, dice Benito.
Por un lado están las hembras y a un costado, el único macho; su convivencia es todo un trajín. “Antes, cuando ocupaban el espacio pequeño, no se peleaban. Acá, se dan duro”, asegura el cuidador. Los biólogos atribuyen los conflictos a una etapa de estrés como consecuencia del traslado.
Benito Parraless es parte de las 56 familias que habitan la comuna de la Isla Santay desde su nacimiento, un 12 de marzo hace 68 años. En la isla están sus hijos y nietos. Vive con su esposa que es cocinera, un hijo y una iguana de 2 años a la que han apodado Panchita.
Sus abuelos, como muchas de las familias que viven en el lugar, llegaron a la Isla desde Santa Elena. Cuando nació, el lugar estaba habitado por 7 haciendas ganaderas de terratenientes, que posteriormente fueron expropiadas. Ellos fueron reconocidos como los primeros comuneros. Creció en una época de abundancia en la isla, que muchos aún recuerdan. La abundancia era tanta, que los lugareños ni siquiera se comían los cangrejos que en cada paseo se metían debajo de las casas. Benito estudió la escuela en la tierra de sus abuelos, pero solo llegó hasta tercer grado. Cuando su padre murió él aún estaba pequeño, tendría unos 13 años, entonces su abuelo lo hizo trabajar.
Como muchos de los habitantes de la isla, aprendió a hacer de todo, desde peón hasta machetero. Su vida en la pesca empezó a los 8 años y los 15 se dedicó al trabajo del banano, fue calificador de guineo y luego estibador en la Autoridad Portuaria en Puerto Nuevo. Después, vivió en Los Ríos. Sembró cacao. Fue futbolista y boxeador.
En Los Ríos conoció a los exploradores que cazaban cocodrilos; los mataban por la piel. “Todo era plata, hasta el aceite”, dice Benito. Y aunque le pagaban para dar explicaciones sobre el paradero de los cocodrilos, jamás mató uno. Luego de esa experiencia fuera de la Santay, no ha vuelto a irse. En la actualidad, los cocodrilos de la especie Crocodylus acutus, que permanecen en Santay son uno de los principales atractivos turísticos de la isla, considerada un humedal donde habitan, además, diferentes especies de aves y mamíferos como los mapaches y tigrillos.
Según los especialistas, la presencia de los cocodrilos en Santay podría atraer más pájaros y será más fácil observarlos porque estos buscan hacer nidos en árboles cercanos a los reptiles para proteger a sus crías de depredadores. Benito asegura que los cocodrilos de la Isla Santay miden entre 1,70 metros y 2,50 m.
DEBE SABER Muchas personas suelen creer que estos son animales lentos, pero no es así. Aunque por lo general se mueven a un ritmo lento, suelen utilizarlo como ventaja en torno a su presa.
La mayor parte de su alimentación se compone de vertebrados, incluyendo peces.
Tienen un metabolismo lento. Eso significa que pueden pasar sin comer durante una semana.
Estos reptiles no pueden masticar. Por esta razón, cortan la presa, la sacuden y la despedazan. En ocasiones, la arrastran bajo el agua.
Los reptiles de la Isla Santay pertenecen a la especie Crocodylus acutus.
Los cocodrilos suelen consumir rocas. Esto les ayuda a equilibrar su sistema digestivo.
Fuente
La isla que se salvó de ser Disneylandia
Santay está a menos de un kilómetro de Guayaquil. Hay senderos, aire puro, y la casa de doce cocodrilos.
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Foto: andes.info.ec |
A este paraíso natural rodeado de cinco especies de manglar, se llega de tres maneras desde Guayaquil:
en lancha desde el mercado Caraguay, la forma más común hasta hace seis meses. El recorrido dura cuarenta minutos
a pie, por el puente bascular, que empieza en la calle El Oro. Toma más o menos cuarenta minutos y en el camino hay banquitas para descansar.
y en bici, se pedalean doce minutos aproximadamente sobre el puente. Ahí existe la opción de tomar el camino hacia la ecoaldea de Santay o al cantón Durán.

Este pedazo de tierra, que ahora es pantanosa, no estaba en los planes del Estado como el pulmón de la ciudad. Todas las ideas apuntaban a que fuera, más bien, una isla de cemento. En 1979 fue expropiada a los hacendados y fue declarada propiedad pública. Bajo la administración del Banco Ecuatoriano de la Vivienda y luego de la Fundación Malecón 2000, se quería crear un parque tipo Disney para que los guayaquileños tuvieran una sitio de recreación. Otra opción era talar todo lo verde y convertirla en un aeropuerto internacional, levantar un plan de vivienda privilegiada o una maraña de túneles y puentes que comunicaran Guayaquil y Durán.
Sin embargo, el Comité Ecológico de la Escuela Politécnica del Litoral y los comuneros de la isla Santay se organizaron y lograron en el 2000 que se la declarara bajo el humedal Ramsar, un tratado internacional que protege a estos sitios de la depredación humana y la mancha urbana. Ahora viven ahí cincuenta y seis familias comuneras, que saben la importancia de preservar cada mariposa, cada planta, cada cangrejo miniatura. Sus niños salen en bicicleta para ir a Guayaquil.

Si se elige ir en bicicleta desde Guayaquil, se puede alquilar una al inicio del puente, cuesta cuatro dólares e incluye casco. Mientras se avanza por el puente se siente la frescura del río. Al llegar al sendero que conduce a la aldea también se absorbe el oxígeno que emana de los manglares. Si se tiene suerte, quizá se observen osos hormigueros, mapaches cangrejeros, y venados de cola blanca que –según la guía de Parques Nacionales del Ministerio del Ambiente– también habitan la isla. Los sorprendentes personajes de la flora y la fauna de Santay no son, como se quiso alguna vez, hombres sofocados en grandes trajes de esponja, ni animales robotizados, ni ficticios bosques encantados. Aquí, en esta isla a ochocientos metros de la gran ciudad de palmeras foráneas y adoquines repetitivos, todo es real.
Al caminar por la ecoaldea se llega a la La Cocodrilera, un sendero de setecientos metros que conduce al hogar de los doce reptiles que fueron traídos desde el Parque Histórico de Guayaquil y la provincia de Esmeraldas, donde se criaron en cautiverio. Son once hembras y un macho de la especie cocodrylus actus y son cuidados por Benito Parrales, el “lagartero” de la Santay.

Lo mejor de todo es que –al no ser un parque de diversiones tipo Disney– existe el privilegio del silencio. A las 17:00, todos los visitantes deben salir de la isla y regresar a Guayaquil.
Para tener en cuenta:
La atención en el puente bascular de la calle El Oro, en Guayaquil, es de 06:00 a 21:00
La isla está disponible para los visitantes de 06:00 a 17:00.
Ubicación:

Fuente
22 agosto 2015
Valentín Domínguez disfruta llevar a turistas por el golfo de Guayaquil
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Valentín Domínguez es el administrador de la Asociación de Servicio Turístico de la isla Santay. Hacen paseos por el río Guayas. Jorge Peñafie |
17 agosto 2015
Santay festejó a San Jacinto con misa, regata y bailes
En segundo lugar, arribaron los chicos de Cocodrilo Remo Club, y los de la Escuela de la Asociación de Remo (representando al Club de Remo Cleveland) fueron los terceros.
Eddy Salavarría, presidente de la comuna, iba de un lado a otro en su bicicleta, ultimando los detalles de la entrega de trofeos y medallas a los deportistas ganadores (ver subnota). También recorrió la ecoaldea buscando un balón y un pito, para iniciar los juegos de volei e índor.
En tanto que en la casa comunal, niños y adolescentes isleños ensayaban los bailes costeños, que luego presentaron al público, en honor a San Jacinto, cuya imagen estuvo en la entrada de este sitio, junto a su recipiente para las ofrendas. Y fue venerada durante la misa que ayer, a las 07:00, se ofició en el mismo lugar.
En la casa comunal, los menores también presentaron una sencilla pero simpática exposición de artesanías hechas con materiales reciclados, foami y origami. Las hicieron bajo la supervisión de los alumnos de Diseño Gráfico de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad de Guayaquil. Ellos prepararon todo esto para recibir a los turistas que se unieron a la celebración de la fiesta de su patrono.
Martha Ruiz invitó a su amiga y comadre Sandra Díaz con su hijo, Brandon Cartagena, a visitar Santay para disfrutar del programa especial donde el baile de los niños fue lo más aplaudido por los visitantes que llegaron desde Guayaquil. Fuente. Diario Expreso
01 julio 2015
17 junio 2015
Elecciones en la Cooperativa de Turismo Las Palmeras de Santay

La presidencia quedó a cargo de Valentín Domíguez. El equipo directivo también cuenta con la colaboración de los siguientes pobladores: Tomas Domínguez, Jackeline Achiote, Jorge Parrales, Eva Domínguez, Dolores Domínguez.
Deseamos muchos éxitos a la nueva directiva en espera que sus esfuerzos redunden en beneficio de todos los pobladores de la isla y sus visitantes.
04 diciembre 2014
La oralidad se imparte en un taller en la Isla Santay
18 septiembre 2014
Presidente, Econ. Rafael Correa inauguró el puente peatonal ciclovía Durán-Santay

Durante el acto, la alcaldesa, Ing. Alexandra Arce Plúas ratificó el orgullo de identidad Duraneña del puente basculante y de la Isla Santay, como humedal ubicado en este cantón, “La Isla Santay es nuestra señores, la Isla Santay es de Durán y con mucho orgullo puedo decir que nosotros vamos a cuidar este atractivo ecoturístico construido por esta Revolución Ciudadana”, manifestó en su discurso frente a centenares de visitantes.
Según datos técnicos del Ministerio del Ambiente, la construcción del puente Durán-Santay tuvo una inversión de USD 14’ 269.825,90, tiene una extensión de 675 metros, en donde se ha realizado la alineación e instalación del sistema mecánico, puente basculante encofrado, instalaciones eléctricas, cableado para la iluminación y colocación de pasamanos, además del diseño dinámico en sus hojas basculantes que permite la apertura de casi 90 grados, permitiendo la libre navegación de los barcos.
Fuente. Municipio de Durán
08 septiembre 2014
La isla Santay dejó atrás la pobreza y ahora camina por senderos de prosperidad
El sol y el esfuerzo dejaron huellas imborrables en sus manos y rostro moreno. A sus 54 años y pese a haber fallecido hace cuatro años el compañero de su vida no pierde la vitalidad. Por senderos de madera se la ve andar de un lado a otro. “No hay tiempo para la tristeza, solo para andar optimistas”, dice Elsa Rodríguez con una fresca sonrisa, tan fresca como la brisa del río Guayas que baña la mañana de un miércoles a la isla Santay.
La mujer es presidenta de la comuna San Jacinto de Santay, ubicada frente a la ciudad costera de Guayaquil, la más poblada de Ecuador con 2,5 millones de habitantes.
Bajo su liderazgo está el desarrollo de las actividades en esta comunidad de 56 familias, cuyas vidas cambiaron para siempre luego de las obras desarrolladas en los últimos años por el gobierno en este humedal de 2.000 hectáreas.
Doña Elsita, como la conocen sus vecinos, recuerda los difíciles años que le tocó vivir en la isla. Atrás quedaron las épocas en que vivía en una endeble casa de madera y caña, sin ningún servicio básico y cuyo único medio de transporte era la canoa.
Hasta hace tres años los hombres de la isla arriesgaban cada día sus vidas en las caudalosas aguas del río Guayas para conseguir mediante la pesca el sustento para sus familias, mientras sus mujeres iban a ofrecer sus servicios como empleadas domésticas en hogares guayaquileños. Los paupérrimos ingresos que percibían apenas les alcanzaba para subsistir.
No obstante, ese círculo de pobreza se acabó para siempre cuando el presidente Rafael Correa, luego de constatar las condiciones en que vivían los pobladores, decidió convertirla en un sitio para el turismo ecológico y darle a su vez una zona de recreación a Guayaquil, urbe a la que autoridades locales la convirtieron en una de las más deficitarias del país en cuanto a áreas verdes.
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La ecoaldea donde habitan las 56 familias de la isla Santay. |
Primero se construyó una ecoaldea, como se denomina al complejo habitacional donde ahora viven dignamente las 56 familias de la isla. Las casas, construidas con materiales amigables con el ambiente, poseen todos los servicios básicos, como agua y energía que se obtiene mediante paneles solares.
Posteriormente, llegaron otras obras como el centro de hospedaje, una escuela, un centro de interpretación, planta de agua, centro médico y camineras que conducen a los habitantes y visitantes por distintos parajes de la isla hasta llegar a la denominada ‘cocodrilera’, un pantano artificial donde viven once lagartos, que son el principal atractivo del lugar.
Atrás quedaron aquellos tiempos en que los pobladores debían caminar por senderos fangosos, abandonados a su suerte, llenos de tantas necesidades, irónicamente tan cerca de una de las tres ciudades más importantes de Ecuador, pero tan alejados de ese progreso.
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La caminera de 1.7 Kms conecta a la ecoaldea con el puente basculante que une a Santay con Guayaquil. |
Y es el turismo el que les dio el giro radical a sus economías. De ser una comunidad de pescadores se convirtieron en emprendedores: actualmente manejan un comedor, ofrecen servicios de guianza turística, transporte en lancha y tienen demás puestos donde ofrecen artesanías, bebidas y demás aperitivos.
“La pobreza va quedando en el pasado”, expresa Mariana Domínguez, quien es la líder del restaurante de la isla, donde los turistas pueden degustar una deliciosa comida típica costeña, mientras disfrutan del paisaje que armoniosamente equilibra el verdor tropical, con el azul radiante del cielo y los imponentes edificios del Guayaquil moderno que sobresalen del horizonte del río Guayas.
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Habitantes de Santay trabajan en el restaurante de la isla |
“Antes no había trabajo, teníamos que buscárnosla en Guayaquil y ahora hay trabajo por demás”, dice sonriente Domínguez, mientras deja a punto un humeante arroz que acompañará al seco de gallina, guatita y otros platos criollos que se servirán los clientes.
Los isleños se sienten contentos con su nueva forma de vida. Se esmeran por dar un buen servicio al cliente, se empoderan cada día de sus nuevas funciones, pues no quieren volver a los tiempos en que solo para llevar agua a sus casas debían cruzar a remo hacia la ciudad de Guayaquil.
Mientras Domínguez y sus compañeras ponen su sazón a los alimentos, en el nuevo y panorámico muelle están tres pobladores que ofrecen el servicio de lancha a motor para quienes ya no desean caminar de regreso a Guayaquil, un trayecto que toma 2,5 kilómetros si se suman las distancias del paso peatonal (840 metros) con la caminera que lleva a la ecoaldea (1.700 metros).
Otros, moradores, en cambio son guardaparques que recorren en bicicleta la isla vigilando que no se afecte el ecosistema con los desperdicios que botan ciertos turistas; mientras, Benito Parrales, de 60 años, se dedica al cuidado de sus “muchachos” como les dice a los cocodrilos.
“Antes anhelábamos mudarnos a la ciudad para dejar esta vida de pobreza, pero ahora escucho muchas veces decir a los que nos visitan que nos envidian por la forma cómo vivimos en medio de esta naturaleza y la paz”, confiesa Parrales, quien se siente afortunado del giro radical que dieron sus vidas por la decisión del presidente Correa.
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El nuevo muelle ofrece una fresca brisa del río Guayas y un atractivo paisaje. |
Así transcurre la vida en San Jacinto de Santay, el poblado al que de joven llegó doña Elsita de la mano de su compañero de toda la vida. Ahora comparte con sus vecinos sus conocimientos adquiridos en las capacitaciones brindadas por el Ministerio de Ambiente sobre temáticas de microempresa, atención al cliente, entre otras.
“Este era mi sueño y se volvió realidad”, dice con voz entrecortada la líder de la comuna. Sus pies ya no se hunden en el lodo y sus manos dejaron de cargar el peso de la extrema pobreza.
DATOS
El 20 de febrero de 2010, la isla Santay pasó a formar parte del Sistema Nacional de Áreas protegidas como Área Nacional de Recreación.
Entre la flora se destaca el mangle negro, la palma real, guachapelí, samán y otros árboles. Mientras que por la fauna existen reptiles como la boa y la iguana, mamíferos como el mapache, el oso hormiguero y distintas especies de aves.
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La isla Santay ofrece una fauna y flora que cautiva a los amantes de la naturaleza. |
A mediados de septiembre se prevé entregar las obras del nuevo puente basculante que unirá a la isla con el cantón Durán. Con esta obra, más una caminera elevada, se unirán por primera vez las ciudades de Guayaquil y Durán a través de la isla Santay.
Actualmente el gobierno construye un circuito de 14 kilómetros de camineras y ciclovías a nivel del terreno en la zona no inundable de la isla.
jb/hc
Fuente: ANDES