19 febrero 2018

PROMESA Proyecto Metereologico Escolar en Santay




Instalar la estación meteorológica en la Isla Santay se convirtió en un desafió tecnológico. Gracias al apoyo de los Amigos de Santay en Guayaquil fue posible organizarlo.

El hecho de que ahora exista conexión de internet en la escuela favoreció que podamos integrarla  en el proyecto Météo des Ecoles.

Somos la segunda escuela en Sudamérica y la primera en Ecuador que envía datos.

Lo mas importante es que los chicos comprendan su funcionamiento y conozcan que variables son las que se miden. Que comparen lo que se visualiza en la estación y lo que sus sentidos captan. La experiencia comienza y no dudamos de que sera muy fructífera.

05 febrero 2018

Santay celebró el Día Mundial de los Humedales 2018



La puesta en marcha del proyecto PROMESA fue el punto principal en la la cebración del Día Mundial de los Humedlaes 2018 en la Isla Santay que fue declarado como tal el 31 de Octubre del 2000.

El Programa de Vinculos con la Sociedad de la ESPOL también se hizo presente con una amena charla sobre la importancia de los humedales.

Amigos de Santay es una asociación que apoya la educación, la protección ambiental y la cultura en la comunidad y Humedal Santay, esta celebración hace parte de las actividades permanentes que se realizan de manera regular junto con la Escuela Jaime Roldós localizada en la isla.

02 febrero 2018

Isla Santay. Humedal urbano


Hoy día 2 de Febrero se recuerda el Día Mundial de los Humedales y el tema escogido este año por  la Convención de Ramsar para celebrarlo es “Humedales para un futuro urbano sostenible”.  Esta convención que se encarga de la protección de las zonas húmedas del planeta fue creada en 1971 y lleva el nombre de la ciudad iraní donde se firmó su acta fundacional. 

El mensaje a pasar en esta oportunidad es que cerca de 4 mil millones de seres humanos viven actualmente en sectores urbanos es decir la mitad del planeta y la tendencia de que más y más personas decidan dejar el sector rural y desplazarse hacia las ciudades está en aumento. Para responder a esta constante movilidad rural-urbana las ciudades deben ofrecer  servicios básicos como vivienda, transporte agua, electricidad y alcantarillado, pero también espacios verdes que permitan una buena relación de vida con la naturaleza y entre sus habitantes. Que contradicción, salir del campo para buscarlo en la ciudad.

Hasta no hace mucho tiempo al preguntar a un caminante en el Malecón de Guayaquil si conocía el nombre de esa larga mancha de manglar que se presentaba ante sus ojos al otro lado del río Guayas se recibía como respuesta un levantar de hombros en señal de desconocimiento. Hoy es cierto y seguro que la mayoría de guayaquileños saben que se trata de Santay. 

En efecto, esta isla de 2079 ha. dejó de ser un espacio verde lejano, olvidado y de difícil acceso  a partir de octubre del 2000 en que  a pedido de la sociedad civil el gobierno nacional decide solicitar a la Convención de Ramsar declararla  como humedal de importancia Internacional. A la época Santay fue el quinto ecosistema de ese tipo en el país que pasó a ser parte de esa lista de protección a los humedales del planeta, hoy se cuentan 18 sitios apuntados allí por nuestro país. En 2010  Santay y su contigua Isla El Gallo fueron además declaradas como Área Protegida del Ecuador.

Para Guayaquil y Duran el humedal Santay está ahora al “alcance de sus pies” debido a la  construcción en 2014  de dos puentes ciclo-peatonales que atraviesan el rio Guayas. La comunidad de San Jacinto de Santay  que ha sobrevivido de la pesca y de la llegada más o menos regular de turistas, con esos puentes ha mejorado su calidad de vida ostensiblemente ya que las visitas son más numerosas sea caminando o en bicicleta y eso les significa venta de artesanías, guianza nativa y venta de comida en su restaurante.  

Paralelamente el servicio de embarcaciones cumple sus recorridos regulares para quienes prefieren un viaje rápido y sentir de cerca la brisa del río. La navegación sobre el Guayas  revive gracias a esto. Santay hoy integrada a sus más cercanos centros urbanos se convierte así en un anexo ambiental extraordinario de Guayaquil y Duran especialmente.  

Hace 5 meses un desafortunado accidente fluvial afectó una parte del puente entre Guayaquil y Santay dejándolo inutilizable. El gobierno nacional a través de la Gobernación del Guayas y el Ministerio del Ambiente han dado prioridad a su reconstrucción la misma que se está realizando y que añade mayores seguridades al diseño inicial.

La utilidad  de ese puente para la población de Santay es evidente y a pesar del llamado que ciertos sectores han realizado públicamente para que el puente ya no exista, así de plano, tal propuesta desconoce por un lado la ventaja que el puente tiene ahora para los habitantes de Guayaquil y Duran pues caminar,  correr o hacer bicicleta por el puente hacia Santay es un ejercicio corporal y mental que se ha convertido en habitual en miles de personas una o varias veces por semana.  Únicamente el argumento de caminar a Santay por salud justifica ampliamente su existencia.  

Se argumenta que el puente es un obstáculo para la navegación en el Guayas, que la apertura de su sector basculante no es suficiente o que los pilares generan más sedimentos al río provocando con ello la disminución de profundidad y por ende su navegabilidad.  El puente basculante fue diseñado para que pasen barcos de manga (ancho) similar a los que pasan el Canal de Panamá, es decir casi todos los barcos del mundo. Está  demostrado además que no es únicamente por causa de los pilares del Puente Rafael Mendoza que se formó el “Islote” cerca de la Puntilla. Entonces porqué tendrían que ser los pilares del puente a Santay  los que impidan la navegación en el río.

Del lado de la población de Santay el puente no solo que significa el ingreso de visitantes ávidos de conocer el humedal, de admirar su biodiversidad, de disfrutar de una buena caminata, de un tiempo de deporte, de una deliciosa comida típica en la comunidad. También podría ser la ruta de  ingreso de la tubería de la tan ansiada agua potable para la comunidad, agua hasta ahora llevada por barcos tanqueros y de manera insuficiente. 

Hoy en el Día de los Humedales 2018 estamos más y más conscientes de que Santay esa otrora isla desconocida, hoy gracias a autoridades, sociedad civil y sobre todo a la  población que lo habita y lo cuida, se ha convertido en un humedal integrado que aporta a la sostenibilidad actual y futura de Guayaquil y Duran, un Humedal Urbano.