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04 diciembre 2014

La oralidad se imparte en un taller en la Isla Santay

Este domingo 7 de diciembre, a partir de las 11:00, se realizará en la Casa Comunal, ubicada en la Isla Santay, la última jornada de un taller de formación en narración oral. Esta capacitación es organizada por el Ministerio de Cultura y Patrimonio, a través de su Dirección Provincial del Guayas.

Como parte de la clausura, 18 talleristas –entre niños, jóvenes y adultos- presentarán una muestra que conjuga, además de narración oral, danza folclórica, amorfinos y música. 

La temática de la presentación gira en torno a la identidad costeña.

Las capacitaciones de este taller, que se realiza desde hace tres meses, están a cargo de la agrupación Montubios del Tablao, integrada por Gabriel Paredes, Ileana Pinela y Abel Alvarado.



18 septiembre 2014

Presidente, Econ. Rafael Correa inauguró el puente peatonal ciclovía Durán-Santay

Con algarabía de todos los Duraneños por la llegada del jefe del Estado, Econ. Rafael Correa, esta mañana se llevó a cabo la inauguración del puente que conecta a este cantón con la Isla Santay.

El primer mandatario y su comitiva de ministros iniciaron el recorrido a Durán, desde la explanada ubicada en las calles El Oro y la Ría, visitó a los habitantes de la ecoaldea, y tomó el sendero ecoturístico hacia el interior de la isla, de algo más de 2.000 hectáreas de superficie, hasta llegar al puente basculante de Durán, ubicados en la Av. Abel Gilbert Portón 3. En el trayecto, deleitaron la activación de un tramo levadizo del puente Durán-Santay, que es un segmento basculante dentro de los 678 metros de extensión total.

Durante el acto, la alcaldesa, Ing. Alexandra Arce Plúas ratificó el orgullo de identidad Duraneña del puente basculante y de la Isla Santay, como humedal ubicado en este cantón, “La Isla Santay es nuestra señores, la Isla Santay es de Durán y con mucho orgullo puedo decir que nosotros vamos a cuidar este atractivo ecoturístico construido por esta Revolución Ciudadana”, manifestó en su discurso frente a centenares de visitantes.

Según datos técnicos del Ministerio del Ambiente, la construcción del puente Durán-Santay tuvo una inversión de USD 14’ 269.825,90, tiene una extensión de 675 metros, en donde se ha realizado la alineación e instalación del sistema mecánico, puente basculante encofrado, instalaciones eléctricas, cableado para la iluminación y colocación de pasamanos, además del diseño dinámico en sus hojas basculantes que permite la apertura de casi 90 grados, permitiendo la libre navegación de los barcos.

Fuente. Municipio de Durán

08 septiembre 2014

La isla Santay dejó atrás la pobreza y ahora camina por senderos de prosperidad



El sol y el esfuerzo dejaron huellas imborrables en sus manos y rostro moreno. A sus 54 años y pese a haber fallecido hace cuatro años el compañero de su vida no pierde la vitalidad. Por senderos de madera se la ve andar de un lado a otro. “No hay tiempo para la tristeza, solo para andar optimistas”, dice Elsa Rodríguez con una fresca sonrisa, tan fresca como la brisa del río Guayas que baña la mañana de un miércoles a la isla Santay.

La mujer es presidenta de la comuna San Jacinto de Santay, ubicada frente a la ciudad costera de Guayaquil, la más poblada de Ecuador con 2,5 millones de habitantes.
Bajo su liderazgo está el desarrollo de las actividades en esta comunidad de 56 familias, cuyas vidas cambiaron para siempre luego de las obras desarrolladas en los últimos años por el gobierno en este humedal de 2.000 hectáreas.

Doña Elsita, como la conocen sus vecinos, recuerda los difíciles años que le tocó vivir en la isla. Atrás quedaron las épocas en que vivía en una endeble casa de madera y caña, sin ningún servicio básico y cuyo único medio de transporte era la canoa.

Hasta hace tres años los hombres de la isla arriesgaban cada día sus vidas en las caudalosas aguas del río Guayas para conseguir mediante la pesca el sustento para sus familias, mientras sus mujeres iban a ofrecer sus servicios como empleadas domésticas en hogares guayaquileños. Los paupérrimos ingresos que percibían apenas les alcanzaba para subsistir.

No obstante, ese círculo de pobreza se acabó para siempre cuando el presidente Rafael Correa, luego de constatar las condiciones en que vivían los pobladores, decidió convertirla en un sitio para el turismo ecológico y darle a su vez una zona de recreación a Guayaquil, urbe a la que autoridades locales la convirtieron en una de las  más deficitarias del país en cuanto a áreas verdes.

La ecoaldea donde habitan las 56 familias de la isla Santay.

Primero se construyó una ecoaldea, como se denomina al complejo habitacional donde ahora viven dignamente las 56 familias de la isla. Las casas, construidas con materiales amigables con el ambiente, poseen todos los servicios básicos, como agua y energía que se obtiene mediante paneles solares.

Posteriormente, llegaron otras obras como el centro de hospedaje, una escuela, un centro de interpretación, planta de agua, centro médico y camineras que conducen a los habitantes y visitantes por distintos parajes de la isla hasta llegar a la denominada ‘cocodrilera’, un pantano artificial donde viven once lagartos, que son el principal atractivo del lugar.

Atrás quedaron aquellos tiempos en que los pobladores debían caminar por senderos fangosos, abandonados a su suerte, llenos de tantas necesidades, irónicamente tan cerca de una de las tres ciudades más importantes de Ecuador, pero tan alejados de ese progreso.


La caminera de 1.7 Kms conecta a la ecoaldea con el puente
basculante que une a Santay con Guayaquil.
Ahora, con la apertura del puente peatonal que los conecta con Guayaquil, el pasado mes de junio, dejaron de ser aquel poblado abandonado para convertirse en uno de los más visitados del país. Más de 100.000 personas acuden mensualmente a visitar la isla, según registros del Ministerio de Ambiente.

Y es el turismo el que les dio el giro radical a sus economías. De ser una comunidad de pescadores se convirtieron en emprendedores: actualmente manejan un comedor, ofrecen servicios de guianza turística, transporte en lancha y tienen demás puestos donde ofrecen artesanías, bebidas y demás aperitivos.

“La pobreza va quedando en el pasado”, expresa Mariana Domínguez, quien es la líder del restaurante de la isla, donde los turistas pueden degustar una deliciosa comida típica costeña, mientras disfrutan del paisaje que armoniosamente equilibra el verdor tropical, con el azul radiante del cielo y los imponentes edificios del Guayaquil moderno que sobresalen del horizonte del río Guayas.

Habitantes de Santay trabajan en el restaurante de la isla
Mujeres y hombres de la comunidad trabajan en turnos para atender este comedor que permanece abierto desde la mañana hasta las 17:00, en que concluyen las visitas de turistas.

 “Antes no había trabajo, teníamos que buscárnosla en Guayaquil y ahora hay trabajo por demás”, dice sonriente Domínguez, mientras deja a punto un humeante arroz que acompañará al seco de gallina, guatita y otros platos criollos que se servirán los clientes.

Los isleños se sienten contentos con su nueva forma de vida. Se esmeran por dar un buen servicio al cliente, se empoderan cada día de sus nuevas funciones, pues no quieren volver a los tiempos en que solo para llevar agua a sus casas debían cruzar a remo hacia la ciudad de Guayaquil.

Mientras Domínguez y sus compañeras ponen su sazón a los alimentos, en el nuevo y panorámico muelle están tres pobladores que ofrecen el servicio de lancha a motor para quienes ya no desean caminar de regreso a Guayaquil, un trayecto que toma 2,5 kilómetros si se suman las distancias del paso peatonal (840 metros) con la caminera que lleva a la ecoaldea (1.700 metros).

Otros, moradores, en cambio son guardaparques que recorren en bicicleta la isla vigilando que no se afecte el ecosistema con los desperdicios que botan ciertos turistas; mientras, Benito Parrales, de 60 años, se dedica al cuidado de sus “muchachos” como les dice a los cocodrilos.

“Antes anhelábamos mudarnos a la ciudad para dejar esta vida de pobreza, pero ahora escucho muchas veces decir a los que nos visitan que nos envidian por la forma cómo vivimos en medio de esta naturaleza y la paz”, confiesa Parrales, quien se siente afortunado del giro radical que dieron sus vidas por la decisión del presidente Correa.

El nuevo muelle ofrece una fresca brisa del río Guayas
y un atractivo paisaje.

Así transcurre la vida en San Jacinto de Santay, el poblado al que de joven llegó doña Elsita de la mano de su compañero de toda la vida. Ahora comparte con sus vecinos sus conocimientos adquiridos en las capacitaciones brindadas por el Ministerio de Ambiente sobre temáticas de microempresa, atención al cliente, entre otras.

“Este era mi sueño y se volvió realidad”, dice con voz entrecortada la líder de la comuna. Sus pies ya no se hunden en el lodo y sus manos dejaron de cargar el peso de la extrema pobreza.

DATOS

El 20 de febrero de 2010, la isla Santay pasó a formar parte del Sistema Nacional de Áreas protegidas como Área Nacional de Recreación.

Entre la flora se destaca el mangle negro, la palma real, guachapelí, samán y otros árboles. Mientras que por la fauna existen reptiles como la boa y la iguana, mamíferos como el mapache, el oso hormiguero y distintas especies de aves.


La isla Santay ofrece una fauna y flora que cautiva a los
amantes de la naturaleza.
 Para llegar a la isla debe ir hasta la calle El Oro, en el sur de Guayaquil, donde está ubicado el puente basculante, que puede ser cruzado a pie o en bicicleta. El acceso es libre desde las 06:00 hasta las 17:00, y el Ministerio de Ambiente tiene disponibles bicicletas a un costo de 4 dólares por tres horas.

A mediados de septiembre se prevé entregar las obras del nuevo puente basculante que unirá a la isla con el cantón Durán. Con esta obra, más una caminera elevada, se unirán por primera vez las ciudades de Guayaquil y Durán a través de la isla Santay.

Actualmente el gobierno construye un circuito de 14 kilómetros de camineras y ciclovías a nivel del terreno en la zona no inundable de la isla.

jb/hc
Fuente: ANDES

04 agosto 2014

Población de Santay se esfuerza por atender bien a sus visitantes

Nueva olla arrocera adquirida por las mujeres
encargadas del restaurante
Las visitas a Santay no dejan de llegar, y el rumor pasado de boca en boca de que el sazón de la comida que preparan las santayences en su comedor es excelente no ha dejado indiferente a los visitantes.
Al fin de la jornada el restaurante limpio
y listo para otro día

Mariana y su equipo!!
Para dar gusto a quienes llegan al restaurante y piden ese rico seco de pollo o el ceviche de pescado o mixto con camarón, y sino el delicioso pescado frito,  quienes están encargadas de preparar y atender ese establecimiento comunitario están adquiriendo más equipo de cocina.

Las jornadas son largas y cansadas pero las anfitrionas no dejan de acompañar sus platos con una gran sonrisa!

El objetivo es atender la gran demanda y no permitir que quienes llegan a la isla regresen a Guayaquil sin dar gusto a su paladar.

Entonces si Ud. prepara una visita a Santay, déjese atrapar por la amabilidad y simpatía de los santayences que lo acogerán como uno de los suyos.  Tenga paciencia a veces la cola es larga...pero la espera vale la pena!!



Restaurante


Acceso

Fotos: Roberto Castello - Amigos de Santay, Guayaquil


18 julio 2014

Comunidad de San Jacinto de Santay en Directorio Patrimonial de Guayaquil


Hace poco tiempo fue editado el Directorio Patrimonial de Guayaquil, documento que permite a propios y visitantes conocer los diferentes sitios de la ciudad que por su importancia histórica y atractivo turístico han sido repertoriados por las instituciones gubernamentales rectoras de la cultura patrimonial: el Instituto Nacional del Patrimonio Cultural, el Ministerio Coordinador de Patrimonio y el Ministerio de la Cultura y Patrimonio.

Indudablemente con la presencia en esta importante guía de la comunidad de San Jacinto de Santay  se pone nuevamente en evidencia que Santay y su población tienen una historia que contar.

Surge así mismo la necesidad de concretar el proceso de creación del Museo Comunitario de Santay cuya parte física, el edificio de la primera escuela y casa comunal, está en espera de su nueva función.  La población de Santay y la Asociación Amigos de Santay están juntando aliados y sobre todo tocando las puertas de las entidades del gobierno ecuatoriano para que este proyecto se realice. 

13 julio 2014

Un trabajo de fin de estudios realizado con la población de Santay y dedicado a sus proyectos

Trabajo Jennifer Addi
El pasado 17 de junio en la Escuela de Arquitectura y Paisajismo de la Universidad de Bordeux en Francia, se realizó la defensa de Diploma de la ahora paysajista Jennifer Addi, quien sustentó el trabajo Redonner un nouveau souffle a l'Ile Santay, Équateur ( Darle una nueva vida a la Isla Santay. Ecuador). El tribunal del jurado fue presidido por el Ing. José Delgado Mendoza representante de la Asociación Amigos de la Isla Santay y estuvo integrado ademas por el Sr. Bernard Brunet, Director de estudio, paisajista, urbanista y profesor de la facultad, el Sr.Lionel Hodier, profesor paisajista, y el Sr. Jean-Pierre Bériac, archivista y antiguo profesor.

La Srta. Addi realizo durante 2013 varias visitas a la población de Santay así como a funcionarios del Ministerio del Ambiente en Quito y Guayaquil, y profesionales vinculados a la gestión turística y ambiental.

El objetivo de su tesis fue el de integrar los deseos de la población de San jacinto de Santay , los proyectos turísticos del gobierno nacional ahora presentes en la isla  y su propia visión profesional de paisajista.

El resultado es un documento que plasma la historia, la realidad y la posibilidad de proyectos factibles de ser manejados integralmente por la población de Santay y  que ponen de manifiesto su cultura, sus capacidades agrícolas e incluso su creencia religiosa.

El tribunal resaltó el trabajo realizado por Jennifer que puso de relieve sus capacidades profesionales como paisajista pero sobre todo mostró un permanente respeto por los habitantes y sus sueños como comunidad. 

El texto estará también traducido al español en las próximas semanas.

Un diplôme de fin d'etudes effectué avec la population de Santay et consacré à leurs projets

Le 17 juin dernier à l’Ecole d’Architecture et de Paysage de Bordeaux, en France, s’est déroulé la soutenance de diplôme DPLG de la paysagiste Jennfier Addi. Elle a présenté le diplôme Redonner un nouveau souffle à l’île Santay, Equateur ( « Darle una nueva vida a la Isla Santay. Ecuador »). Le jury présidé par Jose Delgado Mendoza  ingénieur et  représentant de l’association des Amis de Santay, il a été aussi vu par les jurés Bernard Brunet, Directeur d’Etude paysagiste urbaniste et professeur de l’école, Lionel Hodier, enseignant paysagiste, et Jean-Pierre Bériac, archiviste et ancien enseignant.


Mademoiselle Addi a réalisé durant l’année 2013 de nombreuses visites sur l’île Santay, autant à la population qu’aux fonctionnaires du Ministère de l’Environnement à Quito et Guayaquil, et aux professionnels de la gestion touristique environnementale.

L’objectif de son diplôme a été d’intégrer la participation des habitants de San Jacinto de Santay, mais aussi le projet touristique du gouvernement national d’Equateur aujourd’hui présent sur l’île, ainsi que sa vision professionnelle de paysagiste.

Le résultat est un document qui raconte l’histoire, la réalité présente et les possibilités de projets gérés par la population et qui mettent en valeur leur culture et leur savoir-faire agricoles et de pêche ainsi que leurs croyances religieuses.

Le jury a conclu que le travail de Jennifer a mis en relief ses capacités professionnelles comme paysagiste, et avant tout a montré un profond respect pour les habitants et leur rêve de communauté.

24 junio 2014

Mujeres de la Santay quieren que su sazón sea reconocida

Ninfa Medina es una de las 25 mujeres nativas de la
isla Santay que trabajan en el comedor comunal.
Ellas compraron las ollas, vajillas, cubiertos
y usan dos cocinas adicionales a la industrial que
les cedió el Ministerio del Ambiente. Esta cartera del Estado
también las dotó de un congelador. Francisco Verni
Atareada, receptando un pedido tras otro, está Marianita Domínguez. Los toma y pide en voz alta: “¡Dos pescados, un seco de pollo y uno de chivo!”. Son para una familia que espera ansiosa por degustar los platos típicos que preparan las mujeres nativas de la isla Santay en el comedor comunal.

Son las 09:30 del domingo 22 de junio. El restaurante está lleno. Mientras unos degustan la comida, otros pugnan por pedir los platos. El pescado frito es el más solicitado.

En la cocina, diez mujeres se encargan de la preparación de los alimentos, freír pescado y lavar los platos. Todas tienen su función y las guía Marianita. Ella, junto a sus 24 compañeras, trabajan desde el lunes 16 del presente en el comedor de la ecoaldea, pero con la incertidumbre de si seguirán administrando el local.

El comedor de la isla Santay estuvo lleno durante la mañana
del domingo. El plato que más se pedía era la corvina frita.
“Queremos que las autoridades nos den un documento que diga que seguiremos administrando el comedor, porque sí lo podemos hacer, por nuestras familias y la comunidad”, dice la dirigente de 40 años y madre de 4 hijos.

Durante las primeras dos semanas, luego de la apertura del paso que une a Guayaquil con esta reserva, se habría concesionado este servicio por parte del Ministerio del Ambiente (MAE), indica Domínguez.

“La persona que colaboró con nosotras se identificó como el concesionario del comedor”, sostiene, y agrega que el pago que recibieron ($ 15) era inferior del que tenían antes de que se abriera el puente.
Pero ni el comedor ni la hostería están concesionados, según declaraciones del MAE hechas el 9 de junio. Quince días antes, Lorena Tapia, titular de esa cartera de Estado, sostuvo que posiblemente los servicios que funcionen en el destino turístico sean liderados por empresas especializadas, pero con la condición de incorporar a los nativos de la isla.

Al momento, este grupo mantiene la esperanza de que la administración del restaurante recaiga en ellas, quienes reciben capacitaciones en atención al cliente por parte del MAE.

En el comedor trabajan grupos de diez mujeres pasando un día. Cada una recibe entre $ 20 y $ 30 al día. Los ingresos se invierten en los alimentos y la ganancia, en una caja común.

“Estamos contentas de que vengan muchos turistas, es una ayuda para nosotras”, dice Marilú Melgar, de 62 años.

El comedor de caña y bambú tiene capacidad para 200 personas.

Apuntes
precios
Comida típica
La corvina entera cuesta $ 4; los secos de pollo y de chivo, y el pollo hornado con arroz y menestra, $ 3,50; el cebiche mixto, $ 5. Los fines de semana venden unos 600 platos.
Fuente

13 junio 2014

Pobladoras de Santay y su buena cocina!!!

Si han sido capacitados durante varios años para este gran momento y si hay una cooperativa de servicios comunitarios que los ampare, porqué entonces no son  ellos los pobladores quienes tienen la concesión del restaurante en Santay?