11 septiembre 2009

Pugna por turismo en la Santay

Guías de la isla piden a fundación una mejor paga por los cobros que se hacen por visitas al lugar.

Desde 2006, cuatro de los 214 habitantes de la isla San Jacinto de Santay ofrecen servicios de guías turísticos comunitarios a las personas nacionales y extranjeras que visitan el lugar.

Por esta labor, la Fundación Malecón 2000 -que administra la isla Santay desde hace 9 años- les paga US$ 0,15 por cada turista y recorren junto con ellos los senderos.


“El tema de los US$ 0,15 es terrible, no comprendo por qué Malecón 2000 solo nos reconoce ese valor por cada guianza”
BENITO PARRALES
Guía comunitario de la isla Santay


Para llegar hasta allí, los pasajeros deben utilizar el crucero Discovery, transporte fluvial que tiene un convenio con la fundación.

La empresa Discovery cobra US$ 8 los adultos, US$ 6 los niños y US$ 4 por estudiantes de colegio. De cada pasaje la compañía se queda con US$ 7, Malecón 2000 con US$ 1, y de este último dólar el 15% se destina a cada uno de los guías comunitarios.

Sin embargo, los guías, quienes con esos recursos ayudan a mantener a todos los habitantes de la isla, están insatisfechos con la paga que reciben.

Benito Parrales, guía comunitario de la zona, asevera que la Fundación Malecón 2000 solo le reconoce US$ 0,15 por cada turista que atiende, siempre que el visitante le entregue al final del recorrido un tique proporcionado por Discovery. “Esa cifra no recompensa los 45 minutos que dura el recorrido por los senderos con los turistas. Deberíamos recibir más de parte de la fundación. Nosotros cuidamos el lugar, los animales silvestres y todo lo que involucra al ecosistema de la isla”, afirma Parrales.

Él acota que la cancelación del rubro se realiza al final de cada mes, solo cuando hayan recibido turistas. Caso contrario, no obtienen nada.

“El tema de los US$ 0,15 es terrible, no comprendo por qué la fundación solo nos reconoce ese valor por cada guianza. Esa cantidad no es un beneficio para nosotros, bueno fuera que nos pagaran al momento, pero nos pagan mensualmente o cada dos o tres meses”, asegura.

La Santay es un humedal protegido con leyes, según lo indica la ficha Ramsar Nº 1041, que forma parte de la Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional, especialmente como hábitat de aves acuáticas.

Ese sitio, localizado frente a Guayaquil y detrás del cantón Durán, tiene una extensión de 4.705 hectáreas, de las cuales 2.200 corresponden a la isla y 2.505 a las aguas circundantes.

En la actualidad Santay es propiedad del Banco Ecuatoriano de la Vivienda (BEV), el cual, en 2001, firmó un fideicomiso mercantil. Esto es un contrato que transfiere, de manera temporal e irrevocable, bienes muebles o inmuebles a un patrimonio autónomo dotado de personalidad jurídica.

El BEV otorgó a la Fundación Malecón 2000 la administración de la isla por 80 años

Bajo esa figura, el BEV otorgó a Malecón 2000 la administración de la isla por 80 años. A pesar de que este lugar, considerado turístico, es parte de Durán. Así lo confirma Xavier Miranda, asistente de coordinación del proyecto Isla Santay, que lo ejecuta la fundación.

Él explica que el Banco Ecuatoriano de la Vivienda firmó el acuerdo con la finalidad de desarrollar un proyecto turístico, educativo y ecológico, que se ha efectuado durante estos 9 años.

Miranda argumenta que, como parte de esa propuesta, tienen su propia embarcación, la cual permite el traslado de estudiantes. De lo que se cobra por ese viaje, un porcentaje se destina a la conservación del humedal. Pero el funcionario desconoce la cifra que reciben los guías del lugar.

“En lo que respecta a la guianza de la isla, se da un porcentaje a los pobladores y el resto se lo utiliza para el mantenimiento de los senderos, porque es un sitio Ramsar”, aclara.

El asistente señala que, dentro de la isla, el turista no debe pagar por los servicios que presta el guía, porque cancelaron con anticipación lo que les corresponde a esos trabajadores.

No obstante, Tomás Domínguez, presidente de la asociación de pobladores de Santay, asegura no haber firmado un documento que especifique la cancelación de los US$ 0,15 por parte de la institución, pero señala que “fueron los directivos de la fundación quienes impusieron la cifra”.

Ante ese conflicto, los comuneros decidieron implementar una iniciativa propia que les permita recaudar más recursos para ellos.

El colectivo promociona el turismo de la isla en el mercado Caraguay (en el barrio Cuba, al sur de la ciudad), donde cobran US$ 15 por traslado (ida y vuelta) a grupos de 20 pasajeros. Aunque Domínguez aclara que ese valor es negociable.

214 habitantes de la Santay son ayudados con los recursos que ganan los guías comunitarios

Él admite que la fundación prohíbe esa práctica para conservar la seguridad de los pasajeros, pero afirma que se han visto en la necesidad de hacerlo. “En reiteradas ocasiones pedimos a Malecón 2000 incrementar la tasa turística a US$ 1 para adultos y US$ 0,50 para niños, pero en vista de que la situación no cambia, promocionamos la isla en el mercado”, explica.

Los guías de la comunidad precisan que, mensualmente, con la fundación, ganan entre US$ 20 a US$ 40, pero “no alcanza para comprar los víveres y medicinas, por eso recomiendo que vengan desde la Caraguay”.

María de los Ángeles Gustoja, profesora de Antropología Cultural de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), los US$ 0,15 que aceptan los pobladores como forma de pago “vale más que no recibir nada”, pero recalca que es el “Gobierno el que debe concienciar sobre esta situación”.

Para Gustoja, el rubro que actualmente ellos reciben es injusto: “Hay que tomar conciencia de que el guía nos ha dedicado dos horas de su tiempo al mostrarnos una joya que es parte del pulmón verde de Guayaquil, no es justo que reciba centavos para sobrevivir”.

ANALISIS
Manuel Burgos
Director de la carrera de Turismo de la Universidad Espíritu Santo

La isla es un lugar subutilizado


El nivel que tienen los guías turísticos de la Santay es básico, no están capacitados para ofrecer un servicio mejor. No manejan otro idioma ni interpretación ambiental.

Los honorarios que normalmente recibe un guía, en varias áreas, dependen de la propina. No es tanto el valor que les pueda dar la fundación. Es importante el incentivo base, pero se debería manejar el acercamiento y conectividad con el grupo de turistas para que se genere una propina interesante.

Debería estructurarse una mejor propuesta de la isla Santay para captar los turistas extranjeros de Guayaquil.

La isla todavía no es un producto turístico competitivo comparado con los otros sitios que se ofertan. Como aún no hay una propuesta atractiva, seguirá siendo un destino ocasional.

Para mí, la Santay está subutilizada. Es un espacio natural interesante que no está desarrollado.

El turismo no solo requiere de sitios naturales, sino también infraestructura que haga confortable la experiencia de visitarlos.

El traslado hasta allá no recomendaría que se lo haga por la Caraguay porque se requieren vías más atractivas y seguras para el turista, especialmente si es extranjero. Lo idóneo sería salir del malecón.

Estefanie Maquilón
emaquilon@telegrafo.com.ec
Reportera
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