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17 abril 2012

Santay presenta mejoras y apunta al turismo local

La lancha se demora 30 minutos en llegar. Dentro de ella saluda Elsa Rodríguez, una mujer robusta, de cabello bien negro, cuya piel cobriza es producto de todas las veces que ayudó a que las personas conozcan la isla Santay, en donde es guía comunitaria desde hace siete años.

Rodríguez tiene tres décadas viviendo en el sitio, donde prefirió quedarse dejando a su querido Manabí y siendo parte del cambio que ahora perciben los santayleños.

Dentro de la isla el ambiente es diferente: no existe tráfico, el silencio recubre de tranquilidad a los habitantes y el aire pierde la contaminación de la ciudad, la cual se intenta reducir al mínimo nivel, pues las luminarias tienen sus propios paneles solares que generan energía para mantenerlas encendidas durante la noche, hasta las 02:00.

Cada vivienda también tiene sus paneles solares y existe un proyecto de "unir todos los paneles para hacer una sola energía (…) y ahí sí abastecer la refrigeradora, porque no abastecen mucho", asegura Benito Parrales, presidente de los pescadores artesanales y guía turístico de la isla.

Ángel Domínguez nació en el lugar hace 48 años. Ahora reside en una casa de madera con bases de cemento. Pero eso ocurre desde agosto del año pasado, cuando el presidente Rafael Correa inauguró 56 viviendas para los aproximadamente 250 habitantes.

"Antes las casas eran de cañita. Teníamos que botarnos al lodo, limpiar el monte. Cada invierno teníamos que 'adosar' para andar porque hay culebras.... Allá (entrada de la isla) hay una bomba de agua y hay que irla a ver hasta la casa. Antes teníamos que irla a ver a Guayaquil cada 2 o 3 días", comenta Domínguez apoyado en el balcón de su vivienda.

Las nuevas casas para los isleños son el comienzo de una serie de proyectos que incluyen un dispensario médico, un centro de reciclaje de desechos, una oficina de turismo para direccionar las ecoaldeas, una casa de huéspedes, circuito de senderos y la adecuación de la zona para deportes extremos.

Los proyectos se realizarán gracias a la gestión de instituciones como el Ministerio de Educación, Miduvi y Turismo. Además de Ambiente y la Empresa Pública de Parques Naturales y Espacios Públicos, ambas administradoras de la isla.

"Hemos cubierto lo que es la vivienda, agua, luz y aguas servidas. Pero vamos a crear la infraestructura necesaria para que puedan potencializar el aspecto turístico que pueden tener", afirma Ana Fong, gerenta técnica de la Empresa Pública de Parques Naturales.

Uno de los atractivos turísticos es la cocodrilera que posee la isla. Para llegar, cada uno de los visitantes tienen que calzarse un par de botas que alquilan a los turistas.

El camino es fangoso y se debe avanzar con cuidado entre las raíces de los árboles, las plantas y el lodo que intenta atrapar a la gente, lo que hace que a niños y personas de poca agilidad se les dificulte el recorrido. Al final se aprecian 11 cocodrilos viviendo en un área que pronto será remodelada para no incomodar a los animales cuando lleguen a su máximo desarrollo de 6 metros.
"Una experiencia diferente, recomendable para las personas que desean hacer turismo en Guayaquil", comenta Milena López, una de las seis personas que visitaron la isla el sábado pasado.

Trasladarse al sitio tiene un costo de 12 dólares y puede coordinarse llamando a los teléfonos 2294904 o 087102272. El valor incluye el transporte en lancha (ida y vuelta), refrigerio y guía.
Fuente Diario Expreso

27 febrero 2012

Isla Santay ya cuenta con un infocentro de Euro-Solar

Desde el  pasado 17 de enero, la comunidad de la Isla Santay  ubicada en la provincia del Guayas, cantón Durán, cuenta ya con el equipamiento que provee el Programa Euro-Solar.  

Esta comunidad fue escogida como beneficiaria por su capacidad y nivel de gestión comunitaria. Su proceso de instalación tomó más tiempo con respecto a las demás comunidades, debido a que por sus características particulares de haber sido declarada como área protegida en el proceso de instalación, obligó a replantear su implementación tomando en cuenta un nuevo diseño para la caseta de control, dilatando así su instalación.

Por las condiciones antes mencionadas y las características del suelo de Santay, en esta isla no se instaló la torre de paneles, sino que se procedió a instalarlos sobre el techo del cuarto de baterías, mismo que fue construido con materiales amigables al ambiente y muy próximo a la nueva escuela de la isla.
Es así como el Programa Euro-Solar cuenta ya con 91 comunidades equipadas con sistemas de provisión de energía solar, equipamiento informático y de salud preventiva, restando únicamente la instalación de las antenas SAT, para conexión internet, cuya instalación está a cargo de CNT, y finalizará el próximo 22 de abril.

 

06 noviembre 2011

La Santay, una isla “hecha” a punta de Domínguez

Más de 30 familias con el mismo apellido: Cruzando el río Guayas, a 800 metros de la ciudad, se encuentra esta población de 240 habitantes, formada en medio de leyendas y con una misma base genealógica que le da una particularidad a su historia.

 Diana Romero
Domínguez-Domínguez, Cruz-Domínguez, Domínguez-Mateo,
Jaime-Domínguez, son  algunos de los apellidos de los 37 niños de
la escuela Jaime Roldós Aguilera, que funciona
en la isla Santay desde hace 13 años. Fotos: Pilar Vera | El Telégrafo
Es cerca del mediodía y en la escuela Jaime Roldós Aguilera, ubicada en la isla Santay - una formación de tierra a 800 metros de Guayaquil- los niños disfrutan de su recreo. Mientras unos gritan y corren por una amplia zona descampada, que hace las veces de patio, otros se amontonan a un costado formando un círculo.

-“Se golpeó señorita, se golpeó”, gritan los niños, alrededor de un pequeño que solloza acostado  sobre el césped y que es trasladado en brazos hasta las escaleras de la escuela de madera.

Ena Gomero, directora y profesora de la institución, acude a su rescate. El golpe no es de cuidado y los pequeños se dispersan para  seguir jugando.

“A ver, hagan aquí una fila todos los Domínguez”, ordena Ena, con una voz tan enérgica que hace que los niños interrumpan su recreo y obedezcan de inmediato.

Entre brincos y carcajadas se van formando en hilera: 1, 2, 3, 4... “Ahí los tiene: Domínguez-Domínguez, Cruz-Domínguez, Domínguez-Mateo, Jaime-Domínguez”, dice mientras recorre la fila de pequeños con la mirada. “¡Todos son Domínguez aquí!”, exclama.

La profesora Gomero trabaja en esta isla la misma cantidad de tiempo que de existencia tiene la escuela: 13 años. Según relata, de los 37 alumnos de primaria, al menos 30 tienen el “Domínguez” como primer o segundo apelativo.

Se trata de un apellido que identifica a los habitantes de Santay como tales y que está vinculado con sus raíces, sus orígenes, según  narra Jacinto Domínguez, de 63 años, uno de los ancianos de la comunidad, cuyos ancestros fueron  los primeros habitantes de estas tierras, hace más de 120 años.

El historiador Carlos Calderón Chico explica que existen pocos registros acerca de la forma en que se pobló la isla Santay. Sin embargo, la memoria histórica de los abuelos del lugar cuenta los hechos importantes de generación en generación. Jacinto Domínguez es el guardián de la tradición oral de esta isla.

“Mi tatarabuelo llegó de Bajada, de Chanduy. Él traía pescado salado y sal para vender acá. Venía por una o dos semanas, hasta que poco a poco se fue quedando de largo. Acá había haciendas y trabajo. Era fácil vivir...”, afirma.

Su padre llegó aquí a los 12 años y nunca más se fue. Le siguieron sus tíos, que formaron sus familias y continuaron extendiendo el Domínguez por toda la Santay. “La gente forma poblados por muchas razones. A veces llega a un sitio por comercio o por tener un lugar donde alojarse. Los habitantes de Santay se afincaron allí, pese a que las condiciones de la isla no eran las mejores”, indica Calderón.

Según las narraciones de su abuelo y su padre, Jacinto recuerda que la isla estaba conformada por varias haciendas: “Puntilla, Las Acacias, La Pradera Grande, La Pradera Chica, Florencia... Luego los dueños las hipotecaron, se quedaron sin ganado y el que quiso quedarse viviendo acá se quedó”.

Ciertas comunidades que se han formado en distintos rincones del país tienen antecedentes comunes, como es el caso de Santay, dice el sociólogo Rubén Aroca. “Algunas primero han sido caseríos u ocupaciones de tierra que han estado vinculadas con propiedades rurales, específicamente agrícolas. Frecuentemente quienes las habitan son grupos de personas que tienen cierto grado de parentesco, sus hogares  tienen un apellido en común”, sostiene Aroca.

Claudina Domínguez es una anciana de  mirada amable y arrugada, de sostenida aunque tímida sonrisa y un cuerpo delgado, que esta tarde viste una camiseta roja,  estrecha aun para su flacura. “El Esteban se fue a volver, pero ya mismo regresa. Pase, pase...”, dice la mujer de 71 años con voz temblorosa, casi inaudible.

Adentro, en la cocina de su nueva casa dentro de la Ecoaldea, lava los platos que quedaron sucios luego del almuerzo. Los apila sobre una mesa plástica, lo que, junto a los cerros de ollas y pomas con agua sobre el suelo,  da una sensación de desorden a la sala, que se ve amplia sin muebles.   

Claudina esperaba a Esteban, su primo, pero también esposo desde hace más de 50 años, con quien procreó  once hijos, de los cuales ocho viven todavía. Jacinto Domínguez  agrega que, debido a que todos los habitantes que comparten este apellido provienen de una misma raíz genealógica, es común que primos y parientes lejanos se interrelacionen, formando nuevos núcleos familiares.

Calderón Chico afirma que las uniones entre familiares cercanos o lejanos, como los de  la isla Santay,  también se  dan en otras comunidades. “Esta es una costumbre de pueblos con ancestralidad, que buscan afianzar los lazos familiares que les permitan perennizar su apellido”, explica el especialista.

Pero para la directora de la escuela de la isla, existe una explicación más simple: “La mayoría  de los jóvenes  no sale. Casi ninguno  va al colegio. No tienen dónde conocer a otras personas y forman sus familias aquí mismo”.

Álvaro Cruz Domínguez fue su alumno y es la excepción. Es el único joven de la isla que logró graduarse de bachiller. Su ejemplo lo siguen dos adolescentes más, que acuden a clases a un colegio a distancia, únicamente los sábados, de la misma forma en la que Álvaro logró terminar la secundaria.

Cada dos semanas, la marea sube y lo remoja todo. Vuelve difícil movilizarse sin que el fango quiera tragarse las botas de los visitantes. Este día, sin embargo, el suelo se encuentra seco y cuarteado. El lodo de hace algunos días parece parte de sus leyendas, como la del “tintín silbador”, que la cuentan a cada extraño. 

Un poco más hacia el centro de la isla, en medio del cacareo de las gallinas y el balido de los chivos,  una joven mujer mece  al último de sus cinco hijos. El pequeño Marco Antonio, de 2 meses, se arrulla al vaivén de una hamaca de redes. El viento, a su vez, mece las endebles estructuras de la casa.

Gina Domínguez, de 28 años, se unió a Félix Domínguez, su primo, hace 14. La vida para ellos transcurre en la tranquilidad del campo, entre la crianza de sus hijos y las labores de pesca de su marido.  Ella, al igual que la mayoría de mujeres de la isla, inició la vida matrimonial muy joven y tiene varios hijos.

Para el sociólogo Aroca, este fenómeno se da en pueblos donde la tradición está muy arraigada. “Lo doméstico sigue siendo un espacio de administración femenina. Las chicas se casan a temprana edad porque a los 15 años la mujer comienza a tener expectativas de integración y estas están marcadas en el espacio doméstico, que se vuelve un lugar integrador. Dadas las condiciones de la isla, no hay otro”, expresa.

En el hogar de Gina, así como en el de Marielena Domínguez, de 24 años, abundan los símbolos religiosos: crucifijos sobre las camas, relojes del Sagrado Corazón de Jesús, afiches de la Virgen María en sus diferentes advocaciones, estatuas de Santa Narcisa de Jesús y uno que otro Hermano Gregorio que reposa en algún rincón de los veladores apolillados.

Esto sin contar que, en agosto de cada año, la comunidad de la isla se prepara con comida, música y festejos para recordar a San Jacinto y Santa Mercedes, los patronos de Santay. “Debajo de algunas casas, los pobladores hacen pequeños  altares. En la noche comienzan los rezos y luego el baile, la comelona y los juegos tradicionales: el huevo con la cuchara, el palo ensebado y otros. Las familias que organizan deben darle de comer a toda la comunidad, por eso lo hacen solo las que tienen bastantes animales”, cuenta Ena Gomero.

Pese a los recurrentes símbolos católicos en los hogares de Santay, varios de ellos profesan la religión evangélica desde hace aproximadamente cinco años, como Marielena, quien se casó en una boda grupal, organizada por una misión protestante que visita la isla cada semana.

Sentada en el borde de su cama, con sus hijos Wendy, Leonardo y Flor María, Marielena saca de un cajón que se abre con dificultad las fotos de su boda, entre otras más. En unas se ve una fiesta al aire libre en la que viste un sencillo traje blanco, y en otras luce visiblemente más joven, casi niña, sentada en las piernas de su esposo. “Esta es de cuando recién me uní a él, hace unos diez años... ya ni me acuerdo”, manifiesta.

La Iglesia católica contempla normas entre las cuales está el impedimento de que familiares contraigan nupcias entre ellos, dice el párroco de la iglesia San Antonio María Claret, de Urdesa. No obstante, esto se anula cuando se trata de parientes lejanos.

“En principio, a partir de primos o familiares más cercanos existe un impedimento que puede dispensarse para parientes lejanos o en mayor grado. Por lo tanto, no es contradictorio que esta gente exprese su fe”, indica el sacerdote.

Pero a ojos de la directora Gomero, más que conflictos éticos estas uniones han traído también problemas de salud.  

“Hay una familia en la que existe un niño con síndrome de Down y epilepsia. Y como profesora me doy cuenta de que a sus hermanas les cuesta captar, tienen deficiencias de aprendizaje. Creo que podría ser porque sus padres son  primos hermanos”, comenta.

La familia a la que Ena se refiere es apellido Achiote, otro de los  comunes en Santay, donde se repite la historia. Jackeline, la secretaria de la población, vive con Carlos Achiote, hijo de su tío Lorenzo, de 78 años, el hombre más anciano de la isla. Lorenzo  padece de parálisis parcial y pasa sus días entre la hamaca y la cama, moviéndose con dificultad entre uno y otro lugar.

Los registros de Jackeline reposan escritos con pluma azul en un viejo cuaderno de contabilidad y dicen que de las 56 familias de la isla Santay (240 personas) aproximadamente 30 son apellido Domínguez, otras 20 son Achiote. Las demás familias se distribuyen entre los Cruz, los Parrales y los Salavarría.

Aroca concluye que -de acuerdo con los antiguos teóricos de la comunicación- las comunidades cambian, evolucionan y se modernizan frente  al tipo de medio que se utiliza con una mayor frecuencia.

“En el caso de Santay, su medio es la memoria, la tradición oral y el habla. Entonces se trata de comunidades que cambian más lentamente”. Y en efecto, sus moradores viven, como suspendidos en el tiempo, marcados por esa sencillez rural de tribu extendida; más allá de la religión, la educación o los medios modernos.
Fuente: El Telégrafo

04 septiembre 2011

Santay: del muelle a los puentes

Una inversión estatal que hasta ahora supera el millón y medio
de dólares convertirá a la Isla en un circuito eco turístico
para Guayaquil  y cambiará la vida de sus 257 habitantes.
Reportaje publicado en Revista Mundo Diners #352  

Por Ileana Matamoros
Fotos: Rafael Méndez Meneses y Dep. Comunicación Ministerio de Ambient.


Alborotados por la inauguración del muelle y la visita de la Ministra de Ambiente, aquella mañana de junio, cerca de 40 niños y niñas la escuela Jaime Roldós, de la isla Santay, se subieron con sus dos maestras en las canoas de sus padres y vecinos para avanzar por el río Guayas hacia el lugar. A esa hora del día, con la marea alta, era la única forma de llegar a tiempo a ese punto de la isla.

“¡Los chiquitos van conmigo!”, gritó Ena Gomero cuando sus alumnos se lanzaron en tropel al abordaje, y de inmediato unos siete pequeños que ya sabían que era con ellos, se voltearon corriendo hacia ella. Sus uniformes lucían impecables pero algunos iban descalzos, en la verde isla-manglar que queda frente a Guayaquil es una manera de lidiar con el lodo y salvar los zapatos.

Desde la rivera un par de fieles perros persiguieron las canoas de los niños saltando sobre riscos de lodo y cruzando a nado dos esteros, hasta que llegaron al muelle cubierto de 80 metros de largo que costó cerca de 360 mil dólares y era a la fecha –junto a la escuela, levantada hace menos de dos años a un costo de 174 mil dólares-, la obra pública más importante que ha tenido la isla.

Los chicos hicieron una calle de honor para la ministra Aguiñaga tal como en marzo del año pasado, cuando los visitó el presidente Rafael Correa para oficializar la declaratoria de inclusión de la isla en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas. El Ministerio de Ambiente compró hace un año la isla al Banco Ecuatoriano de la Vivienda por más de 10 millones de dólares y ya empezaron los grandes cambios para Santay y para sus 257 habitantes.

Muchos guayaquileños aún se sorprenden cuando se enteran de que la Santay está tan poblada. Pero allí al frente del Malecón 2000, a 800 metros cruzando el Guayas viven 56 familias. La mayoría son pescadores y habitan en 46 casas sin alumbrado ni energía eléctrica (algunas familias comparten generadores que utilizan por las noches), ni telefonía, agua potable, o cualquier otro servició público, de hecho antes de 1999 no había ni escuela.

Allí todos recuerdan cuando la ONG Amigos de la Santay creada por el José Delgado, un ingeniero naval que en los 90 se vinculó a la isla, consiguió el dinero y construyó la primera con la ayuda y gratitud de la población. Otro de los grandes orgullos de isla es su primer bachiller, Álvaro Domínguez, que acaba de terminar el colegio a distancia y ya aprobó el preuniversitario de biología marina. Ahora que la DINSE les hizo la nueva escuela, “la vieja” hace las veces de centro comunal y piensan instalar en ella un museo y centro de interpretación, porque el futuro de las 2.200 hectáreas de esta inmensa isla será el ecoturuismo.

En el 2000, por gestiones de Amigos de Santay, la isla fue declarada Área Protegida Internacional a través de la Convención Ramsar, que determina los humedales de importancia mundial. Ese mismo año el gobierno de Gustavo Noboa firmó un decreto que autorizó al Banco Ecuatoriano de la Vivienda, el propietario legal de la isla, a realizar contratos y convenios para desarrollar en la isla un proyecto ecológico y turístico. Y en 2001 el BEV cedió la Santay en comodato por 80 años a la fundación Malecón 2000, que había sido creada por el alcalde Jaime Nebot para construir y administrar el conocido complejo a orillas del río Guayas y otras obras de la llamada regeneración urbana de la ciudad. Pero la administración de Malecón 2000 no produjo mejoras importantes ni en la infraestructura turística de la isla, ni en la calidad de vida de sus habitantes.

Sucede que desde los 80 la ocupación de estas tierras por los isleños ha sido informal, pues nunca han tenido la propiedad legal, e incluso han llegado a ser tratados como “invasores”, aunque más de la mitad haya nacido allí. Son descendientes de los empleados de las grandes haciendas ganaderas y arroceras que prosperaron en la isla desde los años 40, que fueron expropiadas por decisión del presidente Jaime Roldós tras declarar los terrenos de la isla “de interés social”. Uno de los antiguos propietarios de la Santay era Jaime Nebot Velasco, padre del actual alcalde de Guayaquil, y desde el Congreso, León Febres Cordero fue el mayor opositor de la expropiación. Roldós pensaba crear allí un espacio recreacional y de vivienda pero tras su muerte, el caso pasó de la polémica al tabú. Ninguna obra realmente importante se pudo concretar y sus habitantes continuaron olvidados y cada vez más pobres. Año a año los peces fueron menos y los turistas llegaban de a gotas. Los Guayaquileños han escuchado planes de todo tipo para la isla verde de enfrente: construir allí un parque tipo Disney, un gran monumento, hasta un aeropuerto, pero nada de eso, ni siquiera un muelle. Hasta ahora.

Aquella mañana la Ministra Aguiñaga y su comitiva, después de conocer el muelle, saludar a los niños y almorzar con los adultos, revisaron el inminente avance de la Ecoaldea, un proyecto habitacional de 56 casas elevadas con energía solar, agua potable y baños a dónde dentro de poco se mudarán los santileños. También se construyen cuatro kilómetros de senderos elevados para que la isla pueda recibir turismo todo el año, pues en verano es posible caminar con cuidado por algunos caminos, pero las lluvias de invierno convierten a la isla en un pantano inaccesible. La inversión por las obras de Santay supera el millón y medio de dólares y es parte del plan Guayaquil Ecológico, que incluye la creación del Parque de Samanes y la recuperación del estero Salado.

Pero el proyecto más importante estaría por venir: los puentes. Estructuras peatonales y de ciclovía de 800 y 1.2000 metros, que unirían a Santay con Durán y Guayaquil respectivamente. Para ello el Miduvi ya ha contratado sendos estudios que suman más de 600 mil dólares. ¿Qué pasará cuando la agitada vida de Guayaquil y Durán pueda pasar a pie a la plácida isla Santay? Seguro que un paseo por Santay será un respiro importante para cualquier habitante del Puerto Principal, la urbe con menos áreas verdes por habitantes de país… Hoy por hoy los santileños miran con recelo a Guayaquil y a sus noticias de violencia. A pesar de la pobreza ellos saben que viven en un paraíso, son gente buena y sencilla del manglar, y aunque están a sólo 15 minutos en lancha del mercado de la Caraguay, los padres temen la hora de que sus hijos al colegio en la ciudad, y cuentan historias de chicos que regresan asustados y sin ganas de volver a estudiar. Sin embargo las obras los tienen emocionados. El muelle y las casas con agua potable, luz permanente y baños será el principio, esperan que con la llegada de los turistas sus ingresos mejoren y empiece una nueva era de prosperidad para la isla.

Tras décadas de sentir que los “querían botar” (en el 2000 el BEV les hizo firmar un acuerdo de voluntades por el que les permitía vivir en la isla como guardianes ad honoris para evitar invasiones, comprometiéndose a abandonar la isla cuando el banco lo disponga) ahora se sienten más respaldados, aunque la tenencia legal de aquella tierra en que nacieron ellos y sus hijos no esté dentro de los planes del Gobierno. Al ser un área protegida, “lamentablemente no les podemos dar escrituras públicas porque tenemos restricciones de índole constitucional”, dice la Ministra de Ambiente, “pero las familias que se ha identificado en el censo tienen un acuerdo con el Ministerio para que tengan la posibilidad de estar como pobladores indefinidamente. Su estadía está totalmente legalizada”, asegura Aguiñaga.

21 agosto 2011

Santay, un humedal que se transforma en un destino turístico

Dos puentes peatonales unirán a Guayaquil y Durán con la isla Santay

DURÁN, Guayas. Las nuevas cabañas del proyecto del Gobierno denominado Ecoaldea están asentadas en el humedal de la isla Santay. Allí se trabaja en la implementación de paneles solares.
 
Leopoldo Domínguez lleva pasajeros en su canoa a motor hasta la isla Santay, a quienes recoge en el muelle del mercado Caraguay. En el viaje, que dura 10 minutos, disfrutan de la vista de la isla, mientras dejan atrás el crecimiento urbanístico de Guayaquil.

Guayas. Las nuevas cabañas del proyecto del Gobierno
 denominado Ecoaldea están asentadas en el
 humedal de la isla Santay. Allí se trabaja en la
 implementación de paneles solares
Domínguez, de 22 años, conoce bien la isla porque ha vivido siempre allí. Esta área, que es jurisdicción de Durán, se encuentra a 800 metros de distancia de Guayaquil y fue reconocida en octubre del 2000 como humedal Ramsar (de importancia ecológica internacional), por ser un pantano.

Según un estudio del Comité Ecológico del Litoral (CEL), aquí habitan 69 especies vegetales, 5 de estas son manglar; 12 de reptiles, 2 de anfibios, 13 de mamíferos y 128 clases de aves, de las cuales 12 son vulnerables y están amenazadas y registradas en la lista de Comercio Internacional de Especies en Peligro (CITES-siglas en inglés) y de la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN).

Si bien Santay es un área protegida, en la que habita cerca de 230 personas, el presidente de la comuna, Tomás Domínguez, señala que aún tienen necesidades por satisfacer.

Domínguez sostiene que uno de sus principales problemas es la falta de agua. “Aquí nos viene por gabarra, uno la pide y no le llega hasta después de unos cuatro días, por eso tenemos que acudir a los mercados para comprarla”, dice, mientras indica que antes gastaban en un mes $ 60 y ahora $ 170 en una semana, debido a las labores de prueba de las 56 nuevas viviendas que hay en la isla.

Agrega que también requieren de un dispensario médico.

El presidente de los pescadores artesanales, Benito Parrales, concuerda con él y sostiene que a más del dispensario también requieren educación.

A esto se suma el pedido que hacen los pescadores de que se construya un atracadero para guardar sus embarcaciones, así como la dotación de lanchas.

Domínguez asevera que tienen previsto iniciar una capacitación en dos semanas en coordinación con los ministerios del Ambiente y de Turismo, así aspira a obtener mayores recursos para su familia.

Una de las habitantes de la isla Santay camina
hacia su vivienda de Hogar de Cristo,
 la que se le entregó en la administración de la
fundación Malecón 2000. En 15 días se
 prevé su traslado a las nuevas cabañas.
No es la primera vez que se intenta capacitar a los comuneros. Antes lo hizo la fundación Malecón 2000, hasta que el mandatario Rafael Correa transfirió el 20 de febrero del 2010 su manejo al Ministerio del Ambiente. Por ello hubo una disputa con el Municipio de Guayaquil, el que finalmente cedió la administración de Santay al Gobierno. La isla, al ser nombrada área protegida en el 2010, fue inscrita en el Registro de la Propiedad de Durán como posesión de este Ministerio.

Los comuneros lamentaron, en ese entonces, que se truncara la oferta de desarrollo de un proyecto turístico de la fundación Malecón 2000. “No hizo absolutamente nada; ellos nunca hicieron nada”, señala Domínguez, quien recuerda que se prometió el mantenimiento de los senderos de la isla Santay, los que no se habilitaron.

Las cotorras pertenecen a una de las especies
de aves que habitan en la isla Santay.
Domínguez sueña que con la capacitación turística que recibirán en dos semanas, en la que se prevé participen unos 25 jóvenes, todo será diferente. “Todavía no vemos nada, pero pensamos que será excelente porque hay nuevas cabañas y la caminata para ofrecer al turista las artesanías y platos típicos como la ensalada de jaiba”.

La isla es visitada semanalmente por 15 o 20 turistas. A cada uno el guía le cobra $ 1,25.

Las cabañas nuevas fueron construidas para los habitantes de la isla. En estas se utilizó madera de pino chileno y gymsum (material similar al yeso).

Ellos aún viven en las casas de Hogar de Cristo que les donó la fundación Malecón 2000, mientras se adecúan en las nuevas los paneles solares.

 La pesca es la principal actividad a la que
se dedican los habitantes del este humedal.
Las viviendas junto a un área comunal y un muelle fueron inauguradas el pasado 12 de agosto por el presidente Rafael Correa, quien, además, anunció la construcción de dos puentes peatonales, uno que unirá la isla a Durán y otro a Guayaquil. No obstante, biólogos y ambientalistas cuestionan la obra.

Cifras: Inversión
2.200 hectáreas
tiene la isla Santay, un humedal que fue declarado área protegida en el 2010, la que pertenece al Ministerio del Ambiente.


Fuente

13 agosto 2011

235 habitantes de Santay disfrutan de su nueva vivienda ecológica

Guayaquil (Guayas).- Como parte del proyecto Guayaquil Ecológico, que lleva adelante el Gobierno Nacional, 56 familias que residen en la isla Santay en la comunidad de San Jacinto, ubicada frente a la ciudad de Guayaquil, recibieron este 12 de agosto viviendas nuevas.

Los 235 habitantes de esta isla dicen estar satisfechos por contar ahora con una vivienda digna en donde vivir, cada unidad habitacional cuenta con dos dormitorios, baño, cocina, sala y comedor. Todas las casas de la isla cuentan con un sistema de luz solar y son ecológicas.

María Banchón con una evidente felicidad invita a todos quienes visitaron este día la isla Santay a conocer su vivienda, pues como ella indica “atrás quedaron esos días en los que tenían que caminar por el lodo y vivir en casas en las que fácilmente ingresaba el agua”

Incluso se prepara a que después de terminado este proyecto ellos sean parte del programa de turismo que impulsa el Ejecutivo. Además, dijo estar motivada porque este proyecto no solo incluye la construcción de nuevas viviendas, sino la reforestación de toda la isla Santay.

Nain Yedez, representante de la constructora chilena-ecuatoriana que participó de este proyecto, explicó que las viviendas están construidas con pino importado de Chile, que ha sido tratado con químicos especiales y rociados con un aislante  para impedir la proliferación de polillas y hongos. Las  casas tienen un tiempo estimado de duración de 40 años.

En armar las casas se demoraron un mínimo de dos meses, tiempo en el que junto a la mano de obra de la misma población se dio la estructura a esta nueva aldea de ecoviviendas, que a propósito todas cuentan con agua potable y sistema sanitario.

Todo el proyecto de viviendas y sendero en la isla Santay tuvo una inversión de $1.6 millones. La población que se encuentra en la Isla Santay está constituida por los ex trabajadores de varias haciendas en las que se encontraba dividida la Isla, y que están agrupados en la Asociación de Pobladores San Jacinto de Santay. La mayor parte de la población de la isla se dedican a la pesca./CY Prensa Presidencial

Fuente: El Ciudadano

12 agosto 2011

Isla Santay merece mucho más que recoger sus desechos!


Hoy he leído con asombro una nota periodística en la cual se informa que 250 jovenes de America Latina recolectaran desechos en la Isla Santay. 


Me pregunto si acaso quienes organizan este evento no tienen otra cosa mucho más interesante, formadora, enriquecedora a aportar y que puedan compartir a la población de la isla que organizarse para recolectar la basura que hay en el litoral de la isla. Basura que por cierto es llevada allí por las mareas y provienen de diversos horizontes.

Que se entienda bien, hay basura, pero no que amerite que lleguen 250 visitantes de todo el continente para limpiarla. 

Quien lee esa noticia va a llevarse la impresión de que en Santay no hay otra cosa que desechos! Un poco más de respeto por una población que busca y quiere ganarse el aprecio de todos en función de sus calidades humanas y ambientales, por la gentileza y capacidad de su comunidad. 

Ya el año pasado se realizo un evento similar con estudiantes de Guayaquil. Me pregunto si los organizadores no tienen otras ideas a poner en practica para aprovechar la visita de jóvenes entusiastas a Santay, que creo y con mucha razon, tienen mejores cosas que aportar a la isla, que recoger basura. Incluso pienso  que en el sentido de "..construir vínculos, generar oportunidades vivenciales para desarrollar la mentalidad internacional e intercultura..l"  la población santayence tiene realmente mucho que aportarles. 

Ojalá haya alguna autoridad educativa local que re-oriente esta visita. La ecología no puede ni debe siempre estar ligada a la basura. 

30 julio 2011

56 casas ecológicas en la Isla Santay entregará el Gobierno Nacional el mártes 2 de agosto

56 casas ecològicas construye el Gobierno Nacional (Foto Wilson Bravo)
La construcción de la ECOALDEA*  de la Isla Santay, ubicada frente a la ciudad, en el río Guayas, se encuentra en un 100 % terminada.  Así lo informó Luis Illescas, coordinador de la Región 5 del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi), quien junto al Gobernador Roberto Cuero y varios sub secretarios de la  cartera de Estado que impulsa el proyecto recorrieron la obra para verificar los trabajos.

La emoción de los habitantes de la Isla de Santay se hace realidad el próximo 2 de agosto  cuando el  Presidente de la República Rafael Correa, haga la entrega de 56 casas que albergarán a 235 personas.
La entrega de las viviendas es parte del proyecto Guayaquil  Ecológico, también comprende la reubicación de los habitantes del Estero Salado y el parque Los Samanes.

Estas viviendas están construidas con pino importado de Chile, que ha sido tratado con químicos especiales y rociados con un aislante  que según las autoridades impedirá la proliferación de polillas y hongos. Este tratamiento aplicado a la madera también evitará la propagación del fuego en caso de incendio.

Las ecoviviendas cuentan con un espacio para sala, comedor, cocina y con un pequeño lavaplatos. También tienen dos dormitorios, un baño, servicio de  agua potable y sistema sanitario.Además, contarán con iluminación por paneles solares, se reveló que en total se colocará cerca de 150 paneles solares en toda la ECOALDEA*.

Habrá dos paneles  en cada poste a lo largo de las camineras y dos más en cada vivienda. Las casas contarán con un regulador e inversor, que transformará la energía solar en 110 voltios.

Laura Domínguez, habitante de la isla manifestó estar muy contenta y agradecida con el Gobierno de Rafael Correa, primero porque en días pasados su casita se incendio y de inmediato las autoridades la ayudaron con alimentos y vituallas y segundo porque es una de las beneficiadas del proyecto ECOALDEA*.

Tomás Domínguez, presidente de la comuna, sostuvo que luego de la entrega oficial, ellos iniciarán con  el proceso de ocupar cada una de las casas asignadas a los habitantes de la isla.
El Miduvi indicó que el monto total invertido en el proyecto habitacional en la Isla Santay supera el millón de dólares.
Fuente: Gobernación del Guayas 
* Ecoaldea, es el nombre oficial del proyecto. Sin embargo Eco-Comunidad es el nombre que considero es el más justo para una población que necesita y debe fortalecer su historia y cultura, características fundamentales de su identidad y que debería ser también compromiso oficial. (J. Delgado M.)

23 julio 2011

Viviendas para la Comunidad de Santay estarán listas el 28 de Julio

Ecoaldea* en la isla Santay está avanzada en un 95%

La construcción de las 56 viviendas ecológicas que forman parte del programa que ejecuta el Miduvi finalizará este 28 de julio.

La construcción de la Ecoaldea* de la Isla Santay, ubicada frente a la ciudad, en el río Guayas, se encuentra en un 95%.

Así lo informó Luis Illescas, coordinador de la Región 5 del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi), cartera de Estado que impulsa el proyecto desde enero pasado.
Según Illescas, aún están pendientes los acabados al interior de las viviendas, la limpieza del sector donde se ha efectuado la construcción, el montaje de algunas villas y la casa comunal.
El proyecto, enmarcado en el plan macro Guayaquil Ecológico, beneficiará a 56 familias, compuestas por 235 personas, que es la cantidad de habitantes de la isla.
Estas viviendas están construidas con pino importado de Chile, que ha sido tratado con químicos especiales y rociado con un aislante que -según las autoridades- impedirá la proliferación de polillas y hongos. Este tratamiento aplicado a la madera también evitará la propagación del fuego en caso de incendio.
Las ecoviviendas cuentan con un espacio para sala, comedor, cocina y con un pequeño lavaplatos. También tienen dos dormitorios, un baño, servicio de agua potable y sistema sanitario.
Además, contarán con iluminación por paneles solares. Álex Vargas, de la empresa AV Renewable Energy S.A, indicó que en total se colocará cerca de 150 paneles solares en toda la Ecoaldea.
“Habrá dos paneles en cada poste a lo largo de las camineras y dos más en cada vivienda. Las casas contarán con un regulador e inversor, que transformará la energía solar en 110 voltios”, explicó.
Naim Yerber, gerente general de Ipasthe, la empresa constructora, sostuvo que alrededor de 300 personas trabajan en la Ecoaldea, de las cuales el 70% son habitantes de la Isla Santay.
Tomás Domínguez, presidente de la comuna**, sostuvo que luego de la entrega oficial, ellos iniciarán el proceso de habitar cada una de las casas asignadas.
El Miduvi indicó que el monto total invertido en el proyecto habitacional en la Isla Santay supera el millón de dólares.

Fuente: El Telégrafo
Diana Romero
diana.romero@telegrafo.com.ec Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla
* Ecoaldea, es el nombre oficial del proyecto. Sine embargo Eco-Comunidad es el nombre que considero es el más justo para una población que necesita y debe fortalecer su historia y cultura, caracteristicas fundamentales de su identidad y que debería ser también compromiso oficial. (J. Delgado M.)
*****
** Comuna, es justamente la denominación legal y justa que esta comunidad debería ostentar, por su historia, por su compromiso y por su futuro. El hecho de ser Area Protegida no impide que la Comunidad de la Isla Santay tenga la calidad de COMUNA, impedirlo sería oponerse a un derecho que les asiste.
No es raro que tanto periodistas como los mismos funcionarios gubernamentales nombren a la población de Santay como Comuneros o se refieran al lugar donde habitan como comuna, un error recurrente, sin mala intención pero que debería servir para hacer un análisis sobre el tema..tarea pendiente.

18 julio 2011

Reportaje de Revista Vistazo sobre maestra de Santay

PROFESORES 


En el país hay seis mil escuelas que cuentan con un solo maestro. A diario, ellos se sacrifican para cubrir todas las necesidades de sus alumnos.



Nayomi Chibana
CONFIANZA 63%
Con un par de jeans y chompa, de lunes a viernes, Ena Gomero emprende el viaje de media hora en canoa desde el mercado Caraguay en Guayaquil hasta la isla Santay donde es maestra desde hace 12 años. Manualidades, lenguaje, matemáticas, computación… Las materias, en su mayoría, son dictadas por ella. A su cargo están todos los grados de la escuela fiscal Jaime Roldós Aguilera, desde primer año de educación básica hasta el cuarto. En esta institución –una de aproximadamente 6.000 escuelas unidocentes del país– ella hace las veces de enfermera, psicóloga, consejera y maestra para los 50 alumnos.

Levantarse a las 05h00 todos los días no es fácil, dice Ena, madre soltera de tres pequeños. “Mi motivación para venir acá es la ingenuidad de estos niños”, expresa. Hasta la fecha, solo uno de ellos ha logrado terminar el bachillerato. La razón es que en este poblado ubicado al frente de Guayaquil, aún no existen instituciones de enseñanza secundaria. “Si aunque sea uno terminara la universidad, volvería para ayudar a su propia comunidad”, expresa.

Ena es una de las razones por la que los ecuatorianos aún confían en sus maestros. A pesar de formar parte de un gremio que ha sido catalogado como mediocre y politizado, los padres de familia necesariamente deben entregar su confianza a estas personas que se hacen cargo de sus hijos durante varias horas del día. “La ciudadanía sabe que por uno que no hace bien su trabajo no debemos pagar todos”, dice Ena. “Ciertas personas tienen vocación para hacerlo y otras no”.

Fuente: Revista Vistazo

18 febrero 2011

Transporte fluvial a la Santay tardaría meses en concretarse

Con las dos nuevas embarcaciones se pretende
implementar un proyecto turístico para la
transportación de visitantes.

Las dos lanchas que ofreció en agosto pasado el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) para los habitantes de la isla Santay estarán listas, según esa entidad, una vez que la Asociación de Pobladores San Jacinto de Santay termine de realizar los procedimientos requeridos por el Sistema de Contratación Pública para la adquisición de las embarcaciones.

A la par también se contratarán las capacitaciones concernientes al manejo de la transportación pluvial y al turismo. Esta asociación, según el MIES, será la encargada de la adquisición de la embarcaciones.

Para ello, esta cartera de Estado hizo un primer desembolso de 89.032,50 dólares en diciembre pasado, del total del proyecto que cuesta 118.710 dólares, indicó el MIES.

El tiempo previsto para la entrega depende de las definiciones de plazos que haga la empresa adjudicada, según los procesos de compras públicas que lleva adelante la asociación de la isla.

Además, entre marzo y agosto próximos se espera que empiece el proceso de capacitación que es parte del proyecto del MIES en la isla, donde se abordarán temas como el manejo y mantenimiento de las embarcaciones, la promoción de turismo ecológico, la atención al cliente, relaciones humanas y resolución de conflictos. También se espera potenciar otras iniciativas como la pesca artesanal, las artesanías y el ecoturismo.

Asimismo, la población de Santay ha solicitado al Gobierno nacional que la edificación de la primera escuela –que sirvió también de casa comunal– sea renovada y se constituya en un museo comunitario y biblioteca para que sea el primer lugar de visita por los turistas antes de recorrer el resto del humedal. La iniciativa es apoyada por la Asociación Amigos de la Isla Santay.


Esta fue la primera edificación que hizo a nivel comunitario en 1999 la Asociación de Pobladores San Jacinto de Santay, con el apoyo del Comité Ecológico del Litoral, del Club Rotario y de la Asociación Oever de Bélgica. El centro ha servido desde entonces como dispensario de salud, lugar de visitas, comedor y almacén. El local también fue usado por la Fundación Malecón 2000.

Fuente: EL Universo

18 enero 2011

Preocupación por mancha en el Guayas

La mancha verdosa en el río se asemeja a una lama.

Se descarta que la mancha de espuma verde que se extiende unos 10 kilómetros sobre el río Guayas sea producida por desechos de hidrocarburos, así lo informó ayer la directora regional de Medio Ambiente, Elizabeth Zumba.

La funcionaria mencionó que los resultados químicos y físicos de las muestras de agua tomadas el jueves y viernes de la semana pasada estarán listos este jueves.

“Estamos tratando de esperar el resultado para identificar qué produjo la mancha. Puede ser de un barco o de una industria”, señaló Zumba.

Asimismo destacó que se les solicitó a especialistas de la provincia de Bolívar que realizaran un seguimiento a las industrias o descargas de la zona ya que, especificó, la suciedad “la han arrojado a los afluentes del río Guayas y ha viajado hasta acá” por las corrientes marinas.

A pesar de que Zumba descartó que se trate de un agente tóxico porque no se ha presenciado la muerte de peces ni de otros animales durante las inspecciones, algunos pescadores aseguran lo contrario.
“Aquí ya no se puede ni pescar, no podemos coger jaibas. Parece que fuera grasa o aceite”, comentó el pescador Adolfo Silva al llegar al muelle del mercado Caraguay, luego de realizar su faena.

Para Bolívar Castro, de 62 años, quien desde hace unos 15 navega por el río transportando alimentos hasta la isla Puná, dijo que es la primera vez que observa esta mancha, similar a una espuma verde.

“Yo en el río he visto espuma roja y blanca, siempre en esta época aparecen, pero nunca de color verde... Todo esto es producto de la basura que botan al río y que con el invierno se expande”, aseguró Castro.

Fuente: El Universo

27 noviembre 2010

Se recaudan libros infantiles para escolares de isla Santay

La lectura es una llave mágica para descubrir nuevos mundos. Así lo expresa Véronique Gervais, directora de la Alianza Francesa de Guayaquil, quien semanas atrás visitó, junto a su equipo de trabajo, la escuela Jaime Roldós Aguilera, de la isla Santay, en cuyas instalaciones no existía una biblioteca.

“Entonces me pregunté: por qué no darles esa llave a los niños que se educan ahí”, rememora la francesa. Fue así como emprendió una campaña cultural y educativa, la cual consiste en recaudar libros –principalmente infantiles– para donarlos a esa institución antes de que llegue la Navidad.

Visitó la urbe cuando la Alianza trajo a Guayaquil al mago francés Eric Chartiot, quien llevó un entretenido espectáculo a los niños de esa institución, y en el cual se trató de inculcar el hábito de la lectura.

“No solo los niños salieron fascinados con el show, sino también Eric, quien hace poco me llamó y me dijo que Santay había sido su mejor experiencia”, indica Gervais.

La campaña de recaudación de libros arrancó a través de la cuenta de la Alianza Francesa en Facebook. “Hemos recibido apoyo por el proyecto y también colaboración con libros por parte de los adultos, pero de los jóvenes no tenemos mucha respuesta”, indica la directora.

Ella señala que personal de la Alianza, como institución que ofrece servicios educativos en el idioma francés, visitará todos los cursos para dar a conocer esta campaña y así se pueda recaudar la mayor cantidad de libros posibles.

“Queremos llegar no solo con los libros a la escuela de la Santay, sino también con un estante de madera muy colorido, que sirva como biblioteca, para que ese espacio sea una atracción y los chicos disfruten de aquello”, expresa Gervais, quien no rechaza la colaboración de librerías ni editoriales.

“Lo que no quisiera es que este gesto se vuelva comercial. Si nos colaboran que sea por gentileza, afecto, solidaridad”, manifiesta la francesa.

Se prevé que la entrega sea el 14 de diciembre, pero los interesados en colaborar con esta campaña pueden hacerlo hasta el viernes 10 de ese mes.

En la recepción de la Alianza Francesa (Hurtado y José Mascote) está el cartón donde se receptan los libros, de 09:00 a 19:00, de lunes a viernes; y de 09:00 a 13:00, los sábados
Foto:Robert Salazar
Fuente : El Universo

21 agosto 2010

La Santay espera obras básicas para diciembre

Con la mirada fija en la vegetación y en el río, y cargando a su pequeña de 18 meses, Dolores Domínguez, de 37 años, soñaba despierta con el futuro prometedor que –dice– tendrán sus seis hijos en su querida isla Santay, luego de escuchar en esta semana las promesas que les hacían a las 56 familias de este humedal los representantes del Gobierno nacional.

Agua potable, transporte fluvial fijo, energía, brigadas médicas y educativas eran parte de las ofertas que animaron a Dolores a ya no pensar –como remite su nombre– en el dolor que antes le causó el no contar con estos servicios básicos ni con un centro de salud en donde pudieran atender las urgencias de sus familiares.

“Aquí es horrible cuando se enferman en la noche y madrugada los niños, porque tenemos que esperar a que amanezca para llevarlo en canoa (por el río Guayas) hasta Guayaquil”, relató la mujer de piel trigueña y de contextura gruesa, que ahora piensa en las mejoras y fuentes de trabajo que les traerá el proyecto conocido como Ecoaldeas, y que es parte del programa ‘Guayaquil Ecológico’.

No es la única que piensa así. Ana Cabrera (33) espera dejar de utilizar una pequeña planta eléctrica a base de gasolina que tiene su suegro en Santay para abastecer a sus familiares y vecinos por unas horas.

“Mi suegro compra una poma (del combustible) en Guayaquil a $ 2,40 y eso nos dura unas cuatro horas. Ahí aprovechamos para ver TV y planchar los uniformes de los niños”, contó mientras mostraba los cables que instalaron las tres casas vecinas a la de su suegro para abastecerse de energía.

El proyecto de las ecoaldeas, que está a cargo de los ministerios del Ambiente, de Desarrollo Urbano y Vivienda, de Inclusión Social y de Turismo, pretende convertir la luz natural en energía por medio de unos paneles solares.

Las dispersas casas de caña y madera que existen serán reubicadas en tres grupos.

La central, cuyos hitos están a más de 300 metros del centro comunal tendrá 50 viviendas hechas de maderas tratadas y con pasarelas de este mismo material, levantadas sobre el suelo blando para que sus moradores y turistas no entierren los zapatos o pies en el lodo.

Así, habitantes como el pequeño Jean Carlos, de 8 años, dejarán de lastimarse los pies cuando corran alegremente por el humedal, siguiendo el vuelo de las mariposas o pájaros. “Como no tengo botas para mis pies, ando sin zapatos. Pero mi papi dice que eso va a cambiar, porque va a tener más trabajo”, dijo tímidamente.

El proyecto está valorado inicialmente en $ 1’516.000 e incluye dos ecoaldeas más, de tres inmuebles cada una (al norte y sur de la isla); un nuevo centro comunal, un muelle y un parque de recreación infantil. Una parte de las casas será financiada con el bono de la vivienda, y los comuneros no pagarán ni un centavo, según los representantes del Gobierno.

Como la isla fue declarada este año Área protegida, las autoridades controlarán que personas foráneas no vayan a radicarse en su territorio ni que los comuneros lleven a otros parientes, explicó la ministra del Ambiente, Marcela Aguiñaga, quien el pasado martes colocó el primer hito simbólico en las afueras de la renovada escuela Jaime Roldós Aguilera.

En el acuerdo que firmaron los habitantes de Santay ese día, se establecía, además, que ellos tenían derecho a ocupar la isla, como nativos, mas no a tener títulos de propiedad, porque esta pertenece al Estado.

Incluso, este humedal, según Aguiñaga, ya fue inscrito públicamente en el Registro de la Propiedad de Durán como propiedad del Ministerio del Ambiente, quien asumió su administración en febrero pasado, cuando mediante decreto se le traspasó la competencia de manos de la Fundación Malecón 2000, ente creado por el Municipio de Guayaquil.

Se piensa también en convertir a los comuneros en microempresarios con la utilización de una pequeña área para hospedaje y servicios varios, como el de comidas para los visitantes, entre ellos, científicos, investigadores, estudiantes y grupos reducidos de turistas.

“Aquí hay una variedad ecológica importantísima. Hay avistamiento de aves y todo un levantamiento de flora y fauna del lugar que el Ministerio del Ambiente está haciendo. De las especies, hemos encontrado recién a unos tigrillos de la zona. Por eso pensamos en aplicar políticas y trabajos de conservación del sitio, con poca intervención del hombre en infraestructura”, acotó Aguiñaga.

El nuevo muelle y el dejar de pagar alquiler para transportar su mercadería y que se abaraten los costos de sus productos en el mercado guayaquileño es otra esperanza que tienen los pescadores con la dotación de dos lanchas, financiadas por el Miduvi y que estarán luego a cargo de las 56 familias de Santay.

Para Pedro Parrales, nativo y guía turístico de la zona, estos proyectos harán que el turismo deje recursos para la isla.

Brigadas sociales
Los ministerios a cargo del plan Guayaquil ecológico llevarán brigadas y campañas médicas, culturales, educativas y ambientalistas antes y durante la implementación del programa ecoturístico en Santay.

Capacitación a comuneros
Otra de las expectativas que tienen los habitantes de la isla es la capacitación gratuita que les darán, como el trato a los turistas, el manejo y preparación de los alimentos y la conservación de la flora y fauna del lugar.

Obra a largo plazo
En el futuro, según la Ministra del Ambiente se espera también crear nuevos accesos a la isla, pero desde Durán.

Costos de servicios básicos
El sistema de abastecimiento de agua potable, que aún se analiza si será por medio de gabarras, tiene un costo estimado de $ 30.000. El sistema de tratamiento para las aguas residuales se valora en $ 70.000 y la dotación de energía, en $ 60.000
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Fuente: El Universo

Adolescentes preocupados por Isla Santay

FOTO: JOSÉ MORÁN / El Telégrafo

Los estudiantes, debido al lodo y lo pantanoso del área, tuvieron dificultades en la recolección de basura.

La directora provincial de Educación, Carmelina Villegas, sostuvo que con esta actividad se está despertando el interés de los jóvenes para el servicio a la comunidad.

A Erik Villacreses, alumno de segundo año de Bachillerato Internacional (BI) del colegio Americano, participar ayer en la minga de limpieza en la isla Santay le permitió conocer que en otros sitios hay carencia de servicios básicos.

Igual criterio tiene Michell Hernández, estudiante de tercero de bachillerato del colegio Logos, quien a pesar de haber trabajado en otras labores comunitarias, esta actividad la calificó como especial, porque está ayudando a limpiar el planeta de la contaminación ambiental.

“Nunca me imaginé que la isla esté tan sucia debido a que la gente de Guayaquil y Durán botan basura al río”, dijo, mientras recogía botellas, zapatos viejos, etc.

Michell guiaba a su compañero Andrés Molina, quien desconocía cómo clasificar la basura que encontraba durante el recorrido que fue dirigido por Jacinto Domínguez, colono de la isla.

Cerca de 300 alumnos de 12 colegios de BI intervinieron en la recolección de desperdicios. Los colocaban en sacos que por su peso debieron arrastrar o cargar en sus hombros.

La directora provincial de Educación, Carmelina Villegas, sostuvo que con esta actividad se está despertando el interés de los jóvenes para el servicio a la comunidad.

Tomada de la edición impresa de El Telégrafo del 21 de agosto del 2010

20 agosto 2010

300 alumnos cumplirán hoy jornada ecológica en la isla

300 alumnos cumplirán hoy una jornada ecológica en la isla

Para intercambiar experiencias, ejecutar labores de limpieza y dictar charlas de cómo mantener un ambiente sano, participarán 300 alumnos de 12 colegios de Guayaquil, que aplican el Programa de Bachillerato Internacional (BI) se reunirán hoy en la isla Santay.

Los jóvenes se trasladarán hasta la isla en la embarcación de la compañía Discovery.

A su arribo, cada colegio instalará una carpa de identificación donde los alumnos formarán parte de la actividad, mostrando reflexión a los demás compañeros.

Seguidamente realizarán la depuración de la ribera de la isla, mediante la eliminación de desechos. La basura recolectada por los coordinadores institucionales y estudiantes se entregará en el muelle de la isla para su traslado inmediato a Guayaquil.

Hace 10 años, la isla Santay fue reconocida como humedal de importancia internacional y en febrero pasado el Ministerio del Ambiente asumió su manejo.
Información tomada de: El Expreso

19 agosto 2010

MIES PARTICIPÓ EN LA FIJACIÓN DE HITOS EN LA ISLA SANTAY PARA EJECUCIÓN DE LAS NUEVAS VIVIENDAS DE LA COMUNIDAD DE SANTAY*

9251Durante la demarcación de los hitos que señalarán el perímetro de la ejecución de Ecoaldeas que el Gobierno Nacional desarrolla en la Isla Santay dentro del proyecto ´´Guayaquil Ecológico``, se dio a conocer el aporte del Ministerio de Inclusión Económica y Social por medio de sus institutos de Economía Popular y Solidaria, de la Niñez y la Familia y del Programa Aliméntate Ecuador.

La subsecretaria Regional del MIES, Peggy Ricaurte, participó del evento convocado por la ministra de Ambiente, Marcela Aguinaga. Ella estuvo encargada de explicar la implementación inicial de un sistema de transporte fluvial, con dos lanchas financiadas por el MIES-IEPS por un monto de U$ 70.000 dólares, para fomentar el desarrollo turístico y disminuir los costos de transporte desde y hacia la isla, así como la comercialización de productos principalmente obtenidos de la pesca.

La autoridad del MIES anticipó que las embarcaciones pasarán a ser operadas por las 56 familias que actualmente habitan la isla y que están organizadas en la Asociación de Pobladores de la Isla Santay y la Asociación de Pescadores de la misma localidad.

No obstante, Peggy Ricaurte aclaró que los pobladores previamente están recibiendo capacitación, fortalecimiento organizativo y asistencia técnica, con la finalidad de operar otros emprendimientos alrededor del proceso de transporte, porque se planifica apoyar iniciativas relacionadas con el Ecoturismo.

"Nosotros a través del MIES-IEPS fortalecemos los medios de vida de la población que más necesita y de los actores de la economía popular y solidaria", indicó.

La Subsecretaria Ricaurte anunció que adicionalmente el MIES establecerá algunos programas y proyectos para apoyar el desarrollo integral de los niños y adolescentes de la comunidad por medio de un centro Creciendo con Nuestros Hijos del MIES-INFA como apoyo y estímulo a nivel educativo y para la familia en su conjunto con capacitación en alimentación saludable a través del Programa Aliméntate Ecuador.

En el proyecto ´´Guayaquil Ecológico`` para la Isla Santay intervienen varios ministerios: Ambiente mediante un Plan de Manejo Ambiental; MIDUVI con el desarrollo de las ECOALDEAS; MIES con transporte fluvial; Salud con brigadas médicas y Educación con temas educativos.

*En el titulo original he cambiado ECOALDEAS por VIVIENDAS DE LA COMUNIDAD, considero que Santay no es una ALDEA sino una Comunidad. Ecoaldea es un concepto que no se aplica en Santay. (www.ecoaldeas.org). J. Delgado.

Fuente: MIES

17 agosto 2010

Islas Santay y Puná se alistan para el turismo

Para diciembre próximo se prevé entregar parte de los proyectos ecológicos y turísticos que ofreció el Gobierno en las islas Santay y Puná.

En la primera isla, el informe de la consultoría de cómo quedará programado de acuerdo al terreno avanza en un 80%; se espera que los resultados estén a fin de mes para subir el contrato al portal de compras públicas. Mañana, en Santay incluso se develizará el hito de señalización de la ecoaldea que allí se construirá.

En Puná, en cambio, algunas de las promesas ya están en ejecución, como los puentes peatonales de las comunas Zapote, Bellavista y Cauchiche. Faltan todavía las casas comunales, los parques, la plaza central y las canchas múltiples, además de la dotación de agua potable.

El proyecto para Santay, que cuesta en promedio 1’516.000 dólares, comprende la creación de tres ecoaldeas (grupos de viviendas turísticas y ecológicas) con 56 casas de maderas tratadas en total.

También abarca la construcción de un muelle, de pasarelas de madera, de un centro comunal, de un parque infantil y del servicio de energía eléctrica y de agua potable.

Este plan con proyección turística fue la oferta que hizo el Gobierno cuando mediante decreto traspasó la administración de la Santay, de la Fundación Malecón 2000 (creada por el Municipio de Guayaquil) al Ministerio de Ambiente, en febrero pasado.

Hace tres semanas la comunidad de Santay aprobó los diseños iniciales, afirman representantes del Gobierno, que viajan cada 10 o 15 días para comentar a los nativos el avance del programa. En la cristalización de la obra trabajan los ministerios de Ambiente y de Desarrollo Urbano y Vivienda; y en el área social, también interviene el de Inclusión (Mies).

En el programa ecológico se utilizará la luz natural como energía con la ayuda de paneles solares. Las tres ecoaldeas están divididas por su ubicación en norte, centro y sur.

La grande será la del centro, que tendrá 50 casas de madera tratadas, con estructura de hormigón, mientras que las dos restantes estarán dotadas de tres viviendas cada una, explicó Raúl Sánchez, coordinador regional del Miduvi, quien aclara que solo se le entregará las viviendas a las 56 familias que habitan allí y que fueron censadas con antelación. “No hay ninguna más”, acotó.

Para tratar las aguas servidas utilizarán un proceso anaeróbico (proceso bacteriano que se realiza sin oxígeno), que limpia los residuos. Esta podría ser reutilizada para las baterías sanitarias y para el riego con jardineras aéreas, detalló Cristóbal Cruz, asesor del Miduvi en el plan Sociocomunitario.

“Para el agua potable estamos analizando dos opciones. La primera por intermedio de gabarras, como se hace actualmente. O la segunda, por la construcción de un ducto que lleve el agua a la isla desde la ciudad”, contó Cruz, al precisar que estudian también el costo de cada alternativa.

Como el concepto es turístico y ecológico las autoridades aspiran a que un 70% de los habitantes de Santay trabaje en la construcción de las viviendas, una vez que se los capacite.

En la isla Puná el concepto ecológico es similar. Se habla de una inversión de $ 1’400.000 en lo que va de este año, incluyendo los $ 622.288,44 destinados a la edificación de los pasos peatonales de las tres comunas mencionadas al inicio.

Para el 2011, Sánchez estima que el presupuesto para Puná será de unos $ 2’400.000, donde se contará la construcción de 540 viviendas ecológicas. En este año se entregaron 110 casas y están por terminarse otras 90, según cifras del Miduvi.

Las obras que priman en esta población, para ambos funcionarios, son las vías de acceso a Puná como son los puentes y muelles. “El principal problema es el ingreso y la salida. Se depende de la marea. Por la playa es difícil por eso se buscan los esteros, una vez que la marea esté alta. Optamos por hacer un muelle en Cauchiche y otro en Posorja”, acotó Cruz.

Detalles

Muelles de ingreso a Puná
En esta semana se elevará al portal de compras públicas los contratos para edificar los muelles de Cauchiche (que llevarán a la comunidad del sur de la isla) y en la parroquia Posorja, la más próxima a la isla Puná, desde donde salen actualmente las embarcaciones.

Obras por ejecutarse
Se dará a Cauchiche y Bellavista $ 339.711,36 para cada una por la construcción de la casa comunal, del parque, la plaza y una cancha. Y para la casa comunal de Zapote se invertirán 55.515 dólares.

Agua potable en Puná
Los pozos que hizo la empresa Petróleos de Venezuela (Pdvsa), producen poca agua, según funcionarios del Gobierno. Por eso buscan otras fuentes naturales.

Fuente El Universo

23 julio 2010

Aguiñaga defiende contrato por traspaso de Isla Santay al Ministerio de Ambiente

La Ministra también entregó reconocimientos a empresas privadas en Guayaquil por contribuir con sus actividades a no contaminar el medio ambiente.

La ministra de Ambiente, Marcela Aguiñaga, defendió la firma del contrato de compra venta entre la mencionada cartera de Estado y la Secretaría de Vivienda.

La funcionaria desestimó los cuestionamientos del Municipio de Durán, que ha hecho a todo este proceso. Aguiñaga desconoce cuál es la complicación del alcalde de Durán, Dalton Narváez, quien mostró su inconformidad por el traspaso de la Isla Santay.


La Ministra explicó “Si x persona compra un terreno en Guayaquil y se lo vende a alguien, ese propietario no necesita tener la autorización del alcalde de la urbe, para poder negociarlo con quien sea el interesado”.

Además, la Secretaria del Estado, entregó reconocimientos a empresas privadas en Guayaquil por contribuir con sus actividades a no contaminar el medio ambiente.

Inormación tomada de El Telégrafo