transportación de visitantes.
Las dos lanchas que ofreció en agosto pasado el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) para los habitantes de la isla Santay estarán listas, según esa entidad, una vez que la Asociación de Pobladores San Jacinto de Santay termine de realizar los procedimientos requeridos por el Sistema de Contratación Pública para la adquisición de las embarcaciones.
A la par también se contratarán las capacitaciones concernientes al manejo de la transportación pluvial y al turismo. Esta asociación, según el MIES, será la encargada de la adquisición de la embarcaciones.
Para ello, esta cartera de Estado hizo un primer desembolso de 89.032,50 dólares en diciembre pasado, del total del proyecto que cuesta 118.710 dólares, indicó el MIES.
El tiempo previsto para la entrega depende de las definiciones de plazos que haga la empresa adjudicada, según los procesos de compras públicas que lleva adelante la asociación de la isla.
Además, entre marzo y agosto próximos se espera que empiece el proceso de capacitación que es parte del proyecto del MIES en la isla, donde se abordarán temas como el manejo y mantenimiento de las embarcaciones, la promoción de turismo ecológico, la atención al cliente, relaciones humanas y resolución de conflictos. También se espera potenciar otras iniciativas como la pesca artesanal, las artesanías y el ecoturismo.
Asimismo, la población de Santay ha solicitado al Gobierno nacional que la edificación de la primera escuela –que sirvió también de casa comunal– sea renovada y se constituya en un museo comunitario y biblioteca para que sea el primer lugar de visita por los turistas antes de recorrer el resto del humedal. La iniciativa es apoyada por la Asociación Amigos de la Isla Santay.
Esta fue la primera edificación que hizo a nivel comunitario en 1999 la Asociación de Pobladores San Jacinto de Santay, con el apoyo del Comité Ecológico del Litoral, del Club Rotario y de la Asociación Oever de Bélgica. El centro ha servido desde entonces como dispensario de salud, lugar de visitas, comedor y almacén. El local también fue usado por la Fundación Malecón 2000.
Fuente: EL Universo