20 octubre 2013

La Santay acogió los sabores típicos locales

Los platos. Las mujeres de la isla prepararon un menú que iba
desde seco de chivo hasta 3 tipos de cebiche.
 Iniciar labores a las cinco de la mañana es una actividad que no está alejada de la rutina cotidiana del grupo de 20 mujeres que ayer se encargó de preparar el menú del primer festival de comida típica que se desarrolló en la pequeña isla ubicada a media corriente del río Guayas.

Las labores en la isla Santay inician mucho antes de que salga el sol.

"A las cinco los hombres ya están embarcados en sus tareas de pesca", dice Elsa Rodríguez, presidenta de la Asociación de Pobladores de San Jacinto de Santay, el caserío habitado por 246 personas, asentado en el suroeste de la isla.

A las 10:00 el menú estaba completo. A esa hora comenzaron a llegar los primeros visitantes. Atraídos por la bulla que uno de los isleños montó al pie del Malecón 2000.

Ecoaldea. El complejo de casas, uno de los
atractivos para el visitante.
Llegaron también funcionarios de la Empresa Pública de Parques Urbanos y Espacios Públicos (Eppep) y medios de comunicación que aceptaron la invitación a constatar las mejoras desplegadas por el Gobierno en lo que denominan 'Área Nacional de Recreación'.

"Estamos trabajando en un plan que permita potenciar este lugar, que consideramos uno de los principales atractivos que tiene el sector", dijo Andrés Alarcón, director del área de turismo de la Eppep.

Las mejoras desarrolladas a nivel de infraestructura, muestran una nueva cara al caserío, donde se construyó una ecoaldea con 56 casas para que sean habitadas por las familias del lugar. Cada vivienda tiene servicio de electricidad para un televisor, luz eléctrica, refrigerador y ventilador, obtenido por medio de un sistema de energía fotovoltáica.

"Durante los tres días del último feriado (el de este mes) tuvimos 1.646 visitantes", aseguró Michael Jácome, administrador del complejo Santay.

La isla cuenta con un servicio de traslado en lanchas cuyo costo de pasaje por persona es de tres dólares. La atención es permanente.

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