Entonces el río tampoco fue dócil, y los
mosquitos que no eran "avispados" como los de ahora, chuparon con gusto de la sangre libertadora. Enfermo, débil,
irreconocible, así describen algunos a ese Bolívar que con 46 años parecía un
anciano de 70. Eso dicen.
Con más certeza hoy se habla de que tuvo
tuberculosis. Se sigue sin embargo sosteniendo lo que oficialmente se dijo
entonces, que era un ataque de bilis. Pero fulminante fue, casi incapaz de
sostenerse en pie. La noche del lunes 3 de agosto pensaron que no vería la luz
del martes. Eso pensaban.
Una voz propuso llevarlo a Santay, la
brisa y al parecer el agua del río era favorable para todo mal. Todos asintieron,
total no había mucha opción. Así llegó el viernes 28 de agosto a la casa de un acomodado
allegado que puso a disposición su casa
de campo en la isla. Eso cuentan.
Descansar, reposarse? Se la pasó
meditando y renegando. Dictando carta tras carta a sus edecanes. Respondiendo
al correo que de todas partes le llegaba a Guayaquil. Pero Santay era fango y
poco caballo podía realizar, eso lo irritaba, así se lo cuenta a todos en sus
cartas y les dice también que va yendo mejor,
recuperándose en "su isla". Eso lo leí.
Se quedó en Santay hasta el 23 de
septiembre. Partió apenas un día después de que los representantes diplomáticos
de Perú y la Gran Colombia firmen en Guayaquil el tratado que pondría fin a una
guerra por la cual Guayaquil estaba ocupado por agua y por tierra por el Perú.
Eso pasó.
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