14 mayo 2007

LOS OLVIDADOS DURANEÑOS DE LA ISLA SANTAY

Por: Dr. WLADIMIR RAMIREZ C.
Son hombres mujeres y niños humildes, que día a día luchan por sobrevivir en un medio alejado de las comodidades a las que usted y yo estamos acostumbrados, ellos no cuentan con servicio de agua potable, electricidad, alcantarillado, los servicios de salud no existen, pues por ser una comunidad pequeña (180 habitantes aproximadamente) no califican, según les han dicho para que se les destine por lo menos un medico rural, que preste atención a este aislado grupo de ciudadanos del Cantón Duran, que al igual que todos nosotros están expuestos a las inclemencias propias del trópico, mas aun si no se cuenta con servicios básicos.

Si el país se escandalizo al ver a una duraneña dando a luz en una maternidad inundada, que dirían al ver a otra duraneña de la Santay, pariendo en una canoa en medio del rió, cosa que ya ha ocurrido mas de una vez, pues son varias las ocasiones en que la fuerza del brazo, no ha sido suficiente para llevar en forma urgente a una parturienta en una frágil canoa a la orilla vecina, para que tenga un parto seguro, pues el rió que no entiende de urgencias impone su fuerza natural y no permite a la frágil embarcación llegar a su meta, son sus aguas las que al igual que expertas parteras han escuchados los gritos desesperados de estas madres parturientas, seguidos del consolador llanto de sus hijos anuncio inequívoco del inicio de una nueva vida.

Son muchos los niños de la Santay que han nacido de esa forma, y que hoy crecen, corren y juegan ajenos a los beneficios, seguridades y ventajas que la vida moderna les da a nuestros hijos, muchos de ellos no saben que es una computadora, no las conocen, sus padres intentan con mucho esfuerzo darles algo de estudio apoyando en lo que pueden la labor de la única escuela uní docente que allí existe, en la que una maestra intenta con los escasos materiales con que cuenta, enseñar a leer y escribir a los 80 niños que allí estudian.

Los días lunes en su escuelita a la fecha medio desarmada, los niños de la Santay corean con orgullo el himno de su cantón, el himno a Duran, ellos no olvidan que son duraneños que son parte de este cantón que parece haberlos olvidado, se sienten parte de una estirpe ferroviaria que los reclamo como suyos al hacerse cantón, lo que obliga a nuestro municipio a cuidar de ellos y llevar hasta este rinconcito de nuestro Duran algo del progreso que la alcaldía tiene la obligación de llevar a todos sus habitantes.


La bandera de nuestro cantón y el nombre de este en su estandarte
demuestran el orgullo que sienten de ser DURANEÑOS


En lo que a salud se refiere esperamos que la nueva directora de salud del área 17, sea sensible a las necesidades de estos conciudadanos y destine un médico rural para que se encargue del cuidado permanente de la salud de esos hombres mujeres y niños que tanto necesitan.

El gobierno nacional a destinado fondos para la atención en el área de salud de quienes más lo necesitan, una noble labor para nuestra alcaldesa seria el interceder con sus buenos oficios para lograr adecuar un local debidamente equipado para que se establezca un Subcentro del Ministerio de Salud, que dé atención permanente a los pobladores de la Santay, para que ningún duraneño de esta isla vuelva a nacer en medio del rió Guayas.

Los pobladores de la Santay son gente callada que necesitan ser defendidos y ayudados para evitar los abusos como los que ocurren cuando utilizan arbitrariamente las instalaciones de la escuela, que fue construida en 1992 con fondos y esfuerzos del Comité Ecológico de la ESPOL, sus 2 letrinas y su espacio físico por los turistas que llegan de visita y cuando esto ocurre los niños son sacados y reciben sus clases en donde pueden, hoy la estructura de la escuela esta muy dañada, y es gracias a los esfuerzos de ecuatorianos incluidos varios duraneños radicados en Suiza, que están informados de las injustas condiciones de vida a las que están sometidos los niños de la Santay, que se han obtenido algunos fondos para comprar materiales que con el trabajo entusiasta de los mismos pobladores permitan a la ESCUELA JAIME ROLDOS volver a recibir a ese grupo de niños que luchan por salir de la ignorancia en la que da la impresión quieren mantenerlos sumergidos quienes saben que una población sin educación es callada, temerosa y fácil de esclavizar, aquellos quienes entienden que si los hijos de la Santay se preparan y se educan aprenderán a reclamar lo que por derecho les pertenece y a quienes hoy se les están negando El derecho a una vida Digna

Pobladores de la Santay observan e intentan reparar
los daños en el techo y estructura de la escuela JAIME ROLDOS.


En esta imagen puede observarse, los serios daños que a
la fecha tiene en su estructura la única escuela que funciona
en la Santay, que deben ser reparados para que los niños
puedan seguir con sus estudios

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bravo por defender a la Santay.